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[Libro] "Los anarquistas españoles", de Jean Becarud y Gilles Lapouge

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En septiembre de 1868, el ejército y la marina se sublevan contra Isabel II, el pueblo apoya el movimiento, y la reina, vencida, marcha a Francia. Se instala en Madrid un gobierno provisional muy moderado, presidido por el general Serrano. Dos meses más tarde, Giuseppe Fanelli, ingeniero italiano, desembarca en Barcelona. Este hombre, corpulento, de ojos negros brillantes y espesa barba negra, no pasa inadvertido. Fanelli es diputado del Parlamento italiano, pero, sin embargo, confiesa que únicamente ha aceptado esta plaza para beneficiarse del transporte gratuito de los ferrocarriles. Este rasgo sugiere ya que la acción política con la cual sueña sigue otros cauces que los del parlamentarismo. Su estancia fugaz, en España lo confirmará...

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Fuente: http://www.barriodelcarmen.net/

 

[Libro] Los Emisarios de la Nada - Historia del Nihilismo Ruso y su relación con la anarquía

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"Una punky borracha con una botella de cerveza en la mano y una blasfemia gratuita en la boca, un intelectual que lo pone todo a parir sin levantarse del sillón de su casa, una bohemia moderna que coquetea con lo que ella misma llama pretenciosamente arte, o un okupa jovenzuelo y “radical” que sufre una erección cada vez que tira una piedra a la cristalera de un banco, son algunas de las imágenes que generalmente evoca en la mayoría de la gente la palabra “nihilista”; eso cuando no simplemente la figura de un misterioso personaje de cabellos largos y barba, ataviado totalmente de negro, con ojos de poseso y una bomba de mecha en la mano. Falsedades, manipulaciones y caricaturas alrededor del nihilismo, incomprensión, cuando no desconocimiento, sobre lo que persigue – sobre todo lo que ha perseguido históricamente -, y una absoluta ignorancia dentro de los círculos antagonistas, lo cual es aun más preocupante, sobre el movimiento nihilista, es lo que se palpa en el ambiente, sobre todo en el activismo político de corte radical en relación al nihilismo y su posterior transformación en la corriente insurrecionalista del anarquismo. Se tiene al alcance de la mano miles de libros sobre comunismo libertario o marxismo, sobre las revoluciones rusa, española o mexicana, sobre los años de plomo en Italia, sobre los consejos obreros, sobre el MIL y los grupos autónomos, sobre el anarcosindicalismo, sobre los ilegalistas,... en fin, sobre un largo etcétera de corrientes, movimientos y periodos radicales e insurrectos a lo largo y ancho de la Historia. Hay de todo, excepto el nihilismo, condenado al olvido."

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Libro físico y fuente: http://edicionesexnihilo.blogspot.com.es/2014/09/los-emisarios-de-la-nada-historia-del.html

La anarquía tiene nombre de mujer

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Si algo distinguió al movimiento obrero junto a su capacidad organizativa y sus movimientos por la mejora de las condiciones de la vida de la clase trabajadora, fue la ingente labor intelectual que realizó. Una labor que hizo surgir una cultura, la cultura obrera, que fue contraposición a la cultura burguesa dominante. Esta labor llevó al obrerismo al desarrollo de imprentas, escuelas, centros de formación y alfabetización, fundación de editoriales, etc., que ponían al alcance de los obreros los conocimientos que la sociedad del momento les negaba. Lo que generó fue esa cultura y centros de socialización, modos de comportamiento que anticipaban el modelo social que querían implantar.

Pero esta labor tuvo a los anarquistas como los aventajados en los primeros momentos. La impronta cultural nunca la perdió el anarquismo pues ponía prácticamente al mismo nivel sus reivindicaciones en el mundo del trabajo y sus deseos de formación de la clase obrera. Eso explica la gran cantidad de periódicos, revistas y libros anarquistas que circularon en el últimos tercio del siglo XIX e inicios del siglo XX. Aunque las posiciones avanzadas del liberalismo o el socialismo también pusieron en marcha iniciativas progresistas, las apuestas de los anarquistas siempre daban un paso más. La implicación del anarquismo en el desarrollo de las escuelas laicas, de proyectos de más amplio alcance como la Escuela Moderna o en la apuesta editorial fue más que evidente.

Y en todo ese proceso de formación de la cultura obrera y libertaria la participación de la mujer fue fundamental. Sin sus aportaciones al movimiento anarquista internacional sería imposible entender el desarrollo del propio movimiento anarquista. A diferencia de otros movimientos políticos e incluso de otros movimientos dentro del obrerismo, la mujer fue pieza fundamental en el anarquismo tanto en su labor organizativa como en su labor cultural.

Un primer ejemplo sería la figura de la francesa Louise Michel. Maestra de formación, es uno de los mejores ejemplos de combinación de lucha política y avance por la cultura, que para los anarquistas formaba parte de un mismo cuerpo. Así podemos ver a Louise Michel combatiendo en las barricadas de la Comuna parisina en 1871, colaborando para la reorganización educativa en la propia Comuna, aprendiendo la lengua de los aborígenes en su destierro, fundando periódicos, encabezando manifestaciones contra el paro y el hambre, etc. Una muestra de lo que significaba para una mujer el anarquismo a finales del siglo XIX. Sus acciones y su legado se pueden asimilar a muchas otras mujeres del anarquismo como Nathalie Lemel, Jeanne Hachette o Elizabeth Dmitriev entre muchas otras.

Otro ejemplo de ese desarrollo cultural en el anarquismo es Emma Goldman. A Goldman la podemos seguir fundado sindicatos en EEUU, participando en periódicos, contribuyendo al avance de la educación racionalista en EEUU, participando de forma activa en la Revolución rusa, contribuyendo a escribir y rescatar las páginas de la historia del anarquismo, etc.

Pero se nos podría decir que hablamos en muchas ocasiones de personas vinculadas a los medios intelectuales de la época. Sin embargo las integrantes de extracción obrera también participaron de forma igual en el desarrollo cultural e intelectual del anarquismo. Ponemos como ejemplo a Teresa Claramunt. Obrera del textil, su contribución no se ciñó exclusivamente a la organización obrera (la primera mujer que organizó una asociación obrera de carácter exclusivo de mujeres), sino que también estuvo presente en la fundación de periódico y en el desarrollo de iniciativas de carácter educativo para el anarquismo.

Una mención especial. Teresa Mañé (o Soledad Gustavo)

Debido a que en este 2015 se cumplen 150 años de su nacimiento, merece la pena recordar a una mujer que es el mejor ejemplo de relación entre cultura y anarquismo. Teresa Mañé, más conocida como Soledad Gustavo, tiene la desventaja histórica de haber estado entre dos personajes determinantes en la historia del anarquismo: Juan Montseny (Federico Urales) – su marido – y Federica Montseny – su hija – . Sin embargo, acercarnos a la figura de Teresa Mañé es conocer el verdadero motor de la familia Montseny en todos los proyectos que realizaron desde finales del siglo XIX hasta el final de la Guerra Civil en 1939.

Teresa Mañé nació en el pueblo de Cubelles en 1865. Nació en el seno de una familia acomodada y vinculada al republicanismo federal lo que determinó la ideología de la propia Teresa. De formación maestra, Teresa Mañé comenzó a dar clases en la Escuela Laica de Vilanova i la Geltrú, fundando posteriormente la Escuela Laica de Reus y formando parte de la Confederación de Maestros Laicos. No fueron cuestiones fáciles, ya que recibieron ataques de los sectores clericales de la zona.

Su pasión por la enseñanza y el laicismo no fue la única contribución de Teresa Mañé. También comenzó a colaborar con periódicos comoEl Productor o La Tramontana. Alli comenzó a tomar contacto con las plumas más importantes del anarquismo: José Llunas, Anselmo Lorenzo, Fernando Tarrida de Mármol, etc. Participó en el II Certamen Socialista con un trabajo sobre el amor libre y fue entusiasta seguidora del “anarquismo sin adjetivos” de Tarrida de Mármol.

En 1891 se casó con Juan Montseny. Y esa unión hizo nacer multitud de proyectos de profundo calado para el anarquismo. Tras los agitados años que median entre el atentado de Pallás y la bomba de Cambios Nuevos, los Mañé-Montseny se trasladaron a Madrid y allí hicieron nacer el proyecto periódistico y cultural que probablemente es más importante en la historia del anarquismo: La Revista Blanca. Por sus páginas escribieron las plumas más importantes del anarquismo internacional y de la intelectualidad de la época. Un proyecto que pasó por dos etapas. La primera entre 1898 y 1905, año del nacimiento de Federica, y la segunda entre 1924 y 1936. Junto a ella nació también la colección de La novela ideal, pero también otros proyectos como el Suplemento de la Revista Blanca o el periódico Tierra y Libertad.

Teresa Mañé es también autora de numerosos folletos teóricos que dio una importante aportación al anarquismo español. Textos comoEl amor libre, La sociedad futura, A las proletarias, El sindicalismo y la anarquía o Política y sociología son breves pero importantes aportaciones al cuerpo teórico del anarquismo español. También, gracias a Teresa Mañé, se conoció en España obras de escritores como Octave Mirbeau, George Sorel, Jean de la Hire o Louise Michel, por las traducciones que realizó del francés al castellano.
Aunque la labor productiva de Soledad Gustavo se concentra entre 1891 y 1905, posteriormente tuvo también importantes aportaciones a traves de la prensa, las traducciones citadas y en ser el verdadero motor intelectual y administrativo de los proyectos de los Mañé-Montseny.

No fue una vida exenta de polémicas. Teresa Mañé chocó con algunos militantes de la época. La familia Mañé-Montseny fue acusada en ocasiones de exceso de intelectualismo. Además fueron polémicas sus posiciones, por ejemplo, respecto a la Primera Guerra Mundial, enmarcándose de forma más cercana a las posiciones de Kropotkin o de Ricardo Mella en un anarquismo “aliadófilo”.

Pero es indudable la labor y la aportación de Teresa Mañé a la cultura anarquista. Sus aportaciones durante la Segunda República fueron más modestas y durante la Guerra Civil inexistentes. La llegada de las tropas franquistas a Barcelona hizo que Teresa Mañé tuviese que huir falleciendo pocos días después en Perpiñán.
La historia de Teresa Mañé es la historia de muchas otras mujeres. Ella solo es un ejemplo a unir a otras como Lucía Sánchez Saornil, Federica Montseny, Mercedes Comaposada, Soledad Estorach, Libertad Ródenas, Concha Liaño, Amparo Poch Gascón, Antonia Fontanillas, Suceso Portales y un largo etcétera. Pero era necesario rescatar a Teresa Mañé en su 150 aniversario.

Julián Vadillo Muñoz
Publicado en Cultura Libertaria núm.1
http://www.lamalatesta.net/culturalibertaria/?p=19 

[Libro] Prometeo y Tántalos: aproximaciones históricas a figuras y anécdotas del movimiento anarquista griego

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Las negociaciones entre Atenas y sus acreedores fracasaron anteayer y dejaron a Grecia al borde del default. El primer ministro griego, Alexis Tsipras, causó estupor al llamar a un referéndum sobre las exigencias de sus acreedores, previsto para próximo 5 de julio, tras cinco meses de negociaciones con la Unión Europea, el Banco Central y el FMI.

Producto de ello, los mercados de América Latina abrieron en baja este lunes por un aumento global de la aversión al riesgo después de que el gobierno de Grecia dispuso un feriado bancario y controles de capitales para evitar la quiebra de sus bancos, ante una fuga de depósitos tras la ruptura de la negociación. Solamente en Venezuela, una región distante de la helénica, el riesgo país aumento en 43 puntos.

Esto pone de manifiesto la importancia que tiene para todos los habitantes del planeta la eventual salida de Grecia de la Euro Zona; debido a esto  y para seguir avivando el debate, les envió el libro “Prometeos y Tántalos”, editado por la Editorial La Libertad de Chile, que recoge los antecedentes más importantes del extenso movimiento anarquista griego.

DESCARGA DEL LIBROhttp://www.4shared.com/folder/fpgyE-6l/_online.html

También se puede ver en la siguiente página web: http://prometeosytantalos.blogspot.com

Teaser del libro

http://www.youtube.com/watch?v=beoI7YrWXiw

Rodolfo Montes de Oca

Herbert Read: Al infierno con la cultura

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Herbert Read es una interesante personalidad de la que ya nos hemos ocupado, especialmente de su pensamiento anarquista. Al infierno con la cultura es una de sus obras fundamentales, en su faceta de crítico de arte, reeditada hace pocos años por Ediciones Cátedra. Está compuesta por el texto que da título al libro, junto a otros ensayos, y el interés en ella se revitalizó a partir de una exposición celebrada en Inglaterra, en las Galerías de Arte municipales de Leeds, en 1993, con el nombre de Herbert Read: una visión británica del arte mundial.

Gracias a aquel evento, se confirmó a Read como uno de los grandes críticos y teóricos del modernismo del siglo XX, y el interés en su figura se demostró una y otra vez con la publicación, tanto de su propia obra, como de nuevos análisis críticos. Hay que recordar que Read fallece en 1968, relegado desde entonces a cierto olvido, en parte debido a su propia concepción del arte contemporáneo, que consideraba había tomado una deriva bastante trivial. No obstante, tal como se señala en la introducción de esta nueva edición, existe otra razón para comprender el olvido de quien fue considerado "el pope del arte moderno": algunos críticos e historiadores contrarios a Read, aprovecharon su fallecimiento para vengarse de él y para construir una historia revisionista que dejaba a un lado la contribución de este importante autor a la comprensión del modernismo.

Existe otra explicación para la usual exclusión de Read de la historias críticas, y es el predominio de las formas marxistas en esa labor, a partir de los años 70, en el mundo anglosajón. No obstante, y de forma paradójica, el trabajo de Read tiene notables puntos en común con el marxismo, incluso anticipándose a otros autores posteriormente muy influyentes. Los que disfruten de la lectura de los ensayos integrados en Al infierno con la cultura, podrán darse cuenta de ello. Esto es así hasta el punto de que, en el prefacio también incluido en esta edición, Read acepta en términos generales la propuesta marxista de que las condiciones sociales son las que dan lugar a las principales características del arte, así como a su aceptación y su utilización; otra ejemplo se encuentra en su coincidencia con las preocupaciones de los críticos marxistas, en el periodo desarrollado entre 1930 y 1970, cuando los patronos de las sociedades capitalistas solo apoyaban las formas de arte sobre las que podían ejercer algún control.

No obstante, Read mostrará una visión más amplia que algunos teóricos marxistas, cuando afirma por ejemplo que es necesario realizar una distinción más clara entre arte y cultura. Esa distinción es necesaria, según Read, para profundizar en la naturaleza y el origen del arte, así como en las cuestiones relativas a su valor estético. Parece ese el punto donde Read se distancia definitivamente del análisis de los marxistas, mostrándose con ello terriblemente original, cuando señala que es la función cultural, y no la artística, la que es resultado de las condiciones socioeconómicas.

Para Read, el artista tiene siempre lealtades que trascienden la sociedad en la que vive y sus divisiones políticas. Es precisamente la genialidad artística la que resulta inexplicabe desde una visión materialista, ya que de ser así, la historia del arte sería equivalente a la de cualquier otra habilidad técnica. Sin embargo, Read señala que el arte se diferencia por sus "irracionales e irregulares irrupciones de luz en medio de una oscuridad universal".

Desde este punto de vista, el arte es independiente de la política, de la moral y de cualquier otro valor temporal. No es muy fiable la genialidad artística desde un punto de vista ético, lo que se consideran las pasiones más bajas del ser humano se ven reflejadas en ella de forma habitual. De forma polémica, Read considera que no es lógico asociar la creación artística con la libertad política, ya que la genialidad es posible en cualquier régimen por poco democrático que sea, aunque sí hay que confirmar la libertad del artista siempre acosada por la tiranía. De hecho, tal y como se entiende la democracia en el mundo occidental, como una ideología de normalización e igualdad, puede observarse como un obstáculo a la genialidad individual. El arte nada tiene que ver con ningún régimen social, democrático o totalitario, ya que es una manifestación no política del espíritu humano; por supuesto, los políticos pueden usarlo y abusar de él, pero no crearlo ni controlarlo ni destruirlo. No obstante, Read considera que la sociedad debe prestar atención a sus artistas, como signo de vitalidad social.

Por si queda alguna duda, hay que recordar que Herbert Read era un hombre con profundas preocupaciones sociales y políticas. Precisamente, en el ensayo que da título al libro, "Al infierno con la cultura", nos recuerda que la democracia, tal y como él la entiende, no existe en los tiempos modernos. Las tres características que menciona, dentro de la tradición democrática, pueden estar subscritas por cualquier socialista amante de la libertad: toda producción debe destinarse al uso y no al lucro; cada uno debe dar según sus posibilidades y recibir según sus necesidades, y los trabajadores de cada industria tienen que ejercer el control de los medios de producción. Cuando Read habla de producción orientada al uso, alejada de la concepción capitalista, se refiere a un sistema con dos consideraciones en mente: la función y la satisfacción.

Sin embargo, como estamos hablando de textos que teorizan sobre el arte, a la pregunta de si esos objetos que reúnen las dos consideraciones lo son, Read responde que sí. Si un objeto se fabrica con el material y el diseño adecuado, y cumple perfectamente su función, se convierte en una obra de arte sin que haya que preocuparse más por su valor estético. Lo que entendemos por belleza es, en la sociedad moderna, la adecuación del objeto a su función, y es para Read el resultado inevitable de una economía orientada al uso y no al lucro. En cuanto a las necesidades del hombre, a las que alude en su segunda característica de la democracia, no son solo materiales (aunque, por supuesto, sí prioritarias), ya que demanda cosas como la belleza, la compañía o la alegría.

Es precisamente la tercera condición para la democracia la que garantiza otros valores elevados en el ser humano: la propiedad de la industria en manos de los obreros. Es, por supuesto, la vertiente antiautoritaria del socialismo la que asegura las aspiraciones y necesidades del ser humano. Si Read echa pestes primero de la cultura, ya que ésta no es más que el barniz engañoso de una sociedad enferma, no tardará demasiado en gritar "al infierno con el artista". Veamos sus propias palabras para comprenderlo: "El arte como profesión independiente es meramente una consecuencia de la cultura como entidad independiente". En la sociedad, que Read denomina "natural", no habrá ya artistas, sino trabajadores. O, si se prefiere, expresado de este modo: "El artista no es una clase especial de hombre, pero cualquier hombre es una clase especial de artista".

Capi Vidal
http://reflexionesdesdeanarres.blogspot.com.es/ 

[Folleto] La Conjura de los indomables: motín y evasión anarquista en la Guyana Francesa

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Desde el 23 al 30 de agosto de 2015, se estará realizando la semana de solidaridad y agitación por los presos anarquistas; en el marco de esta movilización estaremos haciendo una serie de entregas de folletos y libros sobre el tema anticarcelario para seguir profundizando de manera conjunta en el abolicionismo.

Comenzamos estas entregas con el folleto “La Conjura de los indomables: motín y evasión anarquista en la Guyana Francesa” de Rodolfo Montes de Oca que fue editado en Chile por Sembrando Tempestades ediciones e Iconoclasta Distro.

A finales del siglo XIX e inicios del siglo XX, en la Guayana Francesa operó una oprobiosa colonia penal que albergó en sus celdas a los más irreductibles anarquistas galos, los cuales en medio de las peores adversidades inician un épico motín que termina de forma abrupta con la muerte de los conjurados. Este folleto histórico busca rescatar del olvido a estos rebeldes sociales que a través de la acción directa intentaron abrazar su libertad en un inhóspito lugar del caribe indómito.

Los compañeros del programa radial Línea de Fuego de Santiago de Chile, lo trasmitieron a través de las ondas hertzianas. Puedes escucharlo aquí:

 

Para leer el folleto aquí: http://issuu.com/curarevzla/docs/la_conjura_de_los_indomables

 

 

Por la libertad total y el fin de los procesos judiciales de: Ignacio Muñoz Delgado, Javier Pino, Juan Flores, Nataly Casanova, Sergio Álvarez, Natalia Collado, Enrique Guzmán, Guillermo Duran,  Manuel Espinoza, Víctor Zuñiga Quijada, Felipe Román Toledo, Natalia Alvarado Gattas, María Paz Vera, Diego González, Hans Niemeyer Salinas, Tamara Sol Farías Vergara, Marcelo Villarroel y presos del Caso Security (Chile);Fernando Barcenas, Abraham Cortés  y Coordinación Informal de Presxs en Resistencia (México); Mónica Caballero, Francisco Solar, Claudio Lavazza, Gabriel Pombo Da Silva, Enrique Balaguer Pérez, Paul Jara Zevallos, Javier García Castro, José María Pirla Oliván, Honorio Gómez Alfaro, Noelia Cotelo Riveiro, Jorge Linares Izquierdo y  Javier Grijalbo Adan (España); Marco Camenisch (Suiza); Presos del caso “Breite Strasse” y Thomas Meyer-Falk (Alemania); Silvia Guerini, Costantino Ragusa, Billy Bernasconi, Francesco Puglisi, Sergio Maria Stefani, Alfredo Cospito y Nicola Gai (Italia); Argiris Dalios, Fivos Harisis, Giannis Mihailidis, Dimitris Politis, Grigoris Sarafoudis, Nikolas Romanos, Grigoris Tsironis, Evi Statiri, Spyros Christodoulou, Argyris Ntalios, Andreas-Dimitris Bourzoukos, Giorgos Karagiannidis, Tasos Theofilou, Nikos Maziotis, Kostas Gournas, Spyros Mandylas, Antonis Stamboulos, presos de la Red de Luchadores Presos (DAK) y presos de la CCF (Grecia); Operación Fénix (República Checa); Ihar Alinevich, Mikalai Dziadok, Artsiom Prakapenka, Pavel Syramolatau, Aliaksandr Frantskievich y Jauhen Vas’kovich (Bieloruusia); Ilya Romano, Stepan Zimin, Alexey Polikhovich y Aleksandr Kolchenko (Rusia); Nicole Kish (Canada); Taame Iti y Te Rangikaiwhiria Kemara (Nueva Zelandia) José Manuel Del Moral (Venezuela)

Por el fin de la persecución judicial contra: Felicity Ryder, Gustavo Rodríguez y Carlo “el chivo” López.

En memoria de Sacco y Vanzetti: ¡Basta ya de criminalizar las ideas!

Rodolfo Montes de Oca
http://rodolfomontesdeoca.contrapoder.org.ve/

Carta de Nicola Sacco a su hijo Dante antes de ser ejecutado

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En 2015 se han cumplido 88 años desde aquel 23 de agosto de 1927 cuando fueron ejecutados los anarquistas Sacco y Vanzetti.

Sacco y VanzettiMi querido hijo y compañero:

Desde el día que te vi por última vez pensé escribirte esta carta, pero mi prolongado ayuno y el pensamiento de no poderme expresar como era mi deseo, me han hecho esperar hasta hoy.

El otro día, apenas cese la huelga de hambre, mi pensamiento voló a tí y quise escribirte en seguida, pero advertí que mis fuerzas físicas no eran suficientes y que no estaba en condiciones de readquirirlas en un momento, debí, por lo tanto, suspenderla. Mas es necesario acabar antes de que nos conduzcan de nuevo a la celda de la muerte. Es mi opinión que, apenas la Corte Suprema deniegue la revisión del proceso, nos conducirán al triste lugar, y el lunes, si nada ocurre, nos matarán apenas haya sonado la media noche.

Heme aquí, pues, enteramente sólo contigo, con toda la fuerza de mi amor, para abrirte los tesoros de mi pobre corazón.

¡Nunca hubiera pensado que nuestro inseparable amor pudiera acabar tan trágicamente! Pero estos siete años de dolor me dicen que esto se ha hecho posible.

Empero, esta nuestra forzada separación no ha cambiado en un ápice nuestro afecto, que permanece más sólido y vivo que nunca. Más bien, si esto es posible, se ha agigantado más aún.

Esto no solamente es un gran modo de proceder en la vida, sino también la confirmación de un hecho: que el verdadero amor fraterno no sólo se muestra en los momentos de alegría y placer, sino más aún en los momentos de lucha y de sufrimiento.

Recuérdalo, Dante.

Nosotros lo hemos demostrado y, modestia aparte, nos sentimos orgullosos de ello.

Mucho hemos sufrido en nuestro largo calvario. Nosotros protestamos hoy, como hemos protestado ayer, y protestaremos siempre por nuestra libertad.

Si desistí de la huelga de hambre fue porque ya no quedaba en mí, sombra alguna de vida, y yo había escogido esa forma de protestar para reclamar la vida y no la muerte.

Mi sacrificio estaba animado por el deseo vivísimo que había en mí de volver a estrechar entre mis brazos a tu pequeña hermanita querida Inés, a tu madre, a tí y a todos mis amados compañeros y amigos. Por esto, hijo, vuelve ahora la vida, calma y tranquila, a reanimar mi pobre cuerpo, aunque el espíritu permanezca sin horizontes y siempre como perdido entre tétricas, sombrías, visiones de muerte.

Y bien, querido muchachito mío, después de haberme hablado tu madre tantas veces de tí y de haberte visto en mis sueños días y noches, fue alegría inefable la de volverte a ver, estrecharte entre mis brazos y hablar contigo como solía hacerlo otros días … aquellos días …

Mucho te dije en esta ocasión y mucho deseaba decirte aún; pero ví que eras siempre el amoroso muchacho de aquel entonces … que eras bueno con tu mamá, que tanto te ama, y no quise herir más largamente tu sensibilidad, porque estoy seguro que continuarás siendo el noble y buen joven que eres ahora y recordarás para siempre cuanto te dije.

Yo estoy tan seguro de esto como de que lo que voy a decirte ahora hará vibrar tu pobre corazón; pero no llores, Dante, porque muchas lágrimas ya han sido derramadas en vano -tu madre las ha derramado durante siete años, inútilmente. Por eso, hijo, en vez de llorar, hazte fuerte para poder estar en condiciones de confortar a tu pobre madre.

Te diré ahora lo que yo solía hacer cuando quería distraer a tu madre de algpun triste pensamiento, para que tu puedas repetirlo cuando sea necesario. Ibamos de la mano, en un largo paseo a través de los campos al aire libre y bajo el sol radiante; recogía a mi paso flores silvestres de un lado y de otro, y se las ofrecía, y cuando la advertía cansada, la hacía sentar a la sombra de algún árbol, y ahí, en la viva y dulce armonia de madre natura, ella lo olvidaba todo y era felíz, tan felíz …

Recuerda, también esto, hijo mío. No olvides jamás, Dante, cuantas veces seas felíz en la vida, de no ser egoísta; comparte siempre tu dicha con los más infelices, más pobres y más débiles que tu, y no seas sordo nunca hacia quienes reclaman socorro.

Ayuda a los perseguidos y a las víctimas, porque ellos serán tus mejores amigos; ellos son los compañeros que luchan y caen como tu padre y Bartolomeo, que lucharon y hoy caen por haber reclamado felicidad y libertad para todos las pobres y harapientas muchedumbres del trabajo.

En esta lucha por la vida hallaras alegría y satisfacción y serás amado por tus semejantes.

Por todo lo que tu madre me informa acerca de cuanto has dicho y hecho en estos últimos dias de atroz agonía sufridos por mí en la celda de muerte, yo estoy seguro de que serás un día el joven por mí soñado tantas veces, y esta certeza me hace casi felíz.

Nadie puede saber o decir lo que será de nosotros mañana, pero si nos matan tu no deberás olvidar jamás de mirar a tus amigos y compañeros con la misma sonrisa jovial sobre los labios con que miras a tus más íntimos afectos, porque ellos te aman con el mismo amor de que rodean a todos los demás infortunados y perseguidos compañeros.

Y esto te lo dice tu padre, tu padre que lo es todo para ti; tu padre que los ama como los ama, que sabe y conoce la nobleza de su fe -que es la mía, Dante-, los supremos sacrificios que ellos afrontan todavía por nuestra libertad, porque yo he combatido a su lado, ellos son los que nos hacen vivir en el corazón una esperanza todavía. Solamente ellos podrán evitar nuestra electrocutación. Esta es la lucha, la guerra entre los ricos y los pobres, por la salvación y la libertad que tú, hijo mío, comprenderás mejor cuando seas mayor, en toda su grandiosidad y nobleza.

Pensaba continuamente en ti, Dante mío, en los tristes días transcurridos en la celda de la muerte. El canto, las tiernas voces de los niños que llegaban hasta mí del vecino jardín de juego donde brincaba la vida y la alegría sin afanes -solamente a pocos pasos de distancia de los muros que aprisionan en una atroz agonía a tres almas en pena- todo me hacía pensar insistentemente en tí y en Inés, y os deseaba tanto, tanto, ¡oh, hijos míos! …

Más luego pense que fue mejor que no hayas venido a verme en esos días, porque te hubieras encontrado en la celda de la muerte, en presencia del cuadro espantoso de tres hombres en agonía, en espera de ser muertos, y quien sabe qué efecto hubiera podido producir en tu mente tan trágica visión, y que influencia hubiera podido tener en el futuro.

Por otra parte si tu no fueses un muchacho demasiado sensible, tal visión hubiera podido serte útil cuando, más adelante, pudieras recordarla para decir al mundo toda la vergüenza de este siglo que está encerrada en esa forma cruel de persecución y de infame muerte.

Sí, Dante mío, podrán muy bien crucificar nuestros cuerpos, como ya lo hacen desde siete años, pero no podrán destruir jamás nuestras ideas, que permanecerán aun más bellas para las generaciones futuras.

Dante, cuando me refería a tres vidas, quería decirte que con nosotros está otro joven, Celestino Madeiros, que será muerto junto con nosotros. El ya ha estado otras dos veces en la horrible celda de muerte -que debe ser destruida con la piqueta del progreso- esa horrible celda que deshonra al Estado de Massachussets. Se debería destruir esas celdas, para levantar en su lugar fábricas y escuelas para enseñar lo útil y lo bueno a centenares de niños.

Dante, te exhorto una vez más a ser bueno y a amar con todo tu afecto a tu madre en estos tristes días, y yo moriré seguro que con todos tus cuidados y tus afectos ella será menos infeliz. Y no dejes de conservar un poco de tu amor para mí, hijo, porque yo te amo tanto, tanto …

Mis más fraternos saludos para todos los buenos amigos y compañeros.

Afectuosos besos para la pequelia Inés, para mamá, y para ti un abrazo de corazón de tu padre y compañero.

Nicolás Sacco

P.D. Bartolomeo te envía también sus cariñosos saludos. Espero que tu madre te ayudará a comprender esta carta, ya que no he podido escribir mejor y de manera más clara, porque no me siento lo bastante bien, y estoy débil, tan débil … ¡Adios!

 

Más información:

Sacco y Vanzetti: Condenados a muerte por pobres, inmigrantes y anarquistas

Sacco y Vanzetti: Sus vidas, sus alegatos, sus cartas [libro]

[Documental] Sacco and Vanzetti (Peter Miller, 2006)

Película Sacco y Vanzetti

 

Fuente: https://periodicoelsolacrata.wordpress.com/2015/04/27/carta-de-nicola-sacco-a-su-hijo-dante-antes-de-ser-ejecutado/ 

Historia CNT 1979-1989: el proceso escisionista y la CGT. El sindicalismo subvencionado y la crisis del movimiento obrero

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Los Pactos de la Moncloa se habían firmado el 25 de octubre de 1977 contando al poco tiempo con la aprobación de todas las centrales sindicales menos con la de una CNT que comenzaba a sufrir una grave crisis interna. Como consecuencia de este nuevo pacto social, a principios de 1978 se celebraron las primeras elecciones sindicales a comités de empresa, con una gran abstención, en gran parte gracias al boicot de la CNT. No hay que olvidar que por entonces la Confederación era el tercer sindicato de implantación nacional, con una afiliación que oscilaba entre los 250.000 y los 300.000 afiliados. Pero la persecución sufrida a raiz de los sucesos del Caso Scala pondría punto y final al crecimiento de la anarcosindical, comenzado además su declive. A finales del mismo año la constitución fue aprobada, consolidándose así el regimen de monarquía parlamentaria herededa del franquismo.

La euforia del período de afiliación sindical masiva entre 1977 y 1978 se desinflaría en poco tiempo. A principios de los años ochenta había quedado claro que, lejos de ser uno de los movimientos más fuertes de Europa, los sindicatos españoles tenían uno de los índices más bajos de afiliación. Si las estimaciones sobre el número de trabajadores dados de alta después de la legalización de los sindicatos habían sido más que optimistas, la caída de la afiliación fue dramática. Aunque no hay disponibles datos fiables, es probable que menos de una quinta parte de los asalariados de España fueran miembros de sindicatos a finales de 1981, y la proporción caería incluso más en los años siguientes, llegando al bajo índice del 12 %. De hecho, los sindicatos subvencionados entraron en una profunda crisis de identidad. Una vez que la clase trabajadora había cumplido con su papel de “ariete” contra la dictadura, pasó a tener un lugar subalterno, sin apenas peso en la vida social y política nacional.

Ahora, eso sí, gozaba de sus derechos y las huelgas eran legales, pero paradójicamente su ejercicio se entendía como un atentado contra la estabilidad democrática. Y en ese discurso coincidieron tanto los partidos políticos “de izquierda” como las cùpulas de CCOO y UGT y los medios de comunicación monopolizados. Y todo lo que se había recompuesto durante una larga y dura lucha contra el régimen que había tratado de aniquilar hasta el último vestigio de organización, se fue quedando en una representación cada vez más ceñida a los sectores más estables, aventajados y tradicionales de la clase.

Las elecciones generales del 1 de marzo de 1979 dieron la victoria de nuevo a Adolfo Suárez que, con su grupo UCD, conseguía una amplia mayoría con 47 escaños de diferencia respecto a la segunda fuerza política, el PSOE de Felipe González.

Los resultados fueron prácticamente los mismos que en las anteriores elecciones, dos años antes. Estos comicios certificaron el fracaso de los partidos políticos que aún proponían la ruptura con el franquismo y que se habían opuesto a la Constitución aprobada en diciembre de 1978. Sólo el PTE (Partido del Trabajo de España) y la ORT (Organización Revolucionaria de Trabajadores) obtuvieron un número de votos significativo, pero poco después emprendieron un proceso de unificación que, paradójicamente, supuso la disolución de ambos partidos y la quiebra de sus sindicatos afines, CSUT (Confederación de Sindicatos Unitarios de Trabajadores) y SU (Sindicato Unitario). El resto de candidaturas de la izquierda “radical” sólo obtuvo resultados testimoniales, aumentando el desencanto y dando paso al reflujo de la izquierda revolucionaria.

CNT CGT

Manifestación en Elche. 1978.

Mientras tanto la derecha política irrumpía en el mundo sindical. De los restos de la CNS franquista (Central Nacional Sindicalista) surgieron numerosas iniciativas sectoriales, con especial incidencia entre los funcionarios, que formaron pequeños sindicatos de ámbito gremial o local próximos a los grupos políticos herederos del franquismo y amparados por instancias estatales. Finalmente, estos pequeños sindicatos se fusionaron y el 5 de junio de 1979 constituyeron la Confederación Sindical Independiente de Funcionarios (CSIF).

El reflujo de la lucha obrera, y la represión desatada por el intento de grupos vanguardistas del movimiento libertario de sustituirla por la acción armada, convivían con nuevas formas de lucha y organización en las que el movimiento libertario jugaba un papel principal. Nacían las Radios Libres, impulsadas por colectivos libertarios locales, que sentaron las bases de la contrainformación en España: Ona Lliure de Barcelona, Radio Klara de Valencia, Radio Luna de Madrid, etc.

Pero, sobre todo, fue el tiempo de los nuevos movimiento sociales. A partir de abril de 1979, después de las primeras elecciones municipales democráticas, el potente movimiento vecinal se hundió estrepitosamente. Los militantes más destacados de las Asociaciones de Vecinos ocuparon puestos destacados en las listas electorales de los partidos de la izquierda y muchos pasaron a responsabiliarse de la gestión municipal; su marcha no encontró relevo en el movimiento ciudadano. Pero florecían nuevas entidades, como el movimiento antinuclear y ecologista, que superando al naturalismo de los pioneros se oponia al modelo de producción industrial y capitalista, o el movimeitno pacifista, que se centró en la crítica de la mili, hasta conseguir el reconocimiento de la objeción de conciencia y la supresión del ejército de reemplazo.

En este contexto se movía la CNT, muy dañada por la represión ejercida sobre el movimiento libertario tras el estallido del Caso Scala y la consiguiente campaña mediática de intoxicación y desacreditación meticulosamente orquestada desde las cúpulas del estado. El desencanto de la sociedad y el derrotismo de la clase trabajadora habían menguado la fuerza del anarcosindicalismo, que veía alejarse la perspectiva de una revolución social mientras soportaba una dura represión policial y mediática.

Pero había que hacer balance de lo acontecido y adaptarse a los nuevos tiempos que corrían. Inmersa en plena crisis y con una militancia dividida, la Confederación Nacional del Trabajo celebró su V Congreso entre los días 8 y 16 de diciembre de 1979 en la Casa de Campo de Madrid.

El V Congreso de la CNT y la primera escisión

Ya por entonces el clima estaba muy enrarecido. Las infiltraciones en la CNT habían sido numerosas, destacando por ejemplo la de los marxistas, que culpaban de todos los males de la CNT a lo que los llamaban despectivamente «exilio-FAI». Esta acusación no tenía ningún sentido puesto que la FAI se reorganizó en España tiempo después que la CNT. Hay que señalar que este hecho fue siempre muy usual en la historia del anarcosindicalismo español. Cuando los sectores más reformistas querían controlar la situación echaban la culpa de todos los males a la FAI -como por ejemplo hicieron los treintistas-, a la que acusaban de dirigismo y de grupo de presión dentro de la CNT. Sin embargo, la historia nos ha demostrado que la FAI no tenía ese cometido y que jamás dominó sobre la CNT, porque sencillamente la propia CNT no se habría dejado.

Cartel 5º Congreso de la CNT. 1979.

También se había dado el caso de otros grupos que atacaron a la AIT, ya que pretendían integrar a la CNT en otras organizaciones internacionales de trabajadores. En esta línea marxista destacaron, por ejemplo, los anarcocomunistas de Mikel Orrantia con su periódico “Askatasuna”, estando muy cercanos a las tesis de los plataformistas de Archinov.

Pero un nuevo problema interno iba a afectar a la CNT, y éste mucho más grave de cara al V Congreso. Habían surgido dentro de la Confederación sindicatos paralelos a ella misma que actuaban de forma premeditada y con órdenes del día establecidos. Se les conocía como “Grupos de Afinidad Anarcosindicalistas” y estaban en la línea de actuación de Autonomía Obrera-Liberación, Movimiento Comunista Libertario, consejistas, marxistas, reformistas, etc.

El 10 de junio de 1979 el Secretariado del Comité Nacional anunció que estaba investigando a los Grupos de Afinidad Anarcosindicalistas y terminarian siendo expulsados en septiembre del mismo año por organizar una estructura paralela que doblaba a los órganos de la CNT con el objetivo de alterar el rumbo de la anarcosindical y reformar su táctica sindical mediante el control de las delegaciones que acudieran al Congreso. Estos grupos serían conocidos como “los paralelos“, responsables de una de las más burdas intentonas por intentar manipular los acuerdos de la anarcosindical. Entre los expulsados se contraban José María Berro y Sebastián Puigcerver, ambos miembros del Comité Nacional. Las expulsiones se repitieron en otros sindicatos y feraciones locales.

Mientras tanto, el exilio por fin había aclarado su situacion y acudiría al V Congreso la CNT de España como tal y el exilio integrado en ella. Con el tiempo la CNT exterior pasaría a denominarse Comité Regional del Exterior.

Todos, dentro y fuera de la CNT, eran conscientes de la importancia que tendría este comicio. Finalmente, el Congreso abrió sus sesiones, a las que acudieron 380 sindicatos y 40 con representación indirecta, lo que hacían un total de 420 sindicatos. Aparte de todos los puntos de normativa orgánica y estructura interna de la organización, el primero de los grandes temas importantes sería el de la estrategia laboral y sindical, donde ya se manifestaron fuertemente las dos corrientes de opinión. Fue aquí donde algunos sindicatos plantearon la participación de la CNT en el modelo sindical basado en los Comités de Empresa.

Foto del V Congreso de la CNT en la Casa de Campo. 1979.

Entrada al V Congreso en la Casa de Campo. Madrid.

Para los reformistas, las causas de la reciente crisis del «sindicalismo de clase y autónomo» se debía a «la automarginación de la CNT, a la ingenuidad y el exceso de ideologización de la práctica sindical» de los anarcosindicalistas. Frente al «maximalismo empleado como arma y argumento permanente en la lucha», planteaban «la necesidad de devolver a la CNT su identidad perdida», que para ellos tenía como base «la necesaria defensa de los intereses de los trabajadores, la lucha por mejorar las condiciones de trabajo y vida, arrancando al capitalismo cada vez más parcelas de poder y decisión».

A pesar de sus reiteradas declaraciones de retorno a lo que ellos entendían por los orígenes de la CNT, los reformistas aceptaban como hecho consumado el modelo sindical de los Comités de Empresa, copia sin retoques de los Jurados Mixtos, los Comités Paritarios y los Jurados de Empresa que siempre rechazó la CNT y que fueron causa de su marginación con la dictadura de Primo de Rivera y con la Segunda República (tras los decretos de Largo Caballero, promulgados precisamente para favorcer a la UGT) y motivo de exclusión de la lucha sindical en el seno de la CNS franquista.

Aunque la participación en los Comités de Empresa se convirtió en el principal punto de disputa del V Congreso, lo cierto es que los que estaban dispuestos a pasar por el descrédito de las elecciones sindicales mantenían una visión tan idealista como irreal del sindicalismo del momento. Para ellos, todavía era posible levantar y sostener una CNT revolucionaria -como la que se añoraba desde 1936- dentro del contexto de la época (a pesar de la firma de los pactos de moncloa y el apoyo mayoritario de la sociedad a la constitución de 1978). Creían que la CNT aún podía ser la «tercera fuerza sindical», como repetían machaconamente, y mantener el mismo ritmo de crecimiento y fortalecimiento que había disfrutado en los primeros años de la transición. Esto es importante ya que esa percepción de la realidad sindical y social española que promulgaban -y que luego se demostraría erronea- de una CNT sólida e imparable en su crecimiento y con un gran colchón social que la respaldaba, la significaban como lo bastante capaz para no dejarse engañar y aguantar las embestidas y tentativas de absorción por parte del capital, como sí le había ocurrido a las Comisiones Obreras.

Y si este crecimiento no se producía -según ellos-ó si se tenía una sensación de retroceso, sólo se debía a la intransigencia ideológica de un oscuro entramado, al que llamaban despectivamente «exilio-FAI», que defendía un «anarquismo anquilosado». De nada servía alegar que parte del exilio apoyaba sus postulados, como de nada servía explicar que algunos grupos ácratas reagrupados en la FIGA (Federación Ibérica de Grupos Anarquistas) secundaban sus propuestas.

Como ya hemos dicho, frente a las críticas de sus antagonistas, los reformistas oponían un transfondo reousseauniano: los sindicatos de la CNT serían capaces de participar en un sistema «continuista que desde el gobierno, capital y centrales reformistas se nos venía imponiendo […] perpetuando la institucionalización de las relaciones laborales y la acción sindical» sin corromperse, sin caer en «el acomodo que se observa en la mayoría de los militantes y secciones sindicales de otras organziaciones». La CNT, buena por naturaleza, no sería corrompida por el nefasto sistema vigente.

CNT a CGT.

Foto de una de las sesiones del V Congreso.

El otro bloque, deminado por los reformistas «exilio-FAI», también creía que la revolución social era posible en la España de 1980, como lo fue en la de 1936 y como lo habría podido ser en la de 1975. Pensaban que si todavía no se había iniciado el proceso revolucionario, se debía a la destructora intervención del estado y de la patronal, por medio de infiltrados policiales (Caso Scala), por no mencionar las intentonas de manipular la Confederación por parte de los grupos trotskistas.

Pero los reformistas estaban decididos a renovar de arriba abajo el anarcosindicalismo y fuera de la CNT también contaban con aliados. Muchos estudiantes y medios de comunicación alternativos, especialmente la revista “Bicicleta“, se alinearon con la idea de «renovar la CNT». También otros núcleos que habian quedado al margen de la reconstrucción confederal incitaban una renovación que les permitiera actuar abiertamente en los sindicatos cenetistas. Entre estos merece la pena destacar al PS (Partido Sindicalista), formado por un puñado de afiliados que habían intentato resucitar el viejo partido de Ángel Pestaña. Al frente del PS estaba José Luis Rubio Cordón, un antiguo falangista que había formado parte, como otros afiliados del partido, del FSR (Frente Sindicalista Revolucionario), organización de corte falangista.

Finalmente, y tras un intenso debate, la propuesta fue rechaza por una amplia mayoría de los sindicatos. El Congreso consideraba que las elecciones sindicales trasladaban el parlamentarismo burgués a la empresa. Se aceptó en su lugar la asamblea de fábrica, pero la CNT mantendría su propia personalidad en ella. Se posicionó a favor de los convenios colectivos y de la negociación, siempre y cuando en ésta no interviniese el estado. Las negociaciones nunca irían en detrimento de la pérdida de derechos de los trabajadores. Como puntos básicos de negociación entraría la reducción de jornada laboral y el adelantamiento de la edad de jubilación. El Congreso rechazaba también la regulación de empleo y los expedientes de crisis, comprometiéndose a luchar por una plataforma reivindicativa de clase. Por último habría que destacar el rechazo al Estatuto de los Trabajadores pues se consideró que potenciaba el sindicalismo reformista, la contratación temporal y el abaratamiento del despido.

El último punto del congreso fue la relación de la CNT con otros organismos y organizaciones. Por aplastante mayoría se aprobó el mantenimiento de una relación fraternal con la FAI y la FIJL. En lo internacional se tendría relación con la IFA (Internacional de Federaciones Anarquistas) y se ratificó la adhesión a la AIT (Asociación Internacional de los Trabajadores).

Pero ya antes de finalizar, cincuenta y dos delegados partidarios de «las tesis renovadoras» y por lo tanto disconformes con la posicón mayoritaria ante las elecciones sindicales, queriendo romper el congreso, leyeron un comunicado denunciando que en el comicio se estaban produciendo -según ellos- falta de libertad de expresión, autoritarismo, violencia y amenazas. Estos delegados con sus sindicatos abandonaron el congreso, pues éste se negó a suspenderse.

Posteriormente estos delegados impugnaron los acuerdos y convocaron del 25 al 27 de julio de 1980 un nuevo Congreso Confederal en Valencia al que acudieron 300 delegados y más de 100 sindicatos. Allí se posicionaron a favor de los Comités de Empresa y se aprobaron las elecciones sindicales.

De esta manera ratificaron la ruptura, quedando escindidos de la CNT, que de este modo lograba matenerse fiel a los principios anarcosindicalistas. Los objetivos de esta escisión no eran sino arrastrar a la Confederación hacia posturas que históricamente no le correspondían, arguyendo que soplaban nuevos vientos para el sindicalismo. Todo esto provocó una querella importante, tanto a nivel moral como general, pues las siglas fueron usurpadas por los escindidos a la legitima CNT.

Foto de José Bondía, Secretario General de la CNT.

José Bondía Román.
Secretario General de CNT tras el V Congreso de 1979. Fue el máximo responsable de la segunda escisión de 1983 que culminaría con una falsa “reunificación” en 1896 entre la facción de Bondía y la del Congreso de Valencia, que posteriormente, en 1989 se denominaría CGT. Tras intentar destrozar a la CNT pasaría a ocupar en 1992 la gerencia del organismo del V Centenario, creado por el PSOE para la conmemoración de los 500 años del descubrimiento de América. Posteriormente ocupó un cargo de político como “consejero” técnico en La Casa de la Moneda. Los buenos servicios prestados en la segunda fase de destrucción de la CNT fueron bien recompensados.

Tras el V Congreso se eligió a un nuevo Comité Nacional -convirtiéndose José Bondía Román en el nuevo Secretario General- pero la escisión marcó profundamente el devenir de la CNT. Los medios de comunicación se hicieron eco de esta trascendental noticia, dando cobertura informativa sobre todo a los escindidos -aceptar las reglas del juego tenía sus recompensas-, que tras su Congreso pasarían a llamarse «CNT-Congreso de Valencia».

Esta nueva organización estableció una estrategia sindical completamente distinta a la que había sido aprobada en el V Congreso de la CNT: aceptaban subvenciones y participar en las elecciones sindicales, los diferentes comités tenían poder de decisión y contaban con militantes profesionales o liberados, tanto en los Comités de Empresa como en la propia estructura confederal. Y a pesar de todo esto, y sin ningún tipo de escrúpulo, áun se decían herederos de la CNT.

Aun así durante 1980 la actividad de la CNT no paro. En la línea de recuperación del Patrimonio Histórico, se produjo la ocupación y recuperación en el 1º de Mayo del local de Villaverde Alto. La ultraderecha seguía golpeando, y ese año fueron asesinados Arturo Pajuelo, militante de los movimientos ciudadanos y Jorge Caballero, militante anarquista. También se participó en diversos conflictos laborales entre los que destacaron el encierro de trabajadores en Torrejón de Ardoz (Madrid), junto a los sindicatos CSUT y SU, así como los conflictos de Cádiz, Huelva o Bilbao.

El 23 de febrero de 1981 se produjo el golpe de Estado patrocinado por el teniente coronel de la Guardia Civil Antonio Tejero. La CNT condenó el hecho y llamó a una huelga general. La anarcosindical catalogó el golpe, no como un hecho aislado, sino como la culminación de todo un proceso premeditado.

Se continuó en la lucha por la recuperación del patrimonio y por el reintegro de los archivos históricos de la organización, llegando a un acuerdo con el Instituto de Historia Social de Ámsterdam, donde se encontraban los documentos de la CNT.

El VI Congreso de la CNT y la segunda escisión

En las elecciones generales legislativas celebradas el 28 de octubre de 1982 se produjo la victoria electoral del PSOE, con 202 escaños. La CNT hizo campaña por la abstención y advirtió del grado de colaboracionismo que la socialdemocracia había mantenido en toda su historia como parte integrante del capitalismo.

Pero la CNT continuaba con su declive. A esto se unió que el Secretario General, José Bondía, actuó de manera ejecutivista al tomar decisiones por encima de la base de la CNT, lo que provocó fuertes fricciones en la ultima etapa de su ejercicio. Incluso se mostró favorable a presentar a la CNT en las elecciones sindicales.

Pero además Bondía se sirvió del cargo para intentar imponer sus planteamientos reformistas a la organización y desviarla así de sus principios, llegando incluso a mantener contactos -de espaldas a la organización- con Alfonso Guerra, vicepresidente del gobierno. Las promesas del PSOE ponían sobre la mesa una auténtica oferta de compra de la CNT.

Con este panorama tan dispar se llegó al VI Congreso de la CNT celebrado en Barcelona entre el 12 y el 16 de enero de 1983, acudiendo a él 209 sindicatos, 12 regionales y mas de 500 delegados. Aunque la gestión del Comité Nacional fue aprobada -la trama por entonces era ignorada por la militancia confederal-, José Bondía seguía opinando que la CNT podía ser reformista o sindicalista revolucionaria según las circunstancias. Tan movido fue este Congreso, que el punto mas candente -de nuevo, las elecciones sindicales- no se resolvió aquí sino en uno extraordinario en Torrejón de Ardoz, celebrado entre el 31 de marzo y el 3 de abril del mismo año.

Antes de continuar es importante destacar la reunión mantenida por entonces entre Bondía y Alfonso Guerra, en la que el por entonces vicepresidente del gobierno dijo:

«No pienso aceptar un sindicalismo a tres, CCOO, UGT y CNT, sino un sindicalismo a dos, UGT y CNT, pero para eso, la CNT, debe poner los pies en la tierra y aceptar las elecciones sindicales»

Esto debió de calar hondamente en Bondía, consciente además de que sería grátamente recompensado, y días antes de la resolución del VI Congreso con respecto a las elecciones sindicales, envió a los medios de comunicación un comunicado donde afirmaba que la CNT aceptaba las elecciones sindicales. Esto confirmaba, una vez más, la estrategia que ya expuso en su momento Indalecio Prieto, ministro de la II República:

«Es imposible combatir a la CNT desde fuera porque, en mi experiencia, la CNT es un toro que se crece con la represión, no resulta positivo hacerlo de esa forma. En cambio, es muy fácil hacerlo desde dentro, con lo que se consigue, si no hundirla, sí debilitarla sustancialmente»

Pero Bondía erró en su presagio y tras un tenso debate el Congreso Extraordinario ratificó los acuerdos del V Congreso condenando los comités de empresa y las elecciones sindicales. Por lo que estos nuevos acuerdos volvieron a provocar una escisión y veintiseis sindicatos abandonaron la Confederación. Los escindidos pasaron a unirse con la «CNT-Congreso de Valencia», formando así lo que ellos llamaron la «CNT-Renovada».

Poco antes, Juan Gómez Casas se había dirigido a José Bondía de la siguiente manera:

Atención:

«Nuevas» Definiciones sobre anarcosindicalismo

[…]

El compañero Bondía afirma que la CNT, como los demás sindicatos entra en el “ranking” de las fuerzas sindicales del Estado y como tal favorece la evolución del sistema en éste o aquel sentido y se convierte se quiera o no en evolucionista en ausencia de situaciones revolucionarias. Sí, en cierto modo. Es evolucionista en el sentido de que durante la preparación al dilatado tránsito revolucionario es o debe ser un formidable factor de impregnación y contagio que haga evolucionar al pueblo hacia las condiciones que van a propiciar el cambio radical. Esa evolución es lo que yo llamo el crecimiento de la conciencia revolucionaria dentro y fuera de los lugares de trabajo. (Algunos sonríen al oir hablar de esto). De cualquier manera el compañero Bondía se equivoca cuando nos llama “estáticos” porque sólo esa nueva conciencia significa un cambio real. La imitación clara de lo que hacen otros, con pretensiones de originalidad, es como pretender avanzar pedaleando en esas bicicletas inmóviles que se utilizan para hacer ejercicios físicos en el interior de una habitación. Pero, acto seguido, se perfila una actitud mucho más ambigua en el trabajo de Bondía, al afirmar éste que para equilibrar la balanza y para reencontrarse con el anarcosindicalismo habría que ir a posiciones más sindicalistas. Un pequeño galimatías. Porque, si por definición somos anarcosindicalistas y no otra cosa, ¿tenemos que ir al sindicalismo para luego regresar a lo que somos por naturaleza? ¿Qué significa esto?

Vaciamiento de los contenidos de la CNT. El problema de la integración.

Como a Bondía no le agrada mucho la historia, sobre todo cuando va contra sus improvisaciones, puede que no sepa que situaciones confusas como ésta ya se dieron en la CNT durante la dictadura de Primo de Rivera y posteriormente con las polémicas entre Santillán, Pestaña y Peiró, sobre todo en las de estos dos últimos. Pestaña acabó definiendo a la CNT como un continente más que como un contenido. Un continente sirve para meter cosas dentro. Habiéndose agarrado al sindicalismo neutro acabó fundando un partido para infundir a aquél, desde fuera, un cierto contenido Cierto que la postura de Bondía no es esto, pero las implicaciones de cuanto dice son imprevisibles.

Tras afirmar que, descartando la integración política o de participación en la lucha por el poder, queda nuestra necesaria e inevitable integración en el tejido de la sociedad española, termina diciendo que, porque tenemos voluntad de constituirnos en fuerza social, esta no marginación (entiéndase integración, digo yo) ha de ser lo más profunda posible, siendo una parte fundamental en el entramado social. Pero la sociedad española o el entramado, como lo conocemos hoy, es el sistema. Y la sociedad española, o el sistema es todo, es decir, los que trabajan, los parados, los marginados, los oprimidos, los opresores, los cuerpos represivos, los políticos, la pluralidad de instituciones, el Estado. ¿Es aquí donde hemos de integrarnos de una forma “potente”, se nos dice?

Ante todo, ¿qué es estar integrados? Integrar es reunir las partes de un todo, armonizarlas, para que ese todo pueda cumplir sus funciones naturales. Tales funciones reconocen incluso discrepancias, diversidad y oposición hasta ciertos límites, pero todo ello en razón de que es necesario para el funcionamiento normal del todo. Por consiguiente, para la consolidación del todo, es decir, del sistema. Así es como entiende la cuestión el reformismo político. ¿Están la CNT y el movimiento libertario integrados así en el sistema? NO. Estamos dentro del entramado del sistema. Esto nos condiciona ciertamente, nos limita, nos reprime, se nos impone por medio de regulaciones autoritarias. Pero estamos contra el sistema, no somos una pieza indispensable para el desarrollo del sistema. De hecho, estamos en una situación real de marginación conscientemente asumida. Desde ésta intentamos contagiar nuestros valores y nuestras ideas-fuerza, penetrar hasta el corazón mismo de esta sociedad por nuestra teoría y nuestra práctica. La integración-colaboración como la entiende, quiera o no, Bondía, nos dejaría inermes y desarmados para la defensa de alternativas tendentes al cambio radical y profundo de la sociedad y convertidos en simple tejido del sistema.

[…]

En líneas generales se ratificó todo lo acordado en el V Congreso aunque, tras el VI y el Extraordinario, la Confederación se encontraba muy mermada en fuerzas, merced a las escisiones que había sufrido. Como el nuevo Comité Nacional estaba también a favor de las elecciones sindicales, presentó la dimisión y un Pleno Nacional de Regionales eligió a Fernando Montero como nuevo secretariado de la CNT.

Aunque tras los congresos de 1983 la CNT quiso volver por los caminos de antaño, las escisiones la habían dejado en situación casi residual. Comenzó además una lucha a partir de entonces por la legitimidad de las siglas frente a los escindidos y por la recuperación íntegra del patrimonio histórico robado por el franquismo, lucha que se extendería en el tiempo y llegaría hasta nuestros días.

Mientras tanto, en su afán por conviertirse en la «tercera fuerza sindical», y así justificar la necesidad de su ruptura, los escindidos fueron perdiendo señas de identidad anarcosindicalistas y absorbiendo a los pequeños núcleos sindicales descontentos que venian del sindicalismo reformista. Y todo esto para que, según sus propios datos, su representatividad a día de hoy no se acerque al 2%. Pero esto en el fondo ya es lo de menos porque ¿qué sentido tiene colocar una organización en la cúspide de la representación sindical a costa de ir haciendo concesiones, desechar los principios que la originaron y su razón de ser?

En 1989, tras el dictamen judicial favorable a la CNT-AIT, la pérdida de las siglas obligó a los escindidos que formaban la «CNT-Renovada» a adoptar otro nombre: CGT (Confederación General del Trabajo). Este cambio fue aprovechado por el sector más reformista para llevar adelante sus propuestas en el congreso celebrado un par de meses después, con una organización prácticamente dividida. Esta división terminaría por generar la primera escisión de los escindidos, dando lugar al nacimiento de Solidaridad Obrera.

La Confederación Nacional del Trabajo había retomado sus esencias, pero no sin pagar un alto precio: una dolorosa ruptura sindical, una considerable pérdida de militantes y una sensación de amargo desencanto que tardaría en superar.

Llegados a este punto, y a modo de conclusión, creemos que hay que tener el valor suficiente para llamar a las cosas por su nombre, para admitir lo que se es, lo que se hace y reconocer el papel que se representa: la vergüenza de intentar aparentar algo mucho más legítimo y honrado de lo que en realidad se hace. Ese papel lo representa fielmente CGT todos los días, y no hablamos de las personas, sino del origen y posterior trayectoria consumada y contrastada de esta organización. Por todo lo estudiado en este apartado (y las posteriores experiencias vividas), no podemos sino afirmar que CGT es el resultado del intento más burdo del poder por destruir la CNT.

Pero, una vez más, no se había logrado acabar con la CNT. Si bien la anarcosindical tendría que afrontar ahora la larga travesía del desierto de los años noventa.

Fuente: http://valencia.cnt.es/que-es-la-cnt/historia/1979-1989-el-proceso-escisionista/ 

[Siglo XIX] Periódico Comunista-Anárquico "La Voz de la Mujer"

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Esta es una recopilación de los periodicos conservados LA VOZ DE LA MUJER, expresió propágandistica de mujeres para mujeres sedientas de libertad, de la región argentina de finales del siglo XIX. Fue editada entre 1896 y 1897 siendo la primera de su clase en Argentina, y posiblemente también uno de los primeros orgános de expresión del feminismo anarquista en el mundo. En sus letras encontramos la critica apasionada y directa a la sociedad en la que vivían, apuntando con sabiduría y determinación los peligros de la autoridad estatal, patronal, eclesiástica y visibilizando especialmente el machismo- la doble esclavitud del capital y del hombre- como limitantes para la plena realización como seres libres.

A través de su claro mensaje: “Sin Dios, ni jefes (ni patrones-ni maridos)” invitaron a la construcción de una sociedad sin religiones alienantes, estructuras económicas explotadoras y ante todo sin patriarcado, luchas que hoy día siguen siendo necesarias para Ixs que en el siglo XXI le apostamos a un mundo basado en la autonomía, la solidaridad, la rebeldía y la revolución.

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Ociel

Por qué el fascismo vence - Errico Malatesta

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Publicado originalmente como «Perché il fascismo vinse», en Libero Accordo, 28 de agosto de 1923. 

La fuerza material puede prevalecer sobre la fuerza moral, también puede destruir a la más elegante civilización si ésta no sabe defenderse con medios adecuados contra los retornos ofensivos de la barbarie.
Toda bestia feroz puede devorar a un gentilhombre, también a un genio, un Galileo o un Leonardo, si éste es tan ingenuo como para creer que puede frenar a la bestia mostrándole una obra de arte o anunciándole un descubrimiento científico.

Pero la brutalidad difícilmente triunfa, y en todos los casos sus éxitos no han sido nunca generales y duraderos, si no logra conseguir cierto consentimiento moral, si los hombres civiles la reconocen por lo que es, y si además impotentes en develarla la rehuyen como a una cosa inmunda y repugnante.
El fascismo que compendia en sí toda la reacción y reclama en vida toda la ferocidad atávica dormida, ha vencido porque ha tenido el apoyo financiero de la gran burguesía y la ayuda material de varios gobiernos que quisieron servir contra la apremiante amenaza proletaria; ha vencido porque ha encontrado en su contra una masa cansada, desengañada y vuelta cobarde por una propaganda parlamentarista de cincuenta años; pero sobre todo ha vencido porque su violencia y sus crímenes han provocado el odio y la venganza de los ofendidos, pero no despertó la desaprobación, la indignación general, el horror moral que nos parece que debió nacer espontáneamente en cada alma gentil.
Y lamentablemente no podrán éstas imponerse materialmente si antes no hay una revuelta moral.

Digámoslo francamente, por doloroso que sea el constatarlo. Fascistas también hay fuera del partido fascista, hay en todas las clases y en todos los partidos: hay gente de todo el mundo que no siendo fascistas, incluso siendo anti-fascistas, tienen el alma fascista, el mismo deseo de abuso que distingue a los fascistas.

Ocurre, por ejemplo, de encontrar hombres que se dicen y se creen revolucionarios e incluso anarquistas que para solucionar una cuestión cualquiera afirman con orgulloso ceño que actuarán fascistamente, sin saber, o sabiendo también, que eso significa atacar, sin preocupación de justicia, cuando se está seguro de no correr peligro, o porque se es mucho más fuerte, porque se está armado contra un desarmado, o porque son varios contra uno, o porque se tiene la protección de la fuerza pública o porque se sabe que al violentado le repugna la denuncia — significa en fin actuar como camorrista y como policía. Lamentablemente es cierto, se puede actuar, y a menudo se actúa fascistamente sin necesidad de apuntarse entre los fascistas: y no son ciertamente los que actúan así, o se proponen actuar fascistamente, los que podrán provocar la revuelta moral, el sentido de disgusto que matará al fascismo.

¿No vemos a los hombres de la Confederación, los D'Aragona, los Baldesi, los Colombino, etcétera, lamer los pies de los gobernantes fascistas, y luego seguir siendo considerados, también por sus adversarios políticos, como gentilhombres?

Estas consideraciones, que por lo demás hemos hecho muchas veces, que se vinieron a la mente leyendo un artículo de “L'Etruria Nuova” de Grosseto, y que nos hemos asombrado de ver cortésmente reproducido por “La Voce Repubblicana” del 22 de agosto. Es un artículo de “su valeroso director”, el buen Giuseppe Benci, el decano de los republicanos de la fuerte Maremma (para usar las palabras del “La Voce”), que nos parece un documento de bajeza moral, que explica por qué los fascistas han podido hacer en la Maremma lo que hicieron.

Son conocidas las hazañas de bandoleros de los fascistas en la desventurada Maremma. Allí, más que en otros lugares, han ventilado sus pasiones malvadas. Desde el asesinato brutal a golpes, de incendios y devastaciones, hasta tiranías menudas, las pequeñas vejaciones que humillan, los insultos que ofenden el sentido de dignidad humana, todo esto han cometido sin conocer límite, sin respetar a nadie aquellos sentimientos que, además de ser condición de todo vivir civil, son la base misma de la humanidad en cuanto se distingue de la más ínfima bestialidad.

Y aquel fiero republicano de la Maremma habla en tono humilde y los trata de “gente de fe” y mendiga para los republicanos su apoyo y casi su amistad, aduciendo los méritos patrióticos de los mismos republicanos.

Él “admite que el gobierno (el gobierno fascista) tiene el derecho a garantizarse el libre desarrollo de su acción” y deja entender que cuando los republicanos vayan al poder harán lo mismo. Y protesta que “nadie podrá admitir que de nosotros (a Grosseto) el partido republicano haya intentado con acto alguno obstaculizar la experiencia de la parte dominante” y se jacta de no haber impedido para nada la acción del gobierno retrayéndose hasta de las luchas electorales para esperar que el experimento se cumpla. Es decir, esperar que se cumpla el experimento de dominación sobre toda Italia por parte de aquella gente que ha torturado a la Maremma.

Si el estado de ánimo del señor Benci correspondiera al estado de ánimo de los republicanos y la suerte del gobierno fascista tuviera que depender de ellos, tendría razón Mussolini cuando dice que se quedará en el poder treinta años. Se podría también quedar trescientos.

Errico Malatesta
Traducido por @rebeldealegre.
Fuente: http://es.theanarchistlibrary.org/library/errico-malatesta-por-que-el-fascismo-vence 

Stalin y la anarquía

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Ha llegado a mis manos un librito publicado en 1979 por la editorial 8 Nëntori, de Tirana. Este libro recoge una serie de artículos escritos por Stalin en polémica con los anarquistas georgianos entre 1905 y 1907.

En esos años, Rusia vivía un efímero periodo de libertad a consecuencia de la revolución de 1905, e incluso en Tiflis (capital de Georgia, donde vivía Stalin) se encendía la polémica entre anarquistas y socialdemócratas. El grupo anarquista de Tiflis publicaba los periódicos Nabati (Llamamiento), Muscha y otros. Los grupos revolucionarios, hermanados por la lucha contra la autocracia zarista, se diferenciaban por los métodos de acción; los socialdemócratas aprovechaban los pocos espacios de libertad para dedicarse a su deporte favorito: la lucha electoral, atrayéndose las críticas de los revolucionarios y, en particular, de los anarquistas. Stalin escribe una serie de artículos bajo el título de "¿Anarquismo o socialismo?" que fueron publicados en los periódicos Ajali Droeba (de diciembre de 1906 a enero de 1907), Chveni Tsjovreba (febrero de 1907) y Dro (abril de 1907). Los últimos artículos fueron secuestrados por la policía cuando la componente más reaccionaria del zarismo puso fin a las ilusiones legalitarias de los socialdemócratas y a sus periódicos legales.

El objetivo de Stalin en estos artículos era caracterizar al marxismo, analizar las críticas anarquistas al marxismo y luego pasar a criticar a la propia anarquía. En particular, los artículos publicados tratan del método dialéctico, de la teoría materialista, del socialismo proletario. Los artículos más explícitamente dedicados a la crítica de la anarquía, a la táctica y a la organización del movimiento anárquico no fueron publicados, y probablemente desaparecieron a causa de la acción represiva de la policía zarista.

El interés de estos artículos está sobre todo en el estilo de Stalin: su razonamiento es didáctico, a veces pedante, y trata de explicar de manera simple y sintética incluso los problemas más complejos; esta es una característica que Stalin conservará siempre, incluso en sus últimas obras, como Problemas económicos del socialismo en la URSS, de 1952. El trabajo de Stalin es una descripción previsible del "socialismo científico", de los elementos teóricos comunes a la Segunda y a la Tercera Internacional; del mismo modo proporciona un compendio de las críticas marxistas en general y en particular a las interpretaciones teóricas difundidas en el movimiento anarquista a principios del siglo pasado.

Este libro, entre otras cosas, demuestra que Stalin compartió durante muchos años las posturas de Lenin y la socialdemocracia internacional; por ejemplo, fueron publicados textos de Stalin por el Partido Comunista de Italia, liderado por Bordiga, en los años veinte del pasado siglo; en este contexto, hablar de degeneración estalinista respecto a la correcta enseñanza de Lenin y de Marx parece problemático: el estalinismo es una de las posibles variables de la concepción autoritaria, legalista y reformista de Karl Marx.

La serie de artículos contra los anarquistas georgianos comienza con la exposición del método dialéctico: según Stalin, el método dialéctico representa el movimiento continuo de la vida, en el que cada día algo nace y crece, y también algo se deteriora y muere. El método dialéctico ayuda a comprender que el proletariado nace y crece, crece de día en día, mientras que la burguesía envejece y camina hacia la tumba; no importa lo fuerte y numerosa que sea hoy la burguesía, porque será derrotada. El método dialéctico ayuda a comprender las causas sociales de la revolución, que para Stalin (y para Marx antes) se llaman "desarrollo de las fuerzas productivas".

Sucesivamente pasa a ocuparse de la teoría materialista de Marx y Engels, cuyo objetivo es legitimar la política socialdemócrata. De hecho, cuando pasa a ocuparse del "socialismo proletario", Stalin sostiene que la teoría materialista identifica qué ideal puede hacer un servicio directo al proletariado, sobre la base de la relación de este ideal con el desarrollo económico del país; es la teoría materialista que permite comprender si un ideal determinado corresponde plenamente con las exigencias de este desarrollo. Que el concepto de desarrollo económico ha de entenderse en el estrecho ámbito del crecimiento de la producción capitalista se confirma más abajo, cuando Stalin afirma que "debemos saludar el extenderse de la producción"; bajo esta óptica aparece clara la inconveniencia del anarquismo, ideal que "contrasta con los intereses de una poderosa extensión de la producción", por lo que la idea anarquista "es nociva para el proletariado".

Es obvio que, si el interés económico del proletariado es el desarrollo de la economía capitalista, su interés político será la instauración de la república burguesa; de hecho, hasta abril de 1917, el programa de los socialdemócratas no iba más allá de la Constitución y de la instauración de la república democrática. Fue el desarrollo de los soviets y la creciente influencia del movimiento anarquista en su seno lo que empujó a Lenin a adoptar un programa revolucionario, rápidamente echado por tierra una vez que el poder bolchevique se consolidó.

Pero volvamos al razonamiento de Stalin: la praxis, la política de la socialdemocracia, son correctas porque se han desarrollado de manera deductiva a partir del método dialéctico y de la teoría materialista de Marx y Engels; el método dialéctico y la teoría materialista ofrecen una correcta interpretación de la realidad porque en ellas se basa la acción del proletariado influido por la socialdemocracia. En esencia, este es el razonamiento repetitivo de Stalin, compartido bajo formas más elegantes y sofisticadas por todos los socialistas autoritarios.

El párrafo sobre el socialismo "proletario" prosigue ocupándose de la dictadura del proletariado y de la lucha parlamentaria; Stalin, obviamente, defiende la concepción autoritaria y legalista de la socialdemocracia, y ataca a los anarquistas. La experiencia ha demostrado que la dictadura del proletariado ha llevado a la reconstrucción del régimen capitalista, mientras que la lucha parlamentaria ha llevado a la corrupción de las fuerzas socialistas y comunistas que han participado en ella, confirmando las previsiones de los anarquistas.

Más que la confirmación de los diferentes puntos, se ha confirmado el planteamiento mantenido por el movimiento anarquista: los socialistas autoritarios siempre han sostenido, y siguen sosteniendo, que la teoría y la estrategia del partido son las armas principales para garantizar el éxito revolucionario y alejar el peligro de la degeneración; la correcta aplicación del socialismo científico está garantizada por la disciplina y la sumisión de los militantes a los dirigentes, únicos para interpretar las palabras de los profetas. La Historia ha demostrado que los partidos autoritarios han sucumbido miserablemente frente a la agresión del Estado; sucedió con los partidos socialistas de Alemania e Italia ante la agresión fascista, ha sucedido con los partidos comunistas que se han adaptado progresivamente al sistema, revisando a cada poco sus principios fundamentales, transigiendo a cambio de un puñado de votos o de una porción de poder. ¿Esto ha sucedido porque los dirigentes socialistas o comunistas eran malvados, débiles o traidores? Sin duda eran los mejores militantes del movimiento obrero. Los anarquistas siempre han dicho que el cargo acaba por corromper hasta a los mejores, que todo gobierno, por su naturaleza, tiene necesidad de una franja privilegiada que lo apoye, ya que, no pudiendo contentar a todos, necesita de una clase económicamente potente que lo apoye a cambio de la protección legal y material que recibe; que todo parlamentario, aunque sea el más revolucionario, está obligado a mediar con los parlamentarios de las otras fuerzas políticas para conseguir aprobar alguna medida favorable a los obreros, a descafeinar su programa para obtener algún voto más. De ese modo, lo poco de bueno que llega a las clases populares por la acción parlamentaria de sus representantes, se vacía de contenido por la corrupción y por la división que se genera entre las propias clases populares.

Para los anarquistas, el camino elegido conduce inevitablemente a un destino: el camino de la delegación y del gobierno no puede llevar a la emancipación del proletariado. En otras palabras, es la actividad práctico-sensible de los hombres lo que determina y, en última instancia, también sus convicciones, y no la viceversa. Esta es la base del materialismo de los anarquistas, es la base de la desconfianza hacia los socialistas "científicos" que, tras sus fórmulas abstrusas, solo buscan someter los movimientos de transformación social a sus intereses de partido. Por ello, los doctrinarios a cuya formación indudablemente pertenece Stalin, odian el anarquismo: la autonomía del proletariado, la organización federalista y autogestionaria, y la abolición del Estado, elementos característicos del anarquismo, señalan el fin de su nefasto papel.

Tiziano Antonelli
Publicado en el Periódico Anarquista Tierra y Libertad, Septiembre de 2015

El mendigo y el ladrón - Ricardo Flores Magón

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Publicado originalmente en Regeneración, número 216, fechado el 11 de diciembre de 1915.

A lo largo de la avenida risueña van y vienen los transeúntes, hombres y mujeres perfumados, elegantes, insultantes. Pegado a la pared está el mendigo, la pedigüeña mano adelantada, en los labios temblando la súplica servil.

─¡Una limosna por el amor de Dios!

De vez en cuando cae una moneda en la mano del pordiosero, que éste mete presuroso en el bolsillo prodigando alabanzas y reconocimientos degradantes.

El ladrón pasa y no puede evitar obsequiar al mendigo con una mirada de desprecio.

El pordiosero se indigna porque también la indignidad tiene rubores, y refunfuña atufado:

─¿No te arde la cara, ¡bribón! de verte frente a frente de un hombre honrado como yo? Yo respeto la ley: yo no cometo el crimen de meter la mano en el bolsillo ajeno. Mis pisadas son firmes, como las de todo buen ciudadano que no tiene la costumbre de caminar de puntillas, en el silencio de la noche, por las habitaciones ajenas. Puedo presentar el rostro en todas partes; no rehúyo la mirada del gendarme; el rico me ve con benevolencia y, al echar una moneda en mi sombrero, me palmea el hombro diciéndome: ¡buen hombre!

El ladrón se baja el ala del sombrero hasta la nariz, hace un gesto de asco, lanza una mirada escudriñadora en torno suyo y replica al mendigo:

─No esperes que me sonroje yo frente a ti, ¡vil mendigo! ¿Honrado tú? La honradez no vive de rodillas esperando que se le arroje el hueso que ha de roer. La honradez es altiva por excelencia. Yo no sé si soy honrado o no lo soy; pero te confieso que me falta valor para suplicar al rico que me dé, por el amor de Dios, una migaja de lo que me ha despojado. ¿Que violo la ley? Es cierto; pero la ley es cosa muy distinta de la justicia. Violo la ley escrita por el burgués, y esa violación contiene en sí un acto de justicia, porque la ley autoriza el robo del rico en perjuicio del pobre, esto es, una injusticia, y al arrebatar yo al rico parte de lo que nos ha robado a los pobres, ejecuto un acto de justicia. El rico te palmea el hombro porque tu servilismo, tu bajeza abyecta, le garantiza el disfrute tranquilo de lo que a ti, a mí y a todos los pobres del mundo nos ha robado. El ideal del rico es que todos los pobres tengamos alma de mendigo. Si fueras hombre, morderías la mano del rico que te arroja un mendrugo. ¡Yo te desprecio!

El ladrón escupe y se pierde entre la multitud. El mendigo alza los ojos al cielo y gime:

─¡Una limosna, por el amor de Dios!

Ricardo Flores Magón 
Fuente: Antorcha
Tomado de: http://noticiasyanarquia.blogspot.com.es/2015/10/el-mendigo-y-el-ladron-ricardo-flores.html 

Los anarquistas rusos en el movimiento obrero a principios del siglo XX

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En nuestra ciencia histórica nativa, la base social del movimiento anarquista ruso en el comienzo del siglo XX es tradicionalmente vista como pequeña-burguesa. Esta, en obras de la época soviética aparece de manera típica en opiniones como la de S.N. Kanyev, quien escribió que los elementos dominantes entre los anarquistas rusos fueron “la pequeña burguesía campesina… pequeños propietarios, artesanos, y parte de la intelligensia.” [1]. Nociones similares sobre “el típico anarquista” ha persistido incluso después del colapso de la USSR y de la liberación de las ciencias históricas de muchos dogmas previos. Por ejemplo, la enciclopedia de “Partidos políticos de Rusia” nos informa: “la base social de las organizaciones anarquistas estuvieron compuestas predominantemente de artesanos, pequeños trabajadores, aunque el movimiento también atrajo campesinos, trabajadores y a la intelligensia. [2] Paradójicamente, estos mismos autores, cuando era momento de elaborar eventos concretos y hechos de la historia del anarquismo ruso, no descubrieron entre sus adherentes ni trabajadores ni artesanos, y se vieron obligados a limitar su discusión principalmente hacia los trabajadores anarquistas.

Nos parece que el único método fiable de determinar la “base social de las organizaciones anarquistas” al principio del ultimo siglo es el uso matemático de las estadísticas para encontrar las proporciones de los miembros de los diferentes estatus sociales. El autor de este ensayo ha estado ocupado el mismo durante varios años colectando y sistematizando información biográfica acerca de los participantes del movimiento anarquista en el territorio del imperio ruso y de la USSR, usando fuentes publicadas y no publicadas (de archivo). El resultado obtenido refuta las nociones estándar a priori que originaron ya en el periodismo político pre-revolucionario de los socialdemócratas. Por las razones de hacer más comprensible el texto, hemos dividido estos resultados en tres periodos: 1) el pre-revolucionario, des del origen del movimiento anarquista en Rusia en 1900 hasta 1916, 2) la revolución y la Guerra Civil de 1917 a 1921; 3) El periodo del fin de la Guerra Civil Rusa hasta la destrucción física de los últimos anarquistas Ruso a finales de la década de los 30.

En el periodo que va de 1900 a 1916 hemos identificado 2400 anarquistas: se han establecido profesiones para 1,593 de ellos. De este número, la mayoría (59.1%) eran representativos de la clase trabajadora (fabricas, transporte, y otros trabajadores) Otras 72 personas (4,5%) pertenecían a las ocupaciones de cuello blanco (trabajadores de correos/telégrafos, trabajadores del clero, asistentes de tiendas, contables, paramédicos, profesores, etc.) situados socialmente cerca del proletariado. Dejarnos enfatizar especialmente en que el 59% no incluye ex trabajadores sirviendo en las fuerzas armadas o los “llamados” revolucionarios profesionales, ni tampoco incluye los hijos de los trabajadores estudiando en la escuela elemental o secundaria. En algunos sitios, el porcentaje de los trabajadores de fábrica o de transportistas son incluso más altos aun. Por ejemplo, en Yekaterinoslav estos constituían alrededor del 78% de los miembros de la Federación de Anarquistas local. Sus ocupaciones profesionales más comunes entre los trabajadores anarquistas fueron los trabajadores del metal y los maquinistas (111) sastres y costureras (47), impresores (40) trabajadores de la industria de la comida (37) marineros de la marina mercante (35), y también un numero significante de trabajadores del ferrocarril, metalúrgicos, zapateros, ebanistas y mineros.

El movimiento anarquista ruso nunca fue capaz de conseguir una unidad en asuntos de tácticas y organización. En el momento de la Revolución de 1905-1907, una fracción significante de anarquistas, incluyendo aquellos que pertenecían a los trabajadores, consideraron que su tasca era dirigir la lucha directa contra el gobierno zarista y la burguesía, concentrándose en las acciones militantes y el rechazo a la participación en cualquier movimiento “no revolucionario” y “oportunista”, incluyendo el movimiento sindicalista. En el mismo momento, los seguidores de Kropotkin y algunos otros ideólogos anarquistas defendieron la organización de sindicatos de trabajadores y campesinos, los cuales ellos concebían como los “órganos naturales de la lucha directa contra el capital” y los embriones de la futura sociedad socialista libertaria. Ellos también estuvieron a favor de “preparar la Huelga General de los desposeídos, tanto de las ciudades como de los pueblos, los cuales… podrían empezar la Revolución Social” [3]. Los defensores de estas perspectivas, llamados así mismos “anarcosindicalistas”, fueron participantes activos en el movimiento laboral organizado, que incluía los sindicatos. En consecuencia, en Petersburgo, los anarquistas y sus aliados ideológicos, los “sindicalistas revolucionarios”, ejercieron una fuerte influencia en los sindicatos de impresores, patronistas, electro-tecnicistas, litógrafos y metalúrgicos. En Moscú, miembros del grupo anarquista “Buntar” (insurgente), “Svoboda” (Libertad) y “Svobodnaya kommuna (Comuna libre) trabajaron en el “Sindicato de Refinamiento del Metal” y en los sindicatos de los trabajadores de la construcción/arquitectura, fontanería, impresión e ingenieros de centrales eléctricas; ellos lideraron huelgas de trabajadores de instalaciones eléctricas y del gas, así como varias huelgas de fundiciones y fábricas de maquinaria. En Kharkov los anarquistas cogieron la iniciativa creando el “Sindicato de los trabajadores por la defensa de nuestros derechos”; En Riga fue formado el “Sindicato del Trabajo Libre” [4]. La participación de los anarquistas en los sindicatos tomo lugar también en Baku, Warsaw, Nikolayev, Petrokov (Piotrków), y otras ciudades. La organización anarcosindicalista más conocida de ese tiempo fue “Registración” [Registración, elegido y gestionado por los mismos marineros, su nombre deriva del hecho de que realizaba un intercambio laboral rellenando las vacantes en todos los barcos de Odessa. (Nota del traductor original)] de Odessa y su sucesor, el Sindicato de Marineros del Mar Negro, activo en 1906-1918 y responsable de la organización de varias huelgas de los marineros de la marina mercante y de los trabajadores del puerto durante 1906-1907 [5]. En otras regiones las organizaciones anarquistas fueron fruentemente formadas de manera simultánea a diferentes oficios y así de este modo adquirieron características de los sindicatos. Por ejemplo, el núcleo de la Federación Anarquista de Yekaterinoslav en 1907 consistió en las federaciones anarcocomunistas de la fábrica de tuberías, los talleres de ferrocarriles, la fábrica de Briansk y de interfábrica, [6]; El grupo anarcocomunista de Bialostok fue reorganizado al final de 1905 en una asociación de federaciones de trabajadores del textil, del cuero, sastres y ebanistas [7]; El grupo federado de Vilna fue compuesto por organizaciones de trabajadores del cuero, carniceros y sastres [8]. La actividad entre el proletariado era considerada como de de vital importancia incluso por aquellos anarquistas que no pertenecían a la clase obrera. Fue típico el ejemplo del grupo anarcocomunista de Kiev “Bandera Negra”, compuesto básicamente por estudiantes, pero centrado en la organización y la propaganda entre los trabajadores de la fábrica “Arsenal”, trabajadores de la industria alimenticia, carreteros y trabajadores de la refinación del azúcar. [9]

A parte de tomar parte en la actividad sindical, realizando agitación y propaganda, creando grupos de estudio obreros, y etc. – formas tradicionales de acción en el movimiento de los trabajadores – una característica distintiva de la practica de los anarquistas y de los Socialrevolucionarios-Maximalistas, ideológicamente cercanos a ellos durante los aproximadamente primeros doce años del siglo XX, fue la aplicación extendida del terror económico. Durante las huelgas, los anarquistas fruentemente ideaban actos de subversión y sabotaje, destruyendo equipamiento y bienes manufacturados. Los ejemplos mas bien conocidos de estas practicas fueron la serie de actos de sabotajes que acompañaron las huelgas prolongadas de los marineros del Mar Negro (noviembre 1906- 1907), cuando varios barcos de vapor fueron volados por anarquistas y el numero de perdidas totales de la Flota Rusa de Vapor y de la Sociedad de Comercio excedió un millón de rublos [9]. Las huelgas fueron fruentemente acompañadas de confiscaciones armadas y transferidas a los trabajadores en huelga con dinero, comida y otros bienes de primera necesidad; La mayoría de este tipo de actos fueron reportados en la Rusia Noroccidental, pero también tuvieron lugar en Odessa. De todos modos, la forma más extendida de terror económico fueron los intentos de asesinato dirigidos a los empresarios, los gerentes de fábrica, y los rompehuelgas. Los anarquistas llevaron a cabo su primer acto de terror económico en Agosto de 1904 en el pueblo de Krynki, en la gobernación de Grodno, cuando N. Farber, trabajador anarquista de Bialostok mató a A. Kagan, propietario de un gran taller de manufactura de zapatos. [10]; El último incidente conocido de este tipo en la historia del anarquismo antes de 1917 ocurrió en la primavera de 1912, cuando los miembros del revivido grupo anarcocomunista de Riga realizaron diferentes ataques a ingenieros y capataces de las fabricas locales. [11]. Dejarnos anotar que el terror económico no fue aplicado no solo como herramienta de presión hacía la administración de las empresas, sino que también fue un medio de venganza exigente hacía la “clase enemiga”. Por ejemplo, en Mayo de 1906, después de que la huelga de trabajadores de transportes de Moscú fuera suprimida, el trabajador anarquista Zuyev asesino el ingeniero Krebs, administrador de la cochera de tranvías de Miusskiy; y en Abril de 1907, los anarquistas de Yekaterinoslav P. Arshinov y V. Babeshko dispararon a Vasilenko, cabeza de los talleres de ferrocarriles Alexandrovsk, en represalia por los disparos en masa hacía los huelguistas [12].

Durante la Revolución de 1905-1907, los eslóganes, y especialmente la práctica, de los anarquistas rusos, llamaban a una parte significante de la clase obrera, sobretodo a los elementos más determinados y radicales de esta. Su punto de vista fue expresada, por ejemplo, en las famosas palabras de A.N Matyushenko, líder de revuelta en el acorzado Potemkin: “Cuanto más golpeen a los propietarios, mejor son ellos”. Esta práctica terrorista llevó hacia la más severa represión dirigida hacia los participantes del movimiento anarquista. Los líderes veteranos y la nueva generación de anarquistas que apareció en la víspera de la Primera Guerra Mundial, acabó con la necesaria conclusión de las lecciones que habían recibido: durante los últimos años de la era zarista, los anarquistas tomaron parte del movimiento obrero revolucionario como antes, pero el uso del terror se volvió un fenómeno extremadamente raro.

Para el segundo periodo bajo análisis (1917 – 1921), analizamos las biografías de más de 2.800 anarquistas. La profesión de ellos fue establecida para unos 2.062 de ellos, de los cuales 886 (43,0) fueron trabajadores de collar azul, y 127 (6.2) fueron empleados de collar blanco de bajo nivel de las categorías mencionadas antes. La caída de los números relativos de trabajadores entre los anarquistas es explicada tanto por la expansión de las ideas anarquistas entre los campesinos (la proporción de campesinos anarquistas incremente del 8,5% al 16,3%) como por el descenso de la fuerza numérica de la clase trabajadora rusa debido a la Guerra Mundial y la devastación económica. Las principales profesiones representadas entre los trabajadores anarquistas de este periodo fueron obreros del metal y maquinistas (87) trabajadores de ferrocarriles (45), metalúrgicos (44) y trabajadores de la industria alimenticia (39); menos cantidades fueron identificadas para otras como trabajadores del transporte marino, tipógrafos, mineros y electricistas.

Durante estos años los anarquistas tomaron parte de todas las organizaciones de la clase trabajadora – soviets, sindicatos, comités de fábricas, cooperativas de producción y consumo, etc. A juzgar por los registros de los congresos de los sindicatos panrusos que fueron realizados en 1918-1920, los anarcosindicalistas disfrutaron de una influencia significativa en los sindicatos de los trabajadores del metal, de los ferrocarriles, del textil, del transporte marítimo y de los trabajadores portuarios, panaderos, mineros y entre los empleados del telégrafo y del servicio postal. Una amplia serie sindicatos fueron operados bajo liderazgo de anarquistas, incluyendo el Sindicato de Moscú de Panaderos, el Sindicato de Moscú de Químicos y Perfumistas, el Sindicato de Marineros del Mar Negro, el Sindicato de Correos y Telégrafos de Petrogrado, el Sindicato de Trabajadores de Transporte del Rio Volga, el Sindicato de trabajadores del Metal, Madera y Otros oficios de Gulyai-Polye, Sindicato de Mineros de Oro de funcionamiento sobre Principios Cooperativos de la Trans-Baikal, etc. En el comité central del Sindicato del Metal Panruso (VSRM), los anarquistas fueron representados por A.K Gastev y A.Z Gol’Tsman. Los anarquistas fueron también elegidos para líder posiciones en las ramas locales del VSRM en las provincias de Yekaterisnoslavskaya, Orlosvkaya y Kharkovskaya como también en los Urales. Los anarquistas fueron también miembros del comité central del Sindicato de Empleados de Correos y Telégrafos Panruso [13]

Una fracción importante de los anarquistas vio los sindicatos como una “forma obsoleta” del movimiento obrero, opuesta a los comités de fábrica (fabzabkoms). Anarquistas de diferentes tendencias vieron en estos órganos novedosos en Rusia el instrumento mediante el cual podrían permitir al proletariado establecer un “control obrero real”, seguido de la autogestión de la producción y la distribución, culminando en la reorganización de de toda la vida económica del país en la base de un socialismo sin Estado. Fue con esta perspectiva con la que delegados anarquistas participaron en las conferencias de los fabzabkcoms de Petrogrado y cercanías en Junio-Diciembre de 1917, en el Primer Congreso de Fabzabkoms Panruso en Octubre de 1917, y en el Primer Congreso de Sindicatos Panrusos en Enero de 1918. Entre los más conocidos activistas del movimiento anarquista trabajando en los Fabzabkoms, incluso dirigiéndolos, podemos mencionar a K.V. Akashev y G.P Maksimov (Petrogrado), V.P Bekrenyev y M.S Khodunov (Moscú), M.A Petrovsky (Odessa), Yu. Rotenberg (Kharkov), I.P Zhuk (Schlüsselburg), B. K. Shatilo (Kuzbass), y otros activistas. El anarcosindicalista de Petrogrado V.S Shatov fue elegido al final de 1917 en el comité ejecutivo central panruso de los fabzabcoms. [14]

A finales de 1917 – principios de 1918, mientras el viejo sistema estatal se desintegraba y el nuevo, el Estado Bolchevique, aun estaba tomando forma, los anarquistas procedieron a la llamada socialización de las empresas, es decir, la transición hacia el control total de los colectivos de trabajadores. Desde el punto de vista de los propios anarquistas, este era solo el primer paso, del cual después vendría la reorganización de todas las regiones, y después de todo el país. La socialización fue concebida como la realización directa de uno de los principales eslóganes de la Revolución de Octubre: “Las fábricas para los trabajadores”. Pero poner este programa a la práctica ya había encontrado oposición de las autoridades Soviéticas, las cuales sus economías políticas se limitaron a un sistema de control obrero, y después fue reducido a la nacionalización total de toda la economía. A pesar de la oposición, los anarquistas disponían del apoyo de colectivos obreros, llevando a cabo la socialización de la flota mercante del Mar Negro (junto los puertos de Odessa y sus astilleros), las fábricas de la industria del cemento y maquinaria industrial, negocios en los sectores de servicio (cafeterías, restaurantes, hoteles) en el óblas [División administrativa dos escalones inferior a lo nacional (nota de traducción)] de Kubano-Chernomorskaya, minas en la cuenca de Cheremkhovskaya (gobernación de Irkustk), y empresas individuales de otras regiones, incluyendo algunas grandes como la fábrica de pólvora de Schlüsselburg [15].

Estos experimentos en socialización de la economía no duraron mucho. Alrededor de la primavera- verano del 1918, los anarquistas se encontraron así mismos de vuelta a la clandestinidad en Ucrania, Siberia, los Urales y en las regiones del Volga y de Kubano-Chernomorskaya, todas las cuales fueron ocupadas por intervencionistas y la Guardia Blanca. En el mismo tiempo, las autoridades Soviéticas empezaron a perseguir a los anarquistas. A pesar de esto, una facción de anarquistas continuó viendo a los Bolcheviques como unos aliados en la lucha contra el sistema burgués, quedándose en sus puestos en los órganos del Estado Soviético. Otros se levantaron en oposición al régimen bolchevique, que incluyó la participación en huelgas económicas (Petrogrado, Bryansk, Tula, Ryazan, etc.) [16] y la creación de sindicatos ilegales, un ejemplo del cual fue la “Federación de Trabajadores de la Industria Alimenticia”, organizada en Moscú por anarquistas y Socialrevolucionarios-Maximalistas a comienzos de 1920. Finalmente, muchos anarquistas participaron en luchas abiertas armadas contra el Bolchevismo, principalmente en las filas del movimiento insurgente Majnovista. Roles importantes de este movimiento fueron realizados por destacados activistas del movimiento de trabajadores ruso como P.A Arshinov, que fue miembro del comité central del Sindicato de Trabajadores del Textil Panruso, y P.A Rybin, que estuvo en el Buró territorial del Sindicato de Trabajadores del Metal del Sud de Rusia.

EL tercero intervalo de nuestra periodización del movimiento anarquista abraza los años del 1922 hasta el final de los años 30 de la década siguiente. De los aproximadamente 1.100 anarquistas que conocemos de este periodo, hemos establecido la ocupación de 543. Entre ellos solo encontramos 156 trabajadores (28.8%); no es posible hasta el momento de ser más específico sobre las ocupaciones representadas.

Los estudios sobre la historia del anarquismo ruso de las décadas de los años 20 y 30 del siglo XX han sido pocos y fragmentados en su naturaleza. Sin embargo, hay información disponible sobre unos cuantos grupos anarquistas de esos tiempos, incluyendo grupos de anarquistas de clase trabajadora. Los grupos y círculos ilegales, compuestos tanto de veteranos del movimiento como de representantes de la nueva generación de anarcocomunistas y sindicalistas, fueron activos predominantemente en Moscú. Leningrado, Kharkov, Odessa y Yekaterinoslav (Dnepropetrovsk). En estos centros históricos del movimiento, hacia los principios de 1930 la agitación fue continuada entre varios estratos de la población, incluyendo los trabajadores. Hubo intentos de publicar literatura ilegal, y se realizaron huelgas para demandas económicas. [17]. De acorde a diferentes fuentes, un de los últimos grupos anarquistas clandestinos estaba activo en 1937 entre los trabajadores de la fabrica de tractores de Stalingrado [18].

Escrito por Anatoly Viktorovich Dubovik

Este artículo fue presentado en la Conferencia Internacional Cientifico-Práctica sobre “El movimiento obrero y la Izquierda contra el Autoritarismo y el Totalitarismo: pasado, presente y perspectivas futuras (Moscú, noviembre 3-4-2011).

Anatoly Viktorovich Dubovik, un activista anarquista desde 1989, ha publicado un amplio abanico sobre la historia del anarquismo.

Traducido del ruso al inglés por Malcom Archibald. Traducido del inglés al castellano por Víctor A.

Nota del traductor: No conozco mucho sobre la historia del anarquismo ruso, y encontré este artículo interesante ya que este se presenta con el objetivo de desmontar el tópico, escuchado por algunos marxistas de que el anarquismo es fruto de la pequeña burguesía. Hoy también se escucha el tópico de que los “okupas”,”antisistema” o ”anarquistas” son hijos de familia de bien, reproduciendo el argumento para desprestigiar.

Así que a pesar de la propaganda soviética que tuvo que justificar su dominio, en un periodo tan interesante como la Revolución Rusa creo importante rescatar las experiencias sepultadas por las autoridades de autogestión que se dieron, recordando que no solo en la España del 36 se dieron procesos de colectivización libertaria. Por eso he traducido este artículo de Anatoly Dubovik.

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Fuentes bibliográficas:

  1. S. N. Kanev, Oktyabr’skaya revolyutsiya i krakh anarkhizma [La Revolución de Octubre y la caída del anarquismo] (Moscú, 1974), p. 29.
  2. V. V. Kriven’kiy, Anarkhisty. // Politicheskiye partii Rossii. Konets XIX – pervaya tret’ XX veka.[Anarquistas. // Partidos políticos de Rusia. Final del siglo XIX – primer tercio del siglo XX] (Moscú: ROSSPEN, 1996), p. 31.
  3. Rezolyutsii Londonskikh s”yezdov anarkhistov-kommunistov 1904 i 1906 gg[Resoluciones del congreso anarcocomunista de Londres 1904 y 1906]// Anarkhisty. Dokumenty i materialy. Tom 1. 1883-1916 gg. [Anarquistas. Documentos y materiales. Vol. 1. 1883-1916.] (Moscú: ROSSPEN, 1998), pp. 68, 167-170.
  4. V. V. Kriven’kiy, Anarkhisty-sindikalisty. [Anarcosindicalistas.] // Politicheskiye partii Rossii. Konets XIX – pervaya tret’ XX veka. [Partidos políticos de Rusia. Final del siglo XIX – primer tercio del siglo XX] (Moscú: ROSSPEN, 1996), pp. 38-39; Al’manakh. Sbornik po istorii anarkhicheskogo dvizheniya v Ros-sii. T. 1. [Almanaque. Una colección de artículos sobre la historia del movimiento anarquista en. Vol. 1.] (Paris, 1909), pp. 55-57, 60-61; B. I. Gorev, Apolitichnyye i antiparlamentskiye gruppy (anarkhisty, maksimal-isty, makhayevtsy) [Grupos apolíticos y antiparlamentarios (anarquistas, maximalistas y Majnóvistas)] // Ob-shchestvennoye dvizheniye v Rossii v nachale KHKH veka. T. 3. Kn. 5. [Movimientos sociales en Rusia al principio del siglo. Vol. 3. Bk. 5.] (St. Petersburg, 1914), p. 23. 
  5. D. Novomirskiy, Anarkhicheskoye dvizheniye v Odesse. [The Anarchist movement in Odessa.] //Mikhailu Bakuninu. 1876-1926: Ocherki istorii anarkhicheskogo dvizheniya v Rossii. [Para Mikhail Bakunin. 1876-1916: Esbozos de la historia del movimiento anarquista en Rusia] (Moscú: Golos truda[La voz del trabajo], 1926), pp. 246-278; V. Savchenko, Anarkhisty-terroristy v Odesse (1905-1913).[Terrorismo anarquista en Odessa (1905-1913).] (Odessa: Optimum, 2006), pp. 120-123, 186-188, 190-193; A. Sukhov, Odesskiy port v 1906 godu. Vospominaniya agitatora. [EL Puerto de Odessa en 1906. Memorias de un agitador.] // Kandal’nyy zvon. [The Clanking of shackles.] Izdaniye Odesskogo otdeleniya Vsesoyuznogo ob-shchestva byvshikh politkatorzhan i ssyl’noposelentsev. [A Publication of the Odessa branch of the All-Russian society of former political prisoners and exiles.] (1926, № 5), pp. 15-29. 
  6. Anarkhisty. Dokumenty i materialy. Tom 2. 1917-1935. [Anarquistas. Documentos y materiales. Vol. 2. 1917-1935.] (Moscú: ROSSPEN, 1998), pp. 642-643. 
  7. Al’manakh. Sbornik po istorii anarkhicheskogo dvizheniya v Rossii. T. 1., p. 19. 
  8. Anarkhizm. Iz dokladnoy zapiski Departamenta Politsii v 1909 g. [Anarquismo. De los informes del departamento de la policía en 1909] // Chernaya Zvezda [Estrella Negra], (Moscú, 1995). 
  9. Anarkhisty. Dokumenty i materialy. Tom 2. 1917-1935., pp. 316-317, 641; V. Savchenko,Anarkhisty-terroristy v Odesse (1905-1913). (Odessa: Optimum, 2006), pp. 120-121, 130-131. 
  10. Anarkhisty. Dokumenty i materialy. Tom 2. 1917-1935., pp. 128-130. 
  11. See the biographies of V. Ya. Krevin, Ya. Ya. Krumin, y otros anarquistas rusos en: Politicheskaya katorga i ssylka. Biograficheskiy spravochnik chlenov Obshchestva politkatorzhan i ssyl’noposelentsev. [Katorga política y exilio. Directorio biográfico de los miembros de la Sociedad de prisioneros políticos y exiliados] (Moscú, 1929). 
  12. Al’manakh. Sbornik po istorii anarkhicheskogo dvizheniya v Rossii. T. 1., p.63; P. Arshinov,Dva pobe-ga. Iz vospominaniy anarkhista. 1906-1909 gg. [Dos escapes. De la memorias de un anarquista. 1906-1909.] (Paris: Una publicación de Dielo truda [La Causa Obrera], 1925), pp. 18–21. 
  13. – 14. V. V. Kriven’kiy, Anarkhisty-sindikalisty. // Politicheskiye partii Rossii. Konets XIX – pervaya tret’ XX veka., pp. 38-39; P. Avrich, Russkiye anarkhisty. 1905-1917. [Los anarquistas rusos. 1905-1917. (Moscú: ZAO Tsetnrpoligraf, 2006), pp. 154, 175; O. M. Movchan, O. P. Reínt, Mízhpartíyna polítichna bo-rot’ba u profspílkovomu rusí Ukraí ̈ni (1917-1922) [La lucha política interior en el movimiento sindicalista ucraniano (1917-1922)] // Ukraí ̈ns’kiy ístorichniy zhurnal [Revista de Historia Ucrania] (Kiev, 1995), № 5, p. 11; G. P. Maksimov, Sindikalisty v russkiy revolyutsii.[Sindicalistas en la Revolución Rusa] n. d., n. p.; V. Savchenko, Anarkhisty-terroristy v Odesse (1905-1913), pp. 200-201; A. A. Shtyrbul, Anarkhistskoye dvizheniye v Sibiri v pervoy chetverti 20 v.: Antigosudarstvennyy bunt i negosudar-stvennaya samoorganizatsiya trudyashchikhsya: Teoriya i praktika. [El movimiento anarquista en Siberia en el primer cuarto del siglo XX: Rebelión antiestatista y la autoorganización no-estatista de la clase trabajadora: Teoría and practica.] (Omsk: Izd-vo OPU, 1996), Part 1, pp. 146-147; Politicheskiye deyateli Rossii. 1917. Biograficheskiy slovar’.[Activistas políticos de Rusia. 1917. Diccionario Biográfico.] (Moscú: BRE, 1993), p. 404; Anarkhisty. Dokumenty i materialy. Tom 2. 1917-1935., pp. 39-41, 264-265. 
  14. V. Savchenko, Anarkhisty-terroristy v Odesse (1905-1913)., pp. 214-215. V. Degot’, Pod znamenem bol’shevizma. Zapiski podpol’shchika. [Bajo la bandera del bolchevismo. Notas de un activista clandestino.], Izdatel’stvo Vsesoyuznogo obshchestva politkatorzhan i ssyl’noposelentsev. [Una publicación de la sociedad de todos los presos políticos y exiliados.] (Moscú, 1933), pp. 232, 255; A. I. Kozlov, Vo imya revoly-utsii. [En el nombre de la revolución.] (Rostov, 1985), pp. 104-107; ; G. P. Maksimov, Sindikalisty v russkiy revolyutsii., n. d., n. p.; A. A. Shtyrbul, Anarkhistskoye dvizheniye v Sibiri v pervoy chetverti 20 v., Part 1, pp. 183-186. 
  15. See, e. g., Grazhdanskaya voyna i voyennaya interventsiya v SSSR [LA Guerra Civil y la intervencion militar en la URSS] (Moscú, 1983), p. 34; Goneniya na anarkhizm v Sovetskoy Rossii.[La persecución del anarquismo en la Rusia Soviética.] (Berlin, 1922), p. 50. 
  16. A. Razumov, Pamyati yunosti Lidii Chukovskoy [Memorias de juventud Lidiya Chukovskaya] //Zvezda (San Petersburgo, 1999, № 9), pp. 117-136; Unknown Anarchists: Nicholas Lazarevitch // Kate Sharpley Library Bulletin (Londres, 1997, № 11); Sobstvennoruchnyye pokazaniya Belasha Viktora Fedorovicha. [Las confesiones de Viktor Fedorovich Belash.], del libro: L. D. Yarutskiy, Majnó i Majnóvtsy. [Majnó y los majnovistas] (Mariupol, 1995). V. A. Savchenko, Anarkhistskoye podpol’ye v Odesse v 20-30-ye gg. XX veka. [ Los anarquistas clandestinos en Odessa en los 1920-1930] // Yugo-Zapad. Odessika (Odessa, 2009). № 7, pp. 108-135; A. V. Dubovik, K istorii anarkhicheskogo dvizheniya v Ukraine (1922-1938). [Hacia una historia del movimiento anarquista en Ucrania (1922-1938).] // Yugo-Zapad. Odessika (Odessa, 2011), № 7, pp. 182-198; D. I. Rublev, Istoriya odnoy listovki i sud’ba anarkhista Varshavskogo (iz istorii anarkhistskogo soprotivleniya totalitarizmu). [La historia de un folleto y el destino del anarquista Warshavskiy (De la historia de la resistencia anarquista al totalitarismo) // 30 oktyabrya, № 66, 2006; materiales del grupo «Soprotivleniye rossiyskikh sotsialistov i anarkhistov posle oktyabrya 1917 g.» [«Resistencia de los socialistas y anarquistas rusos después del Octubre de 1917»] en NIPTS «Memorial» [Información Científico y Centro Educativo «Memorial»] (Moscú). 
  17. Sobstvennoruchnyye pokazaniya Belasha Viktora Fedorovicha, del libro: L. D. Yarutskiy, Majnó i Majnóvtsy. [Majnó y los Majnóvistas] (Mariupol, 1995)
 Fuente: http://www.regeneracionlibertaria.org/los-anarquistas-rusos-en-el-movimiento-obrero-a-principios-del-siglo-xx 

"La plegaria del burro", por Rafael Barrett

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Dado que el jueves 8 de octubre, Editorial Eleuterio lanzó el libro Mi anarquismo y otros escritos de Rafael Barrett, dejamos a vuestra diposición un escrito suyo publicado en Moralidades actuales (1910), único libro publicado en vida por el autor hispano-paraguayo. Se trata de la “Plegaria del Burro”, texto que, en tanto la naturaleza gusta disfrazarse (o como diría Heráclito de Efeso: “El ser tiende a ocultarse”), juega con la imagen de los dioses y los burros para entregarnos una metáfora de la obediencia y sus efectos.

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BarrettLA RECIENTE PSICOLOGÍA COMPARADA revela que los animales —sobre todo los animales superiores— tienen lo necesario para ser tan infelices como nosotros; deseos, inteligencia, manías morales, remordimientos y la ilusión de la responsabilidad. El perro es hasta religioso; su dios es el hombre. Consultad los estudios de Anatole France sobre Riquet, el can de monsieur Bergeret, y quedaréis convencidos. Maeterlinck, en su artículo Sur la mort d’un petit chien, opina igual, y asegura que el perro es la única especie con que se comunica la nuestra, de alma a alma. El caballo padece un espanto incurable. Está medio loco. Las otras bestias domésticas no piensan sino en tragar. Yo, y perdóneme el gran Maeterlinck, haría una excepción con el burro. Se le ha colocado científicamente junto al caballo, pero eso no prueba nada, como no prueba mucho nuestro parecido exterior con el mono. La naturaleza gusta de disfrazarse, y no es prudente juzgar por la cascara el fruto. Creo que somos también los dioses del asno, y que su metafísica y su teología son más profundas, más alemanas que las del perro. El asno nos reza. Escuchemos su plegaria. No seamos sordos como las demás divinidades. Escuchemos:

“Hombre omnipotente, a ti me entrego en cuerpo y en espíritu. Tómame: ¿qué asno habrá bastante ciego para no ver que eres el creador del cielo y de la tierra? Si creas faroles y focos rechinantes que disipan las sombras nocturnas, vencedoras del sol, ¿no hemos de reconocerte el poder de crear el mismo sol y las exiguas estrellas? Y si creaste el pasto esencial, el grano absoluto, ¡ oh señor de las mieses!, ¿no habrás creado plantas y cosas menos útiles? El que puede lo más puede lo menos. Hombre innumerable y sutil, dueño mío, tú fabricas establos sublimes y altas viviendas que duran tanto como cien generaciones de burros. Sin duda me engendraste a mí, que duro tan poco. Si existo, es por tu infinita bondad. ¿De qué te sirvo yo, torpe, lento, ingrato, irreverente, a ti, amo de los carros de fuego que devoran la distancia rodeados del universal terror? Tu mano sagrada sostiene mis horas. Cada minuto de mi existencia es un beneficio tuyo.

“Tú me das de comer —¡oh misterio adorable!—, tú permites que te transporte de un punto a otro, que oprima mis lomos tu excelsa persona. ¡ Y cuántas veces te he llevado con sacrílega distracción! Pero cuando resplandece tu inagotable misericordia es cuando me castigas, cuando haces caer tu santísimo palo sobre mis huesos.

“Si te ocupas de mí, es con un fin trascendental. Me pegas desinteresadamente; me corriges como padre amoroso. Te propones elevarme a la vida perfecta. Tu rigor es benéfico. Mis pecados formidables merecerían torturas sin término. El crimen mayor del burro es su soberbia. Soy impaciente, colérico, cruel. Soy, además, lascivo. La lujuria de la burra, su perfidia disimulada a veces bajo las apariencias del pudor y de la virginidad, nos traen vergonzosas catástrofes. ¡Ay! La burra es amarga como la muerte.

“Tus palos divinos me indican mi deber; debo ser humilde, casto, resignado. No debo desanimarme en la lucha. La carne del burro es flaca, las tentaciones numerosas, pero Tú me ayudarás. Los cortos días que pasamos en un mundo de penas y de horrores oscuros, y lo inmenso de nuestros sueños, me dicen que el alma del burro es inmortal. Después que me hayan enterrado resucitaré, si fui burro y supe aprovechar las enseñanzas de tu palo santísimo; entonces me uniré a ti, y contemplaré en tu espléndido rostro la sonrisa de la eterna reconciliación.

“Entonces obtendré tus caricias, que aquí abajo serían absurdas. Cuenta la leyenda que un Hombre cabalgó sobre un asno sin fustigarle, y entró así en una ciudad donde les recibieron entre palmas. Aquel Hombre era débil, y los Hombres le pusieron en una cruz. Hicieron bien. Mi Hombre es el Hombre fuerte, el Hombre del palo. Sin el palo tu majestad sería inconcebible. Obedecido y reverenciado seas por los siglos de los siglos, y hágase tu voluntad, y no la mía. (Me parece que es lo que más me conviene por ahora.)”

Breve nota biográfica sobre Rafael Barrett

Rafael Barrett (1876 – 1910). Formado como ingeniero en Madrid, inició su exploración en la escritura con la publicación de “El postulado de Euclides”, un artículo de divulgación científica que redacta en 1897. Durante esos años, traba amistad con diversos escritores de la Generación del ’98, como Ramón María del Valle-Inclán, Pio Baroja y Ramiro de Maeztu.

Tras un percance con el Tribunal de Honor, Barrett abandona Europa y se instala en Argentina, donde comienza a colaborar en publicaciones como El Tiempo El Correo Español. En 1904, como corresponsal, viaja a Paraguay para cubrir los acontecimientos de la Revolución Liberal, tras lo cual se queda a vivir en Asunción. Para 1907, trabajando como agrimensor y agudizando su rol periodístico, Rafael Barrett recorre todo Paraguay, conociendo a fondo la triste vida en los yerbatales, donde, en condiciones de esclavitud, trabajan los mensúes. Es así como se inicia su filiación a las ideas anarquistas, fundando, en 1908, la revista Germinal junto al anarquista argentino José Guillermo Bertotto, donde no sólo publica importantes artículos, sino también denuncia los hechos ocurridos a causa del Golpe de Estado del coronel Albino Jara. Ese mismo año presenta los primeros síntomas de tuberculosis.

Debido a su rol en Germinal es deportado a Brasil, dirigiéndose, luego, a Montevideo, donde continúa publicando, esta vez en la prensa uruguaya. Su enfermedad, mientras tanto, sigue desarrollándose. En 1909, tras pasar por Buenos Aires y Corrientes, decide volver a Paraguay, cruzando clandestinamente la frontera. Durante esos años, escribe en distintas publicaciones, logrando gran reconocimiento en los alrededores del Río de la Plata. Con espíritu crítico y un corazón abierto hacia el pueblo paraguayo y al mundo entero, Rafael Barrett fallece al año siguiente, víctima de la tuberculosis. Tenía 34 años. Pocos meses antes, recibe un ejemplar de Moralidad actuales, el único libro que publicó en vida.

 Fuente: http://grupogomezrojas.org/ 

La IWW en Chile. Un sindicato y una leyenda (1919-1951)

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El siguiente escrito es un fragmento de la “PARTE II, De los Oficios y las Ideas, Desarrollo del anarcosindicalismo en la región chilena”, del libro «Sin Dios, Ni Patrones. Historia, diversidad y conflictos del anarquismo en la región chilena (1890-1990)» de Víctor Muñoz Cortés; el cual pueden consultar íntegro haciendo clic aquí. Foto de cabecera: Huelga IWW en Santiago, 1924. 

La IWW fue sin lugar a dudas la organización libertaria más recordada de la región chilena. No es ni la más grande ni la más afectiva de cuantas hubo, y tampoco fueron muchos sus años de efectiva trascendencia en el movimiento social criollo, pero sus tres letras se convirtieron en todo un emblema de rebeldía generacional que perduró muchas décadas después de su auge. La IWW no solo marcó a los trabajadores y trabajadoras que eligieron sumarse a sus filas. Muchos estudiantes y profesores se sintieron afines con su ideario, el empresariado padeció su efectividad y el Estado tuvo hasta que inventar montajes para suprimirla y garantizar el orden social. Revolucionaria, conflictiva, internacionalista, la IWW y sus siglas, encarnaron en sí mismas el imaginario subversivo de los años veinte. A continuación abordaremos los orígenes y algunos aspectos significativos de la tensa historia de esta organización y su paso por el país365.

Tras la desaparición de la Federación Obrera Regional Chilena (1913- 1917), los intentos para reunir a los anarcosindicalistas de diversos oficios y a nivel “nacional” no cesaron y pronto los mismos gremios marítimos de Valparaíso –precursores de la experiencia fallida recién mencionada– transmitieron una novedosa propuesta: adherir al sistema industrialista que proponía la organización de origen norteamericano Trabajadores Industriales del Mundo, más conocida como IWW, por sus iniciales en inglés (Industrial Workers of the World).

El contacto entre el Sindicato de Estibadores de Valparaíso y los tripulantes de barcos pertenecientes al Marine Transport Worker´s Industrial Unión y a la IWW de Nueva York, Chicago y California que arribaban a ese puerto, permitieron la introducción de las nuevas ideas366

La propuesta fue madurada en 1918 en el interior de un congreso de la Sociedad Gremial de Gente de Mar y tras ello fue presentada a las demás federaciones y sindicatos de orientación libertaria del país, acordándose realizar una convención para establecer las bases del nuevo organismo. La Federación Obrera Local de Santiago organizó el encuentro entre el 24 y el 27 de diciembre de 1919 en la capital. Tras una asamblea abierta y bien concurrida quedó constituida la sección chilena de la IWW367.

En ese congreso fundacional se hicieron representar organizaciones de resistencia de toda la región formándose Uniones locales desde Iquique a Corral. Si bien en un primer momento la conexión fue más bien nominal y hasta un poco ficticia, con los meses se consolidaron activos núcleos IWW en Iquique, Valparaíso, Santiago, Talca y Concepción, principalmente.

La IWW era una central sindicalista revolucionaria fundada en Estados Unidos en 1905. Con los años se crearon secciones en varios continentes. En América Latina sus principales enclaves estuvieron en México y Chile, aunque también hubo núcleos en Venezuela, Ecuador y Uruguay368

Cada sección nacional de la IWW era autónoma y variaba en sus inclinaciones ideológicas según sus propios componentes. Así por ejemplo, la sección estadounidense en estos años era más bien sindicalista revolucionaria (sin finalidad ideológica), mientras que la sección chilena estuvo ligada desde su origen al anarco-sindicalismo, aún cuando solo en 1923 estableció formalmente en sus estatutos el Comunismo Anárquico como finalidad de la organización.

La IWW proponía relacionar los sindicatos bajo el sistema industrialista. Esto es, crear una organización que reuniera a las entidades laborales por ramo (departamentos) de la producción en lugar de mantener los sindicatos por oficio. Así por ejemplo los estibadores, lancheros, jornaleros, pescadores y carpinteros de rivera formarían el Departamento Industrial Marítimo, mientras que los ladrilleros, estucadores, carpinteros y pintores se agruparían en el Departamento Industrial de la Construcción369

Allí donde no se contaba con sindicatos de un gremio, se reunía a individualidades de distintas especialidades y se formaba un Departamento de Oficios Varios370. Esta centralización implicaba un alto nivel de coordinación y apoyo en los conflictos que se suscitaban, pues se estimaba que la capacidad de negociación crecería junto con la organización. La idea es que si paralizaba un sindicato en particular, todos los oficios que componían su Departamento le acompañarían en la huelga. En la práctica estos métodos demostraron ser efectivos sobre todo en los gremios portuarios y entre los trabajadores de la construcción. Pero a su vez, sostenerlos involucró un alto costo social dado que en cada huelga los sindicatos, sin importar su propia situación particular, quedaban relativamente a merced de las iniciativas de otras entidades. Mientras existió afinidad y acuerdo no hubo mayores problemas, pero cuando aquella se reducía o desgastaba por la propia intensidad conflictiva de la IWW, o por la falta de unanimidad en las organizaciones de oficio, la coordinación se hizo más difícil. De hecho, de esta tensión nació la principal disputa en el interior del campo sindicalista libertario de los años veinte: la cuestión de la autonomía.

En cada ciudad los sindicatos de oficios se agrupaban en sus departamentos correspondientes. Los diversos departamentos componían a su vez la Unión Local. Las uniones locales enviaban representantes al Consejo Administrativo de la IWW. En cada Convención Nacional participaban todos los gremios adheridos y juntos discutían el devenir orgánico y estratégico de la entidad en su generalidad.

La IWW reivindicaba la acción directa y proponía como medios de lucha la huelga parcial y general, el boicot, el sabotaje (obstruir la fuente laboral371), el label (marcar el producto boicoteado) y la abstención de participar en elecciones estatales372. Sus cuotas eran bajas y no se producía el enriquecimiento de las Cajas de Resistencia, pues todo el dinero se ocupaba en conflictos. De esa forma se evitaba la burocratización373. Además de ello, y según Moisés Montoya, uno de sus destacados miembros:

“La IWW lucha por arrebatar a todos los proletarios de sus vicios para convertirlos en productores útiles y libres, capaces de administrarse solos, sin la intervención de los demás. Para esto desarrolla el siguiente programa: En lugar de una cantina, en que el alcohol hace al hombre un instrumento dócil para cualquier cambullón, tiene una biblioteca con una librería donde se expenden folletos y libros para embriagar de ideales a todos los que desean emanciparse. En lugar de una filarmónica, que sirve para educar los pies y prostituir a las compañeras, tienen ateneos en que se discuten todas las ideas, con veladas culturales y conferencias para educar el cerebro y convertir a los compañeros en hombres capaces de defenderse de todos los robos políticos. En lugar de un ring, en que se convierte al hombre en una bestia humana, sin razonamiento, enseñándole a abofetear al compañero, mientras frente al patrón es un carnero que se deja explotar mansamente, tiene una Escuela de Dibujo, en que se enseña a apreciar la belleza del arte y a organizar la sociedad futura”374.

Esta organización no solo debe analizarse desde la perspectiva sindical, pues la IWW también fue un importante núcleo de irradiación política y cultural para trabajadores, estudiantes y mentalidades inquietas en general. La IWW, por ejemplo, animó LUX, la más prolífera de las editoriales anarquistas que hubo en la región y creó varios periódicos en las ciudades en que tuvo presencia: El Productor en Iquique; Mar y Tierra, La Voz del Mar y La Voz del Tripulante en Valparaíso; Boletín de los Trabajadores Industriales del Mundo, Acción Directa, El Comunista, Hoja Sanitaria de la IWW y La Voz del Industrialismo en Santiago; El Azote y El Proletario en Talca; Bandera Roja, Emancipación Proletaria y La Luz de Concepción.

Las diversas secciones de la IWW contaban con locales para realizar conferencias y debates públicos. Su Ateneo de Santiago fue todo un centro de encuentro político en la década del veinte en donde llegaban muchas personas cercanas y bien ajenas al ideario ácrata, a escuchar y debatir lo que allí se decía375. Lo mismo ocurría en Valparaíso con las conferencias temáticas que todos los jueves realizaban en la Plaza Echaurren. La IWW también impulsó el teatro obrero y las escuelas racionalistas376. Y hasta fundó un policlínico en 1923 para los trabajadores y sus familias.

En sus primeros años de vida el modelo de organización de la IWW, es decir, la organización por industria, fue asumido con entusiasmo por la mayoría de las organizaciones laborales influidas por libertarios. Sus pilares fueron los estibadores y tripulantes de la marina mercante, los obreros de la construcción (albañiles y estucadores) y los mueblistas, principalmente, pero también contó con lancheros, jornaleros, donkeros, carpinteros de bahía, pintores, baldosistas, constructores de automóviles, zapateros, sastres, entre otros. Si bien los wobblies –como así mismo se llamaban– nunca pudieron unificar a todos los gremios libertarios, pues muchos de ellos –obreros de imprenta, panaderos y zapateros– preferían su autonomía, entre 1919 y 1923 los IWW efectivamente fueron “la central” de los libertarios criollos, relacionando a la mayoría de los sindicatos, periódicos, grupos y estudiantes anarquistas del país377.

 Gracias a la actividad entre los tripulantes de embarcaciones de circulación nacional e internacional, así como por las constantes giras de propaganda y organización, los principios de la IWW se expandieron con prolijidad por Mar y Tierra y en gran parte del territorio378. Sus “uniones locales” más estables estuvieron en Iquique379, Valparaíso380, Santiago, Talca381, Concepción y Talcahuano382. Y aunque fueron más frágiles y fugaces, igual las hubo en Arica383, Caleta Buena, Antofagasta, Tocopilla, Viña del Mar, San Antonio384, San Felipe, Rancagua, San Javier, Tomé, Carahue385 y Corral. Además, como varios de sus miembros eran tripulantes de barcos, constantemente los IWW llegaban a los puertos de toda la región, cultivando relaciones e influyendo en gremios portuarios desde Arica a Punta Arenas386.

En los primeros meses de 1920 fue tal el crecimiento y la actividad huelguística de la IWW que las autoridades se le fueron encima. Como se sabe, durante todo el segundo semestre de 1920 la organización fue procesada por su pretendido carácter ilícito y terrorista. Cuestión que quedó en nada cuando se supo que todo había sido originado por un montaje policial.

Del 15 al 18 de Mayo de 1921 se realizó en Valparaíso la Segunda Convención Nacional de la IWW. Asistieron cincuenta y cinco delegados en representación de ochenta y seis organizaciones laborales de Caleta Buena, Iquique, Antofagasta, Taltal, Valparaíso, Viña del Mar, Santiago, Talca, Talcahuano, Tomé y Concepción. Este sería su primer encuentro formal. Allí se tomaron los siguientes acuerdos:

Hogar Común. Las Uniones Locales propiciarán la concentración de las finanzas gastadas en pequeños salones gremiales para instalar el Hogar común con capacidad para sesiones amplias de las Uniones Locales o Departamentos Industriales y dar facilidades a la instalación de Biblioteca, Teatro, Clínica y Oficina de Contratación de Trabajo.

Pro-imprenta. Se acuerda que cada asociado a los gremios adheridos a los Trabajadores Industriales del Mundo pagará una cuota mínima de un peso para adquirir una imprenta.

Jornada de trabajo. Exigiéndolo el exceso de desgaste físico y favoreciendo la mayor ocupación de obreros cesantes, recomienda la jornada máxima de 44 horas semanales, en todas las fábricas y faenas, divididas en 8 horas diarias y 4 horas el día sábado.

Salarios. Los departamentos y Uniones Locales deben luchar por un salario mínimo que compense las máximas necesidades de los trabajadores; no obstante sostenemos la abolición del salario. Único factor de la tiranía y explotación capitalista.

Trabajo a contrato. Se acuerda tratar de abolir el sistema de contrato y especialmente los contratistas en las faenas marítimas, por considerarse perniciosa para los intereses de los trabajadores y porque en las fábricas y obras se establece la competencia entre ellos y éste sólo beneficia al capitalista.

A falta de trabajo. A falta justificada de trabajo en fábricas, talleres y faenas, imponer (la redondilla) o sea turnos rotativos o disminución de horas de trabajo, a fin de impedir la suspensión o cesantía forzosa de los trabajadores.

Enganches. Boycotearlos en todas formas y sentidos, sosteniendo la libre demanda y libre concurrencia o contratos directos, impidiendo así la especulación y despotismo desenfrenado por enganchadores.

Matrícula de gente de mar y fotografía de identidad en fábricas y faenas. Acuérdese sostener y gastar todo el empeño posible en anular estas marcas impuestas por el capitalismo gubernamental.

Peso máximo de llevar al hombro. Las Uniones Locales deben exigir a los capitalistas fijen el máximo de peso de 70 kilos.

Herramientas en el trabajo. Se insinúa iniciar la lucha por la abolición de las herramientas llevadas por los obreros en todas las faenas y establecimientos fabriles, exigiendo sean costadas y proporcionadas por los capitalistas y patrones.

Emancipación de la mujer. Las Uniones Locales y los asociados en particular deben luchar en todas las esferas propagando, adelantando y sosteniendo la emancipación de la mujer, organizándola. Creando en nuestro periódico secciones especiales donde se les invite a colaborar. Igualmente la edición de folletos, proclamas afines en este sentido. También propiciarán la lucha por la forma lógica y justa de igual trabajo, igual salario para contrarrestar la libre competencia entre ambos sexos a que las condena el régimen capitalista.

Alcoholismo. Se encarga a los Centros de Estudios Sociales dependientes de la I.W.W. y los que simpaticen con nuestros principios, intensifiquen con energía una campaña práctica y teórica hasta donde les sea posible y con el concurso de las Uniones Locales contra este anestesiador vicio, fomentado por los vinicultores y gobernantes.

Habitaciones obreras. No reconociendo el derecho de usurpación de la tierra por unos pocos, máxime cuando éstos nos explotan descaradamente obligándonos a vegetar en conventillos u otras habitaciones estrechas insalubres y caras, se recomienda mantener una constante agitación en pro de su abaratamiento y salubridad hasta la huelga de arrendatarios: es decir no pagar arriendos por las habitaciones sucios y caras.

Atención sanitaria. Las Uniones Locales y Departamentos deberán exigir a los capitalistas asistencia médica en fábricas, talleres, minas, bahía, etc. También estimular las atenciones sanitarias fundando clínicas, extendiendo sus servicios a sus asociados y sus familias para contrarrestar la hipocresía de la caridad burguesa con la solidaridad proletaria.

Funerales. Se recomienda que los funerales de los asociados sólo se harán solidarias las organizaciones cuando hayan caído en las luchas sociales o por accidente en el trabajo, como medio de propaganda emancipadora y apostrofar la indolencia capitalista. En los demás casos las organizaciones quedan en libertad de obrar como lo estimen conveniente.

Primero de Mayo. El primero de Mayo es un día de protesta mundial y de acción revolucionaria. No obstante, nosotros, los Trabajadores Industriales del Mundo declaramos que mientras exista el régimen capitalista con sus ejércitos de parásitos usurpadores del esfuerzo productor y acaparadores de la tierra convirtiéndola en propiedad privada, y la explotación del hombre por hombres privilegiados, todos los días mientras este estado subsista será y deben ser de protesta y de continuada agitación proletaria.

Presos por cuestiones sociales. Las Uniones Locales y organizaciones afines deben mantener una constante agitación por la libertad de nuestros camaradas, que por servir a las causas proletarias son víctimas de venganza capitalista, secuestrándolos en cárceles y presidios. No menos debe ser la atención debida a los hogares de todos los abnegados luchadores.

Comunismo Libertario y Consejo de Fábrica. Recomiéndese a los trabajadores el estudio del comunismo libertario; igualmente el estudio de los consejos de fábricas ideados y puestos en práctica en Rusia e Italia, debiendo atender al estudio y difusión de ambos temas los conferencistas y los redactores de los periódicos y folletos que se editen.

Saludo Fraternal. La convención acuerda enviar un saludo fraternal a los camaradas revolucionarios del mundo, y exteriorizarlo a nuestros dignos camaradas que por hoy se encuentran en las cárceles y presidios, borrón infamante del capitalismo, y manifestamos por ellos nuestra protesta y afirmamos luchar con el calor de nuestra convicción hasta conseguir su libertad.

Voto de simpatía. Considerando que con la Federación de Estudiantes de Chile y la Federación Obrera de Magallanes andamos ligados por los vejámenes y crímenes de que fuimos víctimas en la pasada administración gubernativa y tomando en consideración que en la primera existen miembros que nos han prestado desinteresado concurso a nuestra organización y con la segunda nos ligan intereses comunes, la comisión acuerda un voto de simpatía y solidaridad a estas Federaciones que sea al mismo tiempo una protesta hacia nuestros comunes victimarios”387.

Tras esa Convención la IWW reactivó sus campañas reivindicativas a nivel nacional. En junio de 1921 y junto a la FOCH ayudaron a los panaderos a ganar su huelga general. Ese mismo mes, pero en el puerto, apoyaron una paralización de obreros de la Fábrica de Galletas Hucke. La boicotearon dos semanas hasta que vencieron388.

Entre 1920 y 1921 la IWW era la organización laboral más poderosa y belicosa de Valparaíso. Contaba con unos 6 mil afiliados entre estibadores, lancheros, transportistas, operadores de grúas, tripulantes, cargueros de ferrocarriles y trabajadoras fábricas. Con ellos protagonizó numerosas huelgas y boicots. Muchas veces la sola amenaza de paralización bastaba para conquistar sus demandas.

La IWW se ganó muchos enemigos entre el empresariado, la prensa de masas y el Estado, pero también entre los comunistas y la FOCH, puesto que varios sindicatos de la vieja federación, sobre todo en Antofagasta, Rancagua, Talca y Talcahuano, se pasaron a la filas anarcosindicalistas. Los gremios conservadores, desde luego, acusaban a la IWW de subversiva y antipatriótica389.

En respuesta a los libertarios industrialistas, los patrones organizaron la Asociación de Comerciantes de Valparaíso, que luego tuvo similares en Antofagasta, Talcahuano y otras ciudades. La Asociación le declaró un lockout a los IWW desde el 18 al 26 de agosto de 1921, paralizando las descargas portuarias para des-emplear a los subversivos. La IWW, por su parte, respondió con la huelga general a partir del día 28. Les secundaron los IWW de Antofagasta y Talcahuano y pronto encontraron la solidaridad de sus compañeros de Iquique, Mejillones, San Antonio, Coronel y Punta Arenas390

Por las magnitudes de la huelga el gobierno ofreció mediar y la Oficina del Trabajo llamó al arbitraje, cuestión que fue rechazada por los comerciantes. Finalmente todo acabaría –momentáneamente– en un empate. Sin embargo, el 24 de octubre el presidente Arturo Alessandri decretó la abolición de la “redondilla”. Esta derrota afectó dramáticamente a los IWW de todos los puertos del país, pues la redondilla era allí la base de su poder391. La redondilla era un mecanismo de empleo en donde los turnos de trabajo para cargar y descargar naves eran establecidos por el sindicato. Ellos regulaban el horario y ellos elegían también quienes desempeñarían el trabajo. En Iquique la redondilla fue suprimida en octubre de 1923 tras sangrientos ochenta y ocho días de huelga. En ese conflicto, además, asaltaron la imprenta de El Sembrador, publicación anarquista íntimamente ligada al Sindicato de Lancheros de la ciudad392. La nortina sección de la IWW cesó sus actividades. Ese mismo año los wobblies de la Fábrica de galletas Hucke de Valparaíso fueron derrotados también en otro conflicto laboral.

Además de estos reveses en el terreno sindical, en 1923 estalló la crisis interna del campo anarcosindicalista, separándose aguas entre la IWW por un lado, y los anarquistas específicos y los sindicatos federalistas, por el otro. A los primeros se les acusaba de centralistas y marxistas. A esas alturas seguían siendo “fieles” a la IWW los obreros portuarios de Valparaíso y San Antonio y los trabajadores de la construcción de la capital, principalmente. Y es que aún cuando conservaban organizaciones en otras provincias, la fuerza de la IWW estaba siendo considerablemente mermada.

En la Tercera Convención Nacional realizada en Santiago en marzo de 1924, y producto de las críticas que venían del interior del movimiento sindicalista libertario, la IWW se hizo industrialista y federalista al mismo tiempo. No excluiría formas de organización mientras se luchara mediante la acción directa. Además, en el afán de responder a las acusaciones de centralismo, se abolió el Comité Regional Administrativo y se instauró un Comité de Relaciones. Por último, explicitó su adhesión al comunismo anárquico393.

En la Cuarta Convención Nacional de Concepción, realizada desde el 1° al 4 de enero de 1926, además de reafirmar los acuerdos anteriores, se planteó rehacer los contactos con la Asociación Internacional de Trabajadores –con sede en Berlín–, pues tenían a la entidad mundial libertaria descuidada. Se revitalizó el llamado a propagar el neomaltusianismo y se reafirmó el deseo de intensificar las campañas por la libertad de Sacco y Vanzetti394.

A partir de la dictación de las leyes sociales en 1925 y hasta su extinción, la IWW realizó campañas en contra del Código del Trabajo y los sindicatos legales, reafirmando la necesidad de organizarse fuera del Estado para conservar la autonomía de los movimientos sociales.

Entre 1925 y 1927 sus fuerzas eran bastante escasas dado que la mayoría de los sindicatos libertarios pertenecía ahora al sector autonomista, que desde 1926 se alineó en la Federación Obrera Regional Chilena. Entonces los IWW se concentraban en los obreros de la construcción y en los tripulantes de embarcaciones. Entre estos últimos seguían siendo hegemónicos en comparación con otras tendencias. De hecho, en mayo de 1925 y mayo de 1926, organizaron las Convenciones Marítimas Portuarias, en Valparaíso y Coquimbo, respectivamente. Planeaban organizar una “Gran Unión Marítima del Litoral Chileno”. Aún eran capaces, además, de hacer giras de propaganda a Punta Arenas y Ecuador395.

La Dictadura de Ibáñez entre febrero de 1927 y julio de 1931 reprimió desde un principio a la IWW. Sus principales organizadores y propagandistas fueron perseguidos, algunos de ellos capturados y confinados, mientras que otros debieron cruzar la frontera para ponerse a salvo. Un grupo de wobblies que se reunió en Buenos Aires publicó Acción Directa allí en 1928 y algunos de ellos (Armando Triviño y Pedro Ortúzar) participaron en la fundación de la Asociación Continental Americana de Trabajadores, ACAT, dependiente de la AIT.

Tras la caída de Ibáñez, los IWW intentaron reagruparse pero sin mayor éxito, salvo en algunos de sus gremios característicos, como el de tripulantes de embarcaciones396.En Valparaíso contaban con un sindicato de mueblistas y uno de metalúrgicos. En Santiago poseían un Departamento de mueblistas y una organización de oficios varios.

En sus locales, acondicionados como ateneos, seguían realizando veladas solidarias y actividades de difusión política397. Los inmuebles de la IWW de los años treinta y cuarenta albergaron el Hogar del Artista Obrero y el Policlínico de la IWW398. Esa última entidad, ahora bajo el nombre de Policlínico Juan Gandulfo, en recuerdo de su fundador fallecido en 1932, seguirá existiendo en 1954.

El 18 y 19 de septiembre de 1937 los wobblies realizaron su Sexta Convención Nacional en Viña del Mar. En ella reafirmaron sus principios e insistieron en mantenerse al margen de las otras organizaciones obreras. Desde la nueva central libertaria –la Confederación General de Trabajadores– se les acusó de tradicionalista, por “vivir de recuerdos” en lugar de sumarse a la organización anarcosindicalista mayoritaria. No obstante esas disputas, existentes sobre todo en la primera mitad de los años treinta, la IWW y la CGT no se excluyeron de unirse en determinadas campañas o en la conmemoración del 1º de Mayo.

Ya en la década del cuarenta los IWW fueron desplazados de casi todos sus espacios y solo unos pequeños grupos conservaron sus siglas en instancias relacionadas con el teatro y la salud de los trabajadores399. La última noticia que se tiene de la IWW es la edición en 1951 de una nueva versión de su clásico periódico Acción Directa.

La IWW fue efectiva en varios aspectos. A ella se debió la unificación, aunque momentánea, de casi todo el espectro libertario de la región chilena, cuestión que a pesar de haber sido buscada con anterioridad, jamás se había logrado. Varios triunfos en huelgas parecieron demostrar la idealidad de sus métodos de organización por industrias, al comprometer la solidaridad de varios oficios a favor del sindicato en conflicto. Quién sabe si fue eso mismo, sumado a la represión estatal y la persecución empresarial, lo que acabó desgastándola. Ciertamente varias de sus actitudes demostraron un cierto dejo de sectarismo, sobre todo en las disputas con marxistas y otros sindicatos libertarios, pero la IWW, con sus victorias y derrotas, conquistó un lugar destacado en la historia del movimiento social chileno de los años veinte.

Víctor Muñoz Cortés 

Fuente: http://noticiasyanarquia.blogspot.com.es/ 

Notas:

365 Sobre la IWW en Chile, véase Mario Araya, Los Wobblies criollos. Fundación e ideología en la región chilena de la Industrial Workers of the World IWW (1919- 1927), Tesis para optar al grado de Licenciado en Historia y Ciencias Sociales, Santiago, Universidad ARCIS, 2008; Peter DeShazo, The Industrial Workers of the World in Chile, 1917-1927, M.A. Thesis, University of Wisconsin, Wisconsin, 1973.

366 Peter DeShazo, Trabajadores urbanos…, , op. Cit., p. 225.

367 “Los Trabajadores Industriales del Mundo IWW y la FOLS de Santiago celebran una convención en Santiago”, Numen, Santiago, 3 de enero 1920.

368 En 1921 los confiteros, mozos, ayudantes y peones de Montevideo se organizan como IWW. “Uruguay”, El Productor, Iquique, 21 agosto 1921.

369 Por ejemplo, en 1922 el Departamento de Manufacturas en Madera de Santiago estaba dividido en 3 sub-departamentos geográficos (Barrio Independencia, Cortés Yungay y San Eugenio), y tenía 450 miembros entre mueblistas, talladores, barnizadores, tapiceros, maquinistas barraqueros y taqueros.

370 En 1923, por ejemplo, se creó un Departamento Femenino de Oficios Varios en Santiago para reunir a las mujeres de todas las fábricas y luchar contra los prejuicios religiosos. Y es que, aparte del policlínico, en 1924 se habían “implantado las clases nocturnas de castellano, matemáticas, dibujo lineal y ornamental, conferencias sobre educación y alimentación del niño, de sociología y sobre típicos de suma importancia para la sociedad en general”. Ver “Departamento Femenino de Oficios Varios”, El Obrero Constructor, Santiago, junio 1924. “Correspondencia del extranjero”, Nuestra Tribuna, Necochea, 1 noviembre 1923.

371 Esta medida fue retirada en la Convención de Mayo de 1921.

372 “Constitución”, Boletín de los Trabajadores Industriales del Mundo, Santiago, abril de 1920.

373 El portuario Luís Toro hace una completa descripción de la organización y metodología de acción de la IWW en “Nuestra organización revolucionaria”, La Voz del Mar, Valparaíso, segunda quincena de agosto, primera quincena de septiembre 1924.

374 “¿Qué opina usted del Movimiento obrero en Chile? Responde Moisés Montoya”, Claridad, Santiago, 11 agosto 1923.

375 El 6 y 13 de julio de 1926, por ejemplo, el mismísimo presbítero Daniel Merino discutió contra los ácratas sobre “La función social de la propiedad privada y del capital”. “Informaciones gremiales”, Justicia, Santiago, 5 julio 1926. En Iquique los anarquistas locales habían debatido públicamente con el obispo José María Caro a fines de 1924. Véase “Controversiando con el obispo Caro”, El Surco, Iquique, 3 y 10 de enero 1925.

376 En los años veinte su local estaba en Nataniel 1057.

377 En marzo de 1921, los gremios santiaguinos vinculados a la IWW, eran Unión en Resistencia de Elaboradores en Madera, Unión en Resistencia de Estucadores, Unión en Resistencia de Albañiles y Concreteros, Unión en Resistencia de Baldosistas, Federación de Pintores, Federación de Curtidores, Club de Talladores, Centro Comunista de Panaderos, Federación de Obreros y Obreras en Calzado, Federación de Obreros de Imprenta de Santiago, Federación de Sastres.

378 Si bien la IWW nunca asimiló a todos los gremios anarco-sindicalistas, la cantidad de afiliados no deja de ser importante para la época. En 1920, antes de un año de haber sido organizada, la IWW contaba con 10 mil miembros. En julio de 1921, luego de la segunda Convención Regional, decían tener cerca de 13 mil. A fines de 1922, tras la represión, contaba solo con 3 mil. La cifra aumentaría en los años siguientes, sobre todo debido a la reunificación de los sectores portuarios. En Valparaíso llegaron a tener 4 mil miembros pero tras algunas huelgas perdidas y la represión imperante en 1924 solo tenían 1240 con sus cuotas al día. En Santiago el promedio era de 3 mil, siendo en su mayoría trabajadores de la construcción. Mario Araya, Los wobblies criollos: op. Cit.; Peter DeShazo, Trabajadores urbanos…, , op. Cit..; Cifras en Acción Directa, Santiago, 15 de diciembre de 1922. Ver también Trabajo, Punta Arenas, 1925-1926.

379 En Iquique, entre 1921 y 1923, la IWW estuvo compuesta por Lancheros, Cargadores, Departamento Femenino, Oficios Varios, Calafates. Ver El Productor, Iquique, 1921-1923; Ver también La Unión Local, Manifiesto al proletariado. Explicando nuestra actitud (volante), Imprenta Progreso, Iquique, 21 de diciembre de 1922; Los grupos de jornaleros marítimos, A los jornaleros marítimos (volante), Imprenta Progreso, Iquique, 1 de agosto 1924; La Unión Local, Voz de Alerta. Al pueblo y a los obreros marítimos (volante), Imprenta Progreso, Iquique, 15 de marzo de 1924.

380 El local de la IWW en Valparaíso, en 1926, estaba en San Ignacio 109.

381 La IWW de Talca estaba compuesta también por cigarreros de la Fábrica propiedad de Fígari. Por un Departamento de Oficios Varios, Unión de Elaboradores en Madera, Estucadores y Sastres. Y por un Departamento Femenino. “Fábrica de cigarrillos boicoteada”, El Productor, Iquique, 25 agosto 1923. Ver El Azote, Talca, 1921. 382 Su local en Concepción estaba en Orompello n°1195. Sobre la IWW en esa zona ver Bandera Roja, Concepción, 1926. 383 “Solidaridad con los IWW de Arica”, La Voz del Tripulante, Valparaíso, diciembre 1936. 384 “San Antonio”, La Voz del Mar, Valparaíso, 22 febrero 1925. En 1938, el local de la IWW en San Antonio estaba en Aldea n°151. Destacaron en esa sección Segundo Vera, Carlos Navarrete.

385 A fines de 1924 se creó en Carahue la Unión Local IWW que organizó a los zapateros de la ciudad y estaba trabajando por adherir a ella a los trabajadores a jornal de la Cía Buques y Maderas, y de ferrocarriles. Un estudiante, perseguido de la era de San Fuentes, de apellido García les ayudaba gestionando un policlínico de la IWW y dando charlas. “De Carahue”, La Voz del Mar, Valparaíso, primera quincena de enero 1925.

386 Entre 1925 y 1927, por ejemplo, hubo una activa presencia de la IWW en Punta Arenas. Véase, El Trabajo, Punta Arenas, 1925-1926.

387 “Bases, Principios y Métodos de la I.W.W. Aprobados en la Segunda Convención efectuada del 15 al 18 de Mayo de 1921”, Acción Directa, Santiago, primera quincena de agosto de 1921. “Segunda Convención de los IWW”, Claridad, Santiago, 4 junio 1921.

388 Peter DeShazo, Trabajadores urbanos…, , op. Cit., p. 270.

389 Enemiga declarado de la IWW fue la Federación de Gente del Mar de la Marina Mercante. Ver El Tripulante, Valparaíso, 1925-1926. Por ejemplo “Las letras fatídicas. IWW”, del 28 de mayo y 4 de junio de 1925; “Como se nos combate”, “La Asociación de Comerciantes y la Dirección del Territorio Marítimo contra nosotros”, La Voz del Mar, Valparaíso, primera quincena noviembre 1924, 11 noviembre 1926; Sobre los consejos federales de la FOCH ver “La IWW en la región chilena”, Acción Directa, Santiago, primera quincena de mayo 1921; “Consejo n°2 de Gente de Mar”, La Chispa, Talcahuano, 29 de mayo de 1921.

390 “El lockout de Valparaíso”, “El comicio del viernes”, El Productor, Iquique, 12 septiembre 1921.

391 Peter DeShazo, Trabajadores urbanos…, , op. Cit., p. 269-274.

392 Ver reportajes de El Sembrador, Iquique, 20 octubre 1923; También revisar El Productor de la misma ciudad.

393 En esa convención asistieron delegaciones de Santiago, Valparaíso, Talca y Concepción: AGP, FOIC, F. Organizaciones autónomas, Pintores, Unión en Resistencia de Albañiles y RS, CES, Empajadores de Damajuanas, Comité Pro-presos y Deportados. De Iquique no llegaron por la crisis. La FOIC y la F. de Organizaciones Autónomas se retiraron. “La IWW y su Tercera Convención Regional”, Ideas, Antofagasta, primera quincena de mayo 1924; “Tercera Convención IWW”, Campana Nueva, Valparaíso, primera quincena abril 1924; “La última convención IWW”, El Obrero Constructor, Santiago, junio 1924.

394 “La 4ta Convención de la IWW en Concepción”, La Voz del Mar, Valparaíso, 16 abril 1926.

395 Véanse las notas sobre las conferencias del IWW Carlos Mondaca en Punta Arenas en 1926, a través de El Trabajo, Punta Arenas, 1926. “Nuestra gira al Ecuador”, La Voz del Mar, Valparaíso, 26 de septiembre 1926.

396 Véase La Voz del Tripulante, Valparaíso, 1936-1938.

397 Ver por ejemplo “Conferencias y charlas de interés sindical”, La Hora, Santiago, 15 julio 1937; “La IWW puede revivir sus días de gloria”, “Por línea justa”, El Ariete, Santiago, segunda quincena de junio y segunda quincena de noviembre de 1939.

398 En esos años, sus locales en Santiago estaban ubicados sucesivamente en Avenida Matta n°644, 614, 832, y 1113. Memorándum, 22 septiembre 1933, AHN, FMI., V. 8383; “Teatro del pueblo”, La Hora, Santiago, 2 abril de 1941.

399 En 1934 contaban con un Sindicato de Mueblistas. En 1940 fundaron un Comité IWW en el sector San Pablo y pensaban que estaban reviviendo. “Los Trabajadores Industriales del Mundo renacen en Chile: Mantienen un gran hogar social con Policlínica para los Barrios”, Vea, Santiago, 3 de julio 1940; Memorándum, 24 abril 1932, AHN, FMI, V. 8147; Memorándum, 14 de mayo 1932, AHN, FMI., V. 8147; Memorándum, 25 de abril, AHN, FMI., V. 8148. En 1938, y según su prensa, contaban con pequeños grupos en Arica, Iquique, Antofagasta, Taltal, Valparaíso, Los Andes, Santiago y San Antonio


El Anarquismo en la India: Un pensamiento revolucionario en el olvido

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En la introducción del libro "Democracy and Power, the Delhi Lectures de Noam Chomsky (Three Essays Collective)", Jean Drèze examinó la curiosa ausencia del Anarquismo en las tradiciones revolucionarias de la India. A pesar del desdén que mostraron tanto los movimientos de derecha como el de la izquierda leninista, Drèze hace un intento por rescatar las políticas e ideas anarquistas de una telaraña de malentendidos, para así crear un espacio para las ideas anarquistas en la matrix las culturas de resistencia indias.

Traducción: Bloque Libertario Internacional


En la India como en el mundo, el pensamiento anarquista es ampliamente malinterpretado. Como Bhagat Singh, uno de los pocos Indios revolucionarios con aprendizajes anarquistas explícitos, lo dijo: “La gente se asusta de la palabra anarquismo. Se ha abusado tanto de la palabra anarquismo que, incluso en India, los revolucionarios han sido nombrados anarquistas para desprestigiarlos.”

El cómo y el por qué la tradición anarquista en la India tomó una posición marginal no es una historia totalmente clara. Cierto es que muy pocos líderes de la izquierda, escritores y activistas indios no se pensaron a sí mismos como anarquistas. Sin embargo me parece que muchos de ellos fueron inspirados por el pensamiento anarquista de una u otra forma, y, pienso, que sería un gran beneficio tener un reconocimiento más explicito de esta influencia – tanto actual como potencial.

Bhagat Singh (27, Septiembre 1907 – 23, Marzo 1931), uno de los más influyentes pensadores socialistas durante el movimiento de independencia de la India.

Existen variantes dentro del pensamiento anarquista (algunas bastante extrañas), del mismo modo en que hay variantes en el pensamiento socialista; mi preocupación es hacia lo que normalmente se conoce como anarquismo cooperativo o anarquismo libertario. Este es, grosso modo, lo opuesto a lo que normalmente se considera que el anarquismo es y, como bien lo dijo Bhagat Sing, hace que los revolucionarios sean desprestigiados o caigan del aprecio general. Esta búsqueda de desprestigio típicamente se logra retratando a los anarquistas como personas impulsivas que se dedican a arrojar bombas con el único fin de destruir el Estado mediante la violencia (1). La resistencia a la autoridad y a la opresión del Estado "Resistance" es ciertamente uno de los principios fundamentales del anarquismo. También es cierto que muchos anarquistas creen en la posibilidad de una sociedad sin Estado y, tal vez, incluso en la necesidad de un derrocamiento violento del Estado.  Sin embargo el pensamiento anarquista ciertamente no toma esto como punto de partida. De hecho, como Chomsky ha argumentado, existe la posibilidad de que un anarquista comprometido ayude temporalmente a algunas instituciones estatales frente a otros centros de poder: “En el mundo contemporáneo, yo creo, que las metas de un anarquista comprometido deben ser las de defender algunas instituciones estatales del ataque contra ellas, tratando – al mismo tiempo – de abrirla hacia una participación pública más significativa – y en última instancia, desmantelarlas hacia una sociedad más libre, en caso de que las circunstancias apropiadas para esta situación sean alcanzadas.” (2).

Si el pensamiento anarquista no comienza con la idea de la una sociedad sin Estado, sin hacer caso de un derrocamiento violento del mismo, entonces, ¿en donde inicia? Comienza, yo creo, desde las mismas aseveraciones de estas conferencias    -una profunda suspicacia por cualquier forma de autoridad y una oposición primaria a la concentración del poder, siendo éste el poder del estado, de una corporación, de la Iglesia, de un terrateniente o un jefe de familia-. Como Chomsky argumenta, eso no significa que toda la autoridad y todo el poder sean ilegítimos, en cambio significa que si éste no puede ser justificado este debe ser desmantelado.

Algunas personas creen, en contra de toda la evidencia, que el poder es inofensivo si éste es ejercido en beneficio de la clase trabajadora. Esta es la base sobre la esperanza de la “dictadura del proletariado” se funda, pensando en achicar el espacio entre el Estado y una sociedad sin Estado. Los peligros de esta idea fueron expuestos en los periodos de gestación del socialismo por pensadores tales como Mijail Bakunin, contemporáneo de Karl Marx, quien dijo: “Me sorprende cómo es que Marx falla en ver que … el establecimiento de tal dictadura sería suficiente para matar a la revolución y distorsionar todos los movimientos populares.”

Una de las tantas propagandas

 

Una de las tantas propagandas diseñadas durante el proceso de la URSS para incentivar a la reproducción en otras geografías de la "dictadura del proletariado".

El hecho de que los pensadores anarquistas hayan predicho, con gran claridad, lo que sucedería en las sociedades basadas en una aparente dictadura del proletariado, no es un hecho menor para poner mayor atención a sus reflexiones. Del mismo modo, el pensamiento anarquista nos puede ayudar a desarrollar una sana suspicacia a varias formas vanguardistas, incluyendo la idea de que los intelectuales de izquierda son la vanguardia del proletariado. Esta idea es, por supuesto, un trato genial para los intelectuales ya que los posiciona al mando. El vanguardismo encontró tierra fértil en India con su larga tradición en el Brahmanismo, culto al gurú y defensa de la autoridad en general. (3) Todo esto está en desacuerdo con el espíritu del anarquismo, el que presupone una fe básica en la habilidad de las personas para hacerse cargo de sus propias vidas y de sus avatares.

Ciertamente, el pensamiento anarquista y el socialismo libertario no se limitan a una crítica fundamental del poder y la autoridad – lejos de esto-, ellos también erigen sobre ideas constructivas acerca de las relaciones sociales y la organización económica, incluyendo la colaboración voluntaria, la ayuda mutua, la autogestión, y el principio de federación. La idea básica es que una buena sociedad consistiría, de acuerdo con John Dewey, en "seres humanos libres en asociación con ellos mismo en un régimen de igualdad”.

Uno de los expositores más elocuentes del poder de la asociación libre y la cooperación voluntaria fue Piotr Kropotkin, el anarquista decimonónico y autor del libro El Apoyo Mutuo. Zoologista y geógrafo de profesión, Kropotkin vivió muchos años en Siberia, en dónde observó innumerables ejemplos de ayuda mutua entre los animales. Por ejemplo, él observó cómo, justo antes de la llegada del invierno, una gran cantidad de venados se reunían de cientos de millas a la redonda para congregarse en un punto exacto al lado del río (el Río Amur), el punto en dónde el río era lo suficientemente estrecho para que una horda pudiera cruzar sin peligro y alcanzara pastizales más verdes al otro lado (4). Él concluyó que el comportamiento cooperativo era un posible resultado de la evolución biológica –idea que ha sido re-descubierta ahora por biólogos evolucionistas y profesionales de la teoría de juego-.

P. KROPOTKIN

[9, Diciembre, 1842 – 8, Febrero, 1921) fue un geógrafo ruso, economista, pensador revolucionario, filólogo, zoólogo, filósofo y escritor.

Kropotkin continúo sus estudios de apoyo mutuo en las sociedades humanas (que involucra muchos más elementos que la evolución biológica) y documentó, en gran detalle, cómo el apoyo mutuo jugada un papel generalizado en todos los estadios de la historia humana, a pesar de haber sido frecuentemente reprimido por los privilegiados y los poderosos. A más de cien años de la publicación del libro El Apoyo Mutuo, nosotros tenemos muchas más ejemplos de actividades humanas y de instituciones cimentadas en los principios de la asociación voluntaria y el apoyo mutuo. Los principios anarquistas de acción política han jugado un papel importante en el movimiento internacional por la paz, el movimiento ambientalista, la caída del muro de Berlín, la Primavera Árabe, el Levantamiento del EZLN en Chiapas, el Foro Social Mundial y el Movimiento por el Derecho a la Información en India. Experimentos vibrantes con cooperativas de trabajadores y de autogestión se han llevado a cabo en España, Argentina y en Kerala; también hay otros ejemplos de la puesta en práctica de principios anarquistas en el ámbito económico como el movimiento por el software libre.

En India, la organización de muchas comunidades tribales todavía se fundan en una fuerte tradición de apoyo mutuo y participación democrática, misma que se hace evidente en instituciones como Gram Sabhas (5). Incluso la edificación de la democracia electoral se sustenta en el simple acto del apoyo mutuo, concretamente en la participación electoral: el voto no implica una ganacia individual para ninguno de sus participantes, ya que el voto de una sola persona no puede influenciar el resultado de las elecciones, y aún así, mucha gente vota, frecuentemente perdiendo el salario de un día laboral o soportando largas filas, severos climas o posible daño físico. Sin la cooperación mutua no habría democracia, incluso en la forma más elemental como la democracia electoral. Como ilustra este ejemplo, la cooperación mutua no requiere necesariamente de altruismo o de un sacrificio personal; ésta también puede construirse en hábitos simples de pensamiento (específicamente, hábitos de sociabilidad y solidaridad) que una sociedad ilustrada debería ser capaz de albergar.

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Dibujo animado de una asamblea voluntaria y libre (Gram Sabha), un proceso organizativo horizontal, descentralizado y que apunta al socialismo libertario.

Regresando a la tradición del pensamiento de izquierda en la India, es posible rastrear elementos del pensamiento anarquista de una forma u otra en los escritos de los pensadores indios, aún cuando estos nunca se hayan pensado a sí mismos como anarquistas, y en efecto no hayan sido anarquistas. Ya he mencionado a Bhagat Singh, quien tenía una clara simpatía con los postulados anarquistas. Y sólo para dar uno o dos ejemplos más, Ambedkar no fue de ningún modo un anarquista y aún así podemos encontrar trazos del pensamiento anarquista en sus escritos, por ejemplo, su noción de democracia como una “forma de vida asociativa” fundada en la “libertad, equidad y fraternidad”. También creo que muchos anarquistas estarían orgullosos de Periyar, quien enseñó a las personas a resistir la opresión del sistema de castas, el patriarcado y la religión y ha tener fe en ellos mismos. Incluso algunos líderes del pensamiento marxista pertenecen a la tendencia libertaria: por ejemplo, la crítica a la “intelectualidad de la clase dominante” tiene una afinidad con el análisis de Chomsky sobre el rol de los intelectuales en el mundo moderno. También al interior de la tradición marxista se encuentra K. Balagopal (uno de los pensadores más reflexivos y comprometidos del movimiento de izquierda indio), quien escribió al final de una larga vida de involucración con las luchas populares:

“Lo que parece ser necesario es la ‘localización’ (tanto espacial como social) de los movimientos que son lo suficientemente específicos para resaltar el pleno potencial y engendrar la plena auto-realización de varios grupos oprimidos, subsecuentemente federados en un movimiento más amplio que pueda (en un sentido libre y democrático) canalizar las energías suscitadas en un movimiento generalizado. Esto difiere de la noción leninista de una vanguardia partidista única que centralizaría todo el conocimiento para sí misma y dirigiría (de arriba hacia abajo) las luchas de las masas reprimidas. En este esfuerzo, las masas reprimidas no estaría ni medianamente conscientes de su potencial. Incluso cuando dicho partido afirmara que aprende del pueblo, aún cuando éstas fueran intenciones honestas, la mera estrategia sería inadecuada. Si pudiera existir un único ‘partido’ que liderara el movimiento hacia una transformación social, únicamente puede ser una organización estructurada federativamente, cuyas unidades libres e iguales fueran unidades políticas, con autonomía para la dirección de sus luchas en pro de los desfavorecidos.” (6)

Para mí éste es el pensamiento anarquista por excelencia. Como lo he ilustrado anteriormente,  los principios anarquistas están vivos no únicamente en el pensamiento político de la India sino también en la vida social y en los movimientos populares. Nada de esto lo expongo para decir que ha llegado el tiempo de acoger el anarquismo (o el socialismo libertario) y dejar atrás otras escuelas de pensamiento. Pero una mayor apertura hacia las ideas anarquistas significaría un respiro de aire fresco. Por ejemplo, yo creo que el pensamiento anarquista nos puede ayudar a pensar más claramente la relación entre casta y clase (7), en poner atención a todo tipo de autoritarismo, en expandir nuestro entendimiento de la democracia, y a abrir nuestros ojos al mecanismo del poder (tales como el patriarcado y la discriminación de castas) al interior de nuestros propios movimientos. Por último, si bien no menos importante, el pensamiento anarquista nos puede inspirar a cambiar el mundo sin esperar el poder del Estado y darnos la confianza que las luchas democráticas pueden ser, aquí y ahora, como Bakunin dijo, “las semillas vivientes de una nueva sociedad que remplazará al viejo mundo”.


REFERENCIAS

(1) Bhagat Singh sí arrojó una bomba una vez ( a la cámara de la Asamblea Legislativa Centeal), pero no era más que un pequeño cuete y el gesto fue realmente simbólico. No hubo ningún percance.

(2) Chomsky (1996), Powers and Prospects: Reflections on Human Nature and the Social Order (London: Pluto), p. 75. Esta declaración debe ser leída a la luz de la distinción que Chomsky sugiere entre “metas” y “visiones” (p. 70): “Por visiones entiendo la concepción de una sociedad futura que traiga a la vida lo que realmente hacemos, una sociedad en la que un ser humano decente realmente quiera vivir. Por metas entiendo las decisiones y las tareas que están al alcance de lo posible, que serán perseguidas, de una forma u otra, y que son guiadas por una visión que puede ser distante y brumosa.”

(3) Este punto es de vital importancia, pues el desarollo de los Estados teocráticos en occidente y medio oriente han sido especulados como el gen primo para perpetuar la autoridad y explotación en dichos territorios, y a partir del enunciado comentado, se vislumbra que en las culturas de Oriente (e incluso en las prehispánicas) no data diferencia alguna en la creencia del "gobernar" y el "ser gobernado". Desde siempre, la tríada Shiva, Vishnú y Brahma -que daba todo el poder mitológico a éste último- encerraron el verdadero pensamiento humano de creación y organizacionismo social fuera de la religión. Es curioso y risible que en la costumbre gnoseológica con relación a la danza de Shiva -tandava- hable del movimiento divino del Universo, desarrollándose en los distintos momentos de la destrucción, encarnación y liberación, con el motivo principal de liberar a los hombres de la ilusión, de la falaz confianza de las apariencias y de toda creación particular de "la cosa" -o la rex descartiana para nosotros-. ¿Hasta qué grado no-espiritual se ha de llegar para entender la diferencia entre la creencia y la conformación real de los hombres y sus acciones en el mundo? (N.E.)

(4) Kropotkin, Piotr (1902), Mutual Aid: A Factor of Evolution (London: Heinemann), Chapter 2.

(5) En el ensayo El Rol del Gram Sabha en el Proceso de Organización - Una Aproximación Analítica de Ramit Basu, se explica que es el Gram Sabha una herramienta de democracia participativa que instaura la necesidad de crear instituciones de auto-gobierno para implementar medidas económicas y de cuidado ecológico en pequeñas regiones, semejanzas apegadas a la toma de decisiones mediante la libre federación. Es el artículo 73 Constitucional de la India (Constitutional Amendment Act "CAA") el que delibera dicho órgano democrático como la "asamblea de civiles voluntarios". (N.E.)

Léase más en: Proceedings of the National Seminar on Grama Sabha.

(6) Balagopal, K. (2011), “Popular Struggles: Some Questions for Communist Theory and Practice”, In Ear to the Ground (New Delhi: Navayana), p. 375.

(7) Se ha convertido en un error cotidiano -y de la opinión pública convertida en dictadura de la comprensión- conceptualizar a la clase social y a la casta como sinónimos. Ridículamente la terminología de la lucha de clases marxista enmarca el enfrentamiento perpetuo del proletariado moderno con la conformación de "castas" antiguas (oligárquicas, feudalistas, etc.). La casta es la conformación de un cierto de número de personas bajo estratos biológicos y culturales, no económicos, como las clases sociales. (N.E.)

*** (N.E.) = Notas y planteamientos escritos por los integrantes del Comité Editorial "Revuelta Epistémica", a su vez adherido al Bloque Libertario Internacional.

En defensa de l@s anarquistas: Notas sobre la Acción Directa ayer y hoy

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La violencia es un problema insoluble que me atormenta desde hace mucho tiempo.

Yo siento la violencia como anti-anarquista, como autoritaria en sí misma

y por otro lado siento también que tenemos responsabilidades ante la realidad y, sobre todo,

ante los sufrimientos de la gente. Se presentan momentos en que no se puede dejar de luchar,

aun cuando no seamos nosotros los qué deciden cómo intervenir.

Pero también estoy convencida de que, en el terreno de la violencia,

no pueden darse más que desgracias.

Luce Fabbri

 

A partir del primero de diciembre de 2012, un fantasma recorre la Ciudad de México: el bloque negro o black bloc, como se le conoce fuera del país. Se trata generalmente de un contingente de encapuchados que, ante la ineficacia de otras formas de lucha, arremete contra los símbolos del poder político y económico, táctica que se emplea desde hace mucho tiempo en varias partes del mundo: Alemania, Italia, Grecia, Dinamarca, Francia, Gran Bretaña, Estados Unidos, Canadá, Egipto, Corea, Chile, Brasil… “Los incendiarios –escribe con malevolencia el diario 24 Horas- en su mayoría son jóvenes. Algunos usan gorras, otros se cubren la cara, hay quienes usan lentes, y otros no tienen temor de llevar el rostro descubierto. La mayoría son hombres aunque también hay mujeres. Sus armas: petardos, bombas molotov y aerosoles con los cuales intentan incendiar los blancos de sus ataques. Se trata de los supuestos anarquistas, identificados así de forma genérica por las personas ajenas a sus expresiones violentas, idea que ellos mismos refuerzan con su tradicional grito: ¡muerte al Estado, que viva la anarquía!”. [1]

Es verdad que un sector del movimiento social ha reaccionado de manera airada a dichas prácticas señalando a los encapuchados como criminales comunes, provocadores, lumpens e infiltrados de la policía con el objetivo de desprestigiar al movimiento y justificar la represión. Recuerdo, por mi parte, que la policía se cuela los movimientos sociales desde siempre, sin importar si son pacifistas o partidarios de la violencia. Es su trabajo. Una prueba de ello es el caso de Manuel Cossío Ramos, espía del CISEN en el movimiento #YoSoy132. [2] Señalé hace años, la legitimidad del bloque negro y también las críticas igualmente legítimas que se le pueden hacer. [3] En la actualidad, la andanada contra este tipo de protestas coincide con un repunte del anarquismo y, al mismo tiempo, con un renovado intento por desprestigiarlo. [4]

Ignorado, ninguneado o dado por muerto durante décadas, el movimiento libertario florece y la prensa lo estigmatiza como el enemigo público número uno o, con suerte, el número dos, superado únicamente por la criminalidad organizada. Los temas del bloque negro, la acción directa y la llamada violencia anarquista ocupan las primeras páginas de los periódicos con un claro afán persecutorio, no sólo en México, sino en todo el mundo. Sólo para citar algunos ejemplos: The Economist, vocero de la burguesía financiera globalizada, pregunta: ¿qué comparten un anarquista y un islamista? Y responde: “el empleo de la violencia indiscriminada”. [5] En España, el académico Juan Avilés Farré escribe un libro de 422 páginas, La Daga y la Dinamita. Los anarquistas y el Nacimiento del Terrorismo (Tusquets, Barcelona, 2013), para insinuar que el anarquismo es el principal antecedente del terrorismo islamista ya que se ha caracterizado desde sus inicios por “la práctica de una forma extrema de coacción: la violencia”. En el mismo país, el director general de policía, Ignacio Cosidó, declara sin tapujos que el terrorismo anarquista se ha implantado en la península y garantiza la firmeza de la policía al respecto. [6] En Italia se agita el espectro de la Federación Anarquista Informal, lo mismo que en Grecia se adjudica a los anarquistas la responsabilidad de la bancarrota del país.

Grupos anarquistas griegos expropian un supermercado e incendian dinero como forma de atentar contra el poder del capitalismo en crisis.

En México, la prensa informa que el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN) detectó 17 grupos anarquistas, en por lo menos 14 estados del país que se caracterizan por sus acciones violentas en calles, visiblemente en la capital del país.[7] El gobierno del DF, por su parte, filtra a la prensa un documento denominado “Análisis de grupos anarquistas” en el cual identifica a la Cruz Negra Anarquista, al Bloque Negro, a la Coordinadora Estudiantil Anarquista y a 11 personas por su supuesto grado de violencia y participación en actos vandálicos. Con base en dicho informe, Carlos Loret de Mola -el conocido periodista de Televisa, que se distingue por arremeter contra toda causa noble- insinúa que el anarquismo marcha rápidamente hacia el terrorismo en el DF y otro cagatintas, Ricardo Alemán, asegura que se trata de un puñado de activistas financiados por los brazos radicales de Morena. [8] Otros más criminalizan a los estudiantes del CCH, al Frente Oriente, a la CNTE, a la CETEG y un largo etcétera.

¿Qué contestar? Observo, en primer lugar, que la furia vengativa de policías, empresarios, curas y periodistas se explica fácilmente. Vivimos tiempos de crisis; la esfera de la representación se va cerrando día tras día. Saben que su política -la política de los políticos- ya no convence: de izquierda a derecha, es la misma nada que impera y, como dicen los anónimos compañeros del Comité Invisible –autores del famoso panfleto, La Insurrección Que Viene- desde cualquier perspectiva que se le mire, el presente no tiene salida. [9] Frente a esto, y al descrédito de los partidos, se asiste al florecimiento de prácticas y colectivos libertarios, que actúan al margen de los canales de la política tradicional, lo cual es precisamente lo que quita el sueño a los defensores del viejo mundo.

Así las cosas, no sorprende la saña con que se insiste en atacar, insultar, denigrar y vilipendiar a los anarquistas de todo color y de toda tendencia. Aclaremos unos puntos. ¿El uso de la violencia es connatural al anarquismo? La respuesta es no y es un no rotundo. En el movimiento libertario siempre han existido –y siguen existiendo- partidarios de la no-violencia y de la resistencia pasiva, así como adeptos a la violencia, mismos que discrepan, a su vez, sobre su naturaleza, alcance y límites. Nadie puede reclamar que nuestra lucha se tenga que desarrollar en el marco de la legalidad, pero tampoco se puede alegar que la verdadera lucha –esa que ilumina la noche en la que nos movemos a ciegas- se tenga que dar fuera de ella. Insisto: el tema de la violencia no es un asunto de principios; es una cuestión táctica y siempre ha habido discordancia al respecto, así como las hubo y las sigue habiendo- sobre la lucha sindical, la pertinencia y la naturaleza de la organización, el colectivismo, etc.

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La Confederación Nacional del Trabajo (CNT-AIT) de España llegó a ser un portento de la lucha anarco-sindicalista, muestra de que los ideales libertarios deben expanderse como propuestas de organización social y popular.

AYER

Hagamos un poco de historia. El movimiento libertario se organizó por primera vez en seno a la Asociación Internacional de los Trabajadores, AIT, fundada en Londres un 28 de Septiembre de hace exactamente 150 años. Asociación, no organización ni partido político. La idea de asociación implica la aceptación de un amplio abanico de tácticas y estrategias, al amparo de un principio unificador: la emancipación de los trabajadores debe ser obra de los trabajadores mismos. Al principio, el accionar internacionalista no fue violento, pero las cosas cambiaron después de los 30,000 muertos, 100,000 deportados y otros tantos exiliados que dejaron como saldo los verdugos de la Comuna de París (1871). Precisamente en este contexto, algunos compañeros de Bakunin introdujeron la noción de propaganda por el hecho con la idea de sustituir los actos a la palabras y las acciones a los discursos rompiendo radicalmente con toda visión ideológica.

El siguiente paso se da en julio de 1881, cuando se celebró en Londres un Congreso Anarquista Internacional al que asistieron unos treinta delegados -entre los cuales destacan Pedro Kropotkin, Errico Malatesta, Carlo Cafiero, Émile Pouget y Luisa Michel. Se aprobaron dos mociones: la primera recomendaba la creación de una oficina de información que tendría la tarea de reavivar a la moribunda AIT, y la segunda adoptaba la violencia –y concretamente el uso de la dinamita como táctica de lucha. Una oleada de represiones gubernamentales impidió la progresión de la nueva Internacional, pero el repentino descubrimiento de las virtudes de la química encontró la aceptación entusiasta de algunos militantes ácratas.

¿Cómo explicarlo? Las razones son múltiples. En un “mundo sin evasión posible” (la expresión es de Víctor Serge), la burguesía aumentaba su arrogancia, los Estados reprimían, los políticos engordaban y los partidos socialdemócratas se fortalecían en la medida en que abandonaban sus ideales revolucionarios. Organizados en pequeños grupos de afinidad, los anarquistas emprendieron el camino opuesto: la lucha a muerte contra el viejo mundo. Algunos vieron en la dinamita el arma perfecta, la metáfora ineludible de una revolución catastrófica y, al mismo tiempo, redentora. Otros encontraron en el robo y el asalto a mano armada el secreto al fin descubierto de la crítica de la economía política.

El primer artefacto estalló en 1882, en Lyon, pero la etapa más álgida se extendió entre el 24 de junio de 1894, cuando el anarquista italiano Sante Caserio mató al presidente francés Sadi Carnot, y el 6 de septiembre de 1901 cuando otro anarquista, León Frank Czołgosz, mató al presidente norteamericano William S. McKinley. En ese lapso, junto a una generación de luchadores, encontraron la muerte: el rey de Italia, Humberto de Saboya, ultimado el 29 de julio de 1900; el presidente del gobierno español, Antonio Cánovas del Castillo, muerto de un disparo el 8 de agosto de 1897; y la emperatriz de Austria, Elisabeth de Wittelsbach, asesinada el 10 de septiembre de 1898 en Ginebra. Luego vino el ilegalismo y las trágicas epopeya de Clemente Duval, Marius Jacob y la Banda Bonnot en la Francia de la Bella Época.

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Un atentado de la Banda Bonnot en Diciembre de 1911, ilustrado por un periódico parisiense.

¿Cuál es el balance? En primer lugar, es claro que no se puede asimilar el terrorismo -una política de Estado que se caracteriza por amedrentar a la población civil- a la propaganda por el hecho que no buscaba aterrorizar, sino al contrario, despertar al pueblo. Con sus acciones justicieras, los anarquistas planteaban un problema urgente: la renovación de un movimiento obrero en vía de rápida burocratización. Pretendían sacudir a las masas del conformismo, rechazar la representación política y denunciar la corrupción. Hombres de su talla pasan a la historia como criminales o como santos, según la época en que viven y el mundo en que se mueven.

La guerra de clases se fue trocando en guerra privada, la cuestión social en cuestión existencial. El enemigo ya no eran las instituciones del capitalismo, sino los hombres que las encarnaban: los reyes, los funcionarios y los burgueses y después incluso los proletarios conformistas, que se tenían por indignos y traidores. El resultado, evidentemente, fue la intensificación de la represión: los años noventa del siglo XIX vieron la multiplicación de leyes especiales que, por doquier, amenazaron la supervivencia misma del movimiento libertario organizado. Estaba además -el problema sigue existiendo- la cuestión de la clandestinidad. Rudolf Rocker decía que en el mejor de los casos, los movimientos secretos no son más que un mal necesario, pero creer se puede producir una transformación social por tales movimientos es una ilusión peligrosa. Toda transformación espiritual y económica de la sociedad supone una amplia y constante propaganda que obre ante la más amplia publicidad, lo cual no podría hacerlo jamás un movimiento subterráneo. [10] Las opiniones de Rocker son discutibles, pero el problema es real: el anarquismo debe temer una larga actividad subterránea mucho más que cualquier otro movimiento, pues ninguna otra forma de propaganda revolucionaria favorece tanto el desarrollo de ideologías autoritarias.

El espejismo de la dinamita duró poco más de dos décadas, pero fue suficiente para originar la leyenda del anarquista sanguinario, rápidamente aprovechada con el fin de criminalizar a todos los libertarios. A la postre, la violencia vengadora de los Estados contra los anarquistas fue mucho más terrible que la violencia ejercida por los anarquistas, algo que se puede comprobar revisando las crónicas de la época. La prensa libertaria corrió el riesgo de desaparecer; muchos militantes murieron, fueron encarcelados o enviados al baño penal y los pocos que quedaron en una precaria libertad se encontraron en la necesidad de reducir su actividad.

En esa situación, los principales militantes ácratas dejaron de sostener la propaganda por el hecho optando decididamente por la acción de masas. Algunos llegaron a la conclusión de que la violencia individual debía usarse lo menos posible y en todo caso solamente como medio defensivo y nunca ofensivo. Seguían celebrando el heroísmo de los autores de los atentados, pero ponderaban las consecuencias. “Un edificio basado en siglos de historia no se destruye con unos kilos de explosivos”, apuntó Kropotkin con una clara y sana actitud autocrítica. Muchos pensaron que de nada servía matar reyes y policías: era como cortar la cabeza de la hidra a sabiendas de que volvería a nacer. [11] “La violencia sólo es justificable cuando resulta necesaria para defenderse a sí mismo y a los demás contra la violencia. Donde cesa la necesidad comienza el delito…”, remató el mismísimo Malatesta a quien sería injusto colgar la etiqueta de pacifista. [12]

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Errico Malatesta (1853-1932) uno de los más grandes exponentes del anarquismo colectivista en su forma militantes, escrita e ideológica. Sufriría de persecusiones, encierros y exilios por influenciar a la acción revolucionaria a los campesinos y obreros del sur de Italia.

Poco a poco, se fue introduciendo una nueva sensibilidad que pronto desembocó en una modalidad distinta -y más vigorosa- del movimiento libertario: el anarco-sindicalismo. Es en este contexto -el de la crisis de la propaganda por el hecho y la búsqueda de nuevas tácticas-, cuando surge la práctica de la “acción directa”, lo cual no deja de ser una paradoja ya que los actuales estetas de la violencia en ámbitos libertarios aborrecen todo accionar sindical. Émile Pouget, escribió en 1910 un texto famoso en el cual especificaba que la acción directa era la única y verdadera arma social contra el capital. Contrario a lo que muchos creen, ésta no implica necesariamente la violencia, sino que a diferencia de la acción parlamentaria (o indirecta), busca afirmar la autonomía de los trabajadores por todos los medios posibles, pacíficos o no. La primera condición de la acción directa es que sea pública, y la segunda que sea colectiva, de común acuerdo. Exactamente lo opuesto, por tanto, de lo que ocurre con el atraco y el atentado, actos llevados a cabo en secreto y en circunstancias particulares, cuando no con las más arbitrarias e inconfesables motivaciones.

Una de las muchas expresiones históricas de la acción directa ha sido el boicot, un medio de lucha popular típicamente no-violento que, además, expresa la perspectiva del obrero no sólo como productor sino también en cuanto consumidor. Otra es el sabotaje, es decir la parálisis o el entorpecimiento de la máquina productiva en perjuicio de los explotadores. Según Pouget, “en la guerra social, el sabotaje representa el equivalente de la guerrilla en las guerras nacionales: deriva de los mismos sentimientos, responde a las mismas necesidades y tiene las mismas consecuencias sobre la mentalidad obrera. Como la guerrilla, el sabotaje desarrolla el valor individual, la audacia y la toma de decisiones y mantiene a quienes lo practican en una constante tensión creativa.” [13]

En este sentido, el anarco-sindicalismo expresó la continuación y, al mismo tiempo también la salida de la etapa de la “propaganda por los hechos”. La continuación, porque manifestaba el mismo anhelo de hacer crecer, por la vía de la imitación o por el efecto directo de los actos, una potencia revolucionaria y transformadora capaz de romper con la pasividad de las masas y con el oportunismo de los partidos socialistas. Y era también la salida, porque dejaba atrás las ilusiones trágicas de los atentados y la mitología redentora de la dinamita. En Estados Unidos, otra corriente anarcosindicalista, la Industrial Workers Of The World –IWW- añadió un ingrediente importante.

En Direct Action And Sabotage, un panfleto de 1912, William Trautman precisaba que las acciones directas son útiles cuando debilitan el poder de las clases dominantes, no importa si quienes las llevan a cabo son personas aisladas o colectivos organizados. [14] El individualista que usa explosivos –dice Trautman- puede ser aborrecido por muchos, pero sus acciones tienen que evaluarse a partir de los objetivos que se propone. ¿Logró debilitar las instituciones represivas? ¿Las reforzó? ¿Consiguió sacudir la consciencia política de las masas adormecidas? ¿Obtuvo el efecto contrario? En las respuestas a estas preguntas se encuentra, me parece, la clave para evaluar todo tipo de acción directa, al margen del moralismo pseudo-izquierdista, por un lado y de la estética del gesto, por el otro.

Libertarios se organizan para bloquear la lógica mercantil del tránsito en las casetas de peaje, una forma de sabotaje a la forma-valor del individuo y el hurto de impuestos a través de dichas casetas, además de informar mediante propaganda la situación actual del país (26 de Septiembre, 2015).

HOY 

Cien años después, la acción directa ya no se limita a la lucha sindical. En la actualidad, la podemos definir como una práctica en la cual la solución de los conflictos se logra por parte de los individuos afectados, sin intermediarios. No es violenta ni no-violenta, sencillamente porque se mide con otros criterios. En su imprescindible Pequeño Léxico Filosófico del Anarquismo, Daniel Colson aclara que la acción directa abarca la totalidad de las actividades del ser humano y de sus relaciones con el mundo, desde la lucha social hasta la pintura, desde la filosofía hasta las relaciones de cortesía. Se manifiesta también en ámbitos no obreros como el cultural y el artístico, en las ciudades y en el campo, siempre y cuando exista la voluntad emancipadora de los involucrados. La acción directa, por tanto, no conoce reglas ni formas establecidas, sino que se abre sobre una infinidad de posibilidades.

La conclusión es evidente: acción directa y anarquismo no pueden más que ser sinónimos. Si en la actualidad la acción directa se encuentra tan estigmatizada es porque la sociedad en la que vivimos requiere de espectadores pasivos, no de seres pensantes. Parafraseando a Pietro Gori -el gran poeta anarquista- en el mundo actual, el buen trabajador, el maestro cumplido y el estudiante respetuoso deberían de ser pacíficos rumiantes, posiblemente desprovistos de sentimientos, que se dejan trasquilar tranquilamente, y sin protesta, por los que tuvieron la astucia de proveerse de un persuasivo bastón y de un par de tijeras.

Dicho esto, no podemos dejar de comentar el giro que ha tomado la práctica de la acción directa en tiempos recientes, particularmente en la Ciudad de México con los llamados black blocs o bloques negros. Estoy de acuerdo con Javier Hernández Alpízar ante el arrojo de los jóvenes vándalos, lo primero que deberían sentir los que los critican es vergüenza. ¿Quién tiene la autoridad moral para condenarlos? No la tiene la izquierda institucional que exhibe un siglo de traiciones, pero tampoco la tiene la llamada ultraizquierda que sólo aprueba la violencia cuando una de sus múltiples sectas la dirige. [15] Por demás, el bloque negro no es un grupo y no se reclama de ninguna ideología en particular. Es, en gran parte, un indicador de la rabia que viven los jóvenes y es, específicamente, una táctica de protesta que emplean diferentes individuos y grupos –no necesariamente anarquistas- en distintas partes del mundo, no solamente en el DF. Como tal, a veces arroja resultados positivos y a veces no tanto.

Es necesaria la formación de organizaciones previas a las formas de protesta de la actualidad. El anarquismo y la acción militante no van peleadas con los encuentros, diálogos y acuerdos en común entre todas las organizaciones e individuos que reivindican al Black Block. (26 de Septiembre, 2015).

¿Quién se acordaría de los acontecimientos de Seattle –esos, que doctos sociólogos señalan como un hito en la historia del movimiento contra la globalización capitalista- si no hubiese sido por los black blocs que con sus acciones contra los emblemas del capital (no contra personas de carne y hueso) arruinaron la fiesta de los poderosos? El aspecto atractivo de este tipo de violencia consiste en poner en crisis la presunta neutralidad de las relaciones sociales y en señalar su precariedad histórica. Sin embargo, cada gesto inscrito en este registro puede quedar atrapado en un acto de negación meramente simbólica y, más recientemente, incluso repetitiva, por lo tanto carente de imaginación. En la actualidad –y no sólo en México-, la práctica de la violencia en las manifestaciones (atacar a la policía, dañar un banco, incendiar un McDonald’s) se encuentra desgastada, especialmente cuando no encuentra consenso entre los propios manifestantes. Todo esto quedó patente en las Jornadas de Acción Global por Ayotzinapa que se desarrollaron entre octubre de 2014 y marzo de 2015 y de hecho las acciones del bloque negro se han ido reduciendo.

Añado que en los último años, se ha dado a conocer una corriente internacional conocida como “anarco-insurreccionalista” o, a veces, como “tendencia informal anarquista” que plantea un cambio de perspectiva en cuanto a la acción revolucionaria. Limitando su crítica a cuestiones tácticas, su aportación a la reconstrucción del movimiento libertario ha sido modesta. Muy ligada a la figuras de dos compañeros italianos, Alfredo Bonanno y Constantino Cavallieri, esta corriente tiene una fuerte presencia en Grecia y en Italia y, en el ámbito latinoamericano, en Argentina, Chile y México. Figura un tanto donquijotesca, editor comprometido con la difusión del pensamiento libertario, siempre metido en algún proceso conspirativo, Alfredo Bonanno es un viejo militante y agitador que ha sufrido múltiples encarcelamientos. Ha publicado numerosos escritos en los cuales explica que los verdaderos anarquistas deben estar en revuelta permanente pregonando el principio de la “acción insurreccional” a la manera del viejo Bakunin. [16] Las acciones de la tendencia insurreccionalista -expropiaciones, sabotajes, destrucciones de tiendas de autoservicio, atentados contra símbolos del poder y del Estado- han sido contemplados por las masas inconscientes como algo ajeno y exterior. Sin embargo sería injusto no reconocer en el impulso que los ha provocado una auténtica voluntad de combate. [17] Me parece claro, al mismo tiempo, que este tipo de acciones -así como las que pregona en México la llamada Tendencia Informal Anarquista [18]- se vuelven prácticas vanguardistas que todo son menos “directas”.

Vale recordar que -como señala Luis Hernández Navarro en el texto incluido en esta edición- las acciones violentas que se están generalizando en el movimiento social no son monopolio de los anarquistas. En Guerrero, los actos que se han registrado después de la noche de Iguala (incendio de sedes de partidos político, del Congreso, etc.), fueron cometidas por individuos y corrientes que difícilmente podrían definirse anarquistas. Al margen de quienes las reivindican, para calibrar su alcance, habría que volver a plantear la pregunta de Trautman: ¿lograron debilitar las instituciones represivas? ¿Las reforzaron? ¿Consiguieron sacudir la consciencia política de las masas adormecidas? ¿Obtuvieron el efecto contrario? La respuesta no me corresponde a mí, sino al movimiento social.

Sólo quiero concluir señalando que el dilema entre violencia y no-violencia es, en gran parte, falso. El propio Gandhi, el principal teórico de la no-violencia afirmó repetidas veces que, aunque la consideraba superior táctica y éticamente a la violencia, la no-violencia no podía ser un dogma, y que, de todas formas, era preferible ser violentos que cobardes. La no-violencia –decía– es una elección valida sólo si es practicada por quienes renuncian a una violencia que podrían emplear. Y no es seguramente la práctica del ratón que huye del gato. La no-violencia corre el riesgo de perder su contenido crítico ya que puede significar abstención, neutralidad o, peor, colaboración. “El fin no justifica los medios”, nos dicen los zapatistas, Y los anarquistas contestan: “hace un siglo y medio que no nos cansamos de repetirlo”. Con o sin violencia, lo esencial es que cada quien encuentre su propio camino. Y es que la revolución es precisamente esto: liberación, apertura de nuevos caminos, movimiento centrífugo, no centrípeto. La acción directa es decir la acción autónoma de los humanos contra el capital y contra el Estado es su único camino. Con violencia o sin ella.

Somos más, estamos en todas partes: Y VAMOS POR USTEDES...

 Por Claudio Albertani

Extraído de Bloque Libertario Internacional.

https://bloquelibertariomexico.wordpress.com/2015/10/01/en-defensa-de-ls-anarquistas-notas-sobre-la-accion-directa-ayer-y-hoy/


NOTAS Y REFERENCIAS

[1] 24 Horas. El Diario Sin Límites, 12 de Noviembre de 2014

[2] Genaro Villamil, “Manuel Cossío Ramos, el espía del CISEN en el movimiento #YoSoy132”, http://www.proceso.com.mx/?p=343793

[3] Claudio Albertani, “Génova para Nosotros. Bloques Negros, Monos Blancos y Zapatistas en el Movimiento Contra la Globalización Capitalista”, en: Claudio Albertani, (coordinador), Imperio y Movimiento Sociales en la Edad Global, Universidad de la Ciudad de México, México, 2004, pp. 83-118.

[4] Para un análisis del intento de criminalizar el anarquismo, véase el último número de la revista Obra Negra: “Lombroso Ha Vuelto. De Cómo el Santo Oficio Mediático Produce Monstruos en México”,

http://obranegrarevista.tumblr.com/Lombroso_ha_vuelto

[5] “For Jihadist, Read Anarchist”, The Economist, 18 de agosto de 2005.

[6] “El Terrorismo Anarquista Se Ha Implantado en España y Hay Riesgo de Atentados”, Abc, 12 de junio de 2014, http://www.abc.es/espana/20140612/abci-terrorismo-anarquista-atentados-201406121042.html

[7] “Anarquistas Operan en 14 Estados del País: CISEN”, La silla rota, 14 de enero de 2015,

http://lasillarota.com/anarquistas-operan-en-14-estados-cisen#.VTPG_85pHCc

[8] Carlos Loret de Mola, “¿Quién es Lady Anarco?”, El Universal, 9 de Abril de 2014, http://www.eluniversalmas.com.mx/columnas/2014/04/106451.php ; Ricardo Alemán, “Itinerario político”, El Universal, 24 de septiembre de 2013,

[9] Comité invisible, La Insurrección Que Viene, Melusina, Tenerife, 2009.

[10] Rudolf Rocker, Anarquismo y Organización, http://www.antorcha.net/biblioteca_virtual/politica/ayo/anarquismo_y_organizacion.html

[11] Pedro Kropotkin, citado en : Jean Maitron, Le Mouvement Anarchiste en France. I. Des Origines à 1914, Gallimard, París, 1975, pág. 260.

[12] Errico Malatesta, “Anarquismo y Violencia”, en Vernon Richards (compilador), Malatesta. Pensamiento y Acción Revolucionarios, Tupac Ediciones, Buenos Aires, 2007, pág. 53.

[13] Émile Pouget, El Sabotajehttp://www.antorcha.net/biblioteca_virtual/derecho/pouget/pouget.html

[14] William E. Trautman, Direct Action and Sabotage, Socialist News, Pittsburgh (EEUU), 1916.

[15] Javier Hernández Alpízar, “México: Violencia, Capuchas y Anarquismo”, https://zapateando.wordpress.com/2013/11/04/violencia-capuchas-anarquismo/

[16] Sobre Bonanno véase el sitio: http://www.saboteamos.info/2014/01/07/alfredo-bonnano-el-anarquista-a-quien-mexico-prohibio-entrar/ Véase también, Constantino Cavalieri: El Anarquismo en la Sociedad Post-Industrialhttp://metiendoruido.com/2012/09/anarquia-profesional-y-desarme-teorico-una-critica-al-insurrecionalismo-miguel-amoros/

[17] Véase: Miguel Amorós, “Sobre el Insurreccionalismo”, http://metiendoruido.com/2012/09/anarquia-profesional-y-desarme-teorico-una-critica-al-insurrecionalismo-miguel-amoros/

[18] Gustavo Rodríguez (compilador), ¡Que se ilumine la noche! Refractarios hasta las últimas consecuencias. Génesis, desarrollo y auge de la Tendencia Informal Anarquista en México, Internacional Negra Ediciones, Santiago de Chile, 2013.

[Libro] La comuna de París - Louise Michel

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Prefacio

Cuando la multitud hoy muda
Ruja como el océano
Y a morir esté dispuesta
La Comuna resurgirá

Volveremos multitud sin número
Vendremos por todos los caminos
Espectros vengadores surgiendo de las sombras
Vendremos estrechándonos las manos

La muerte llevará el estandarte
La bandera negra velo de sangre
Y púrpura florecerá bajo el cielo llameante

Louise Michel. Canción de las prisiones, mayo de 1871

La Comuna en el momento actual está dispuesta para la historia.

Los hechos, desde esta distancia de veinticinco años atrás, se dibujan, se agrupan bajo su verdadero aspecto.

En las lejanías del horizonte, los acontecimientos se acumulan de la misma manera hoy, con la diferencia de que entonces era sobre todo Francia la que se despertaba y ahora es el mundo.

Unos años antes de su fin, el Imperio, entre estertores, se aferraba a todo, lo mismo a la mata de hierba que a la roca. Hasta la roca se resquebrajaba, y el Imperio, sangrándole las garras, seguía sin desprenderse. No teniendo ya debajo más que el abismo, se resistía.

La derrota fue la montaña que, cayendo con él, lo aplastó.

Entre Sedán y los días en que vivimos, las cosas son aterradoras y nosotros mismos somos espectros habiendo vivido entre tantos muertos.

Esta época es el prólogo del drama en el que cambiará el eje de las sociedades humanas. Nuestras lenguas imperfectas no pueden expresar la impresión magnífica y terrible del pasado que desaparece mezclado con el porvenir que apunta. En este libro he tratado sobre todo de revivir el drama del 71.

Un mundo naciendo sobre los escombros de un mundo en su postrera hora.

¡Sí!, el tiempo presente es muy semejante al del final del Imperio, con un violento acrecentamiento de las represiones, una mayor intensidad de sangrientos horrores exhumados del cruel pasado.

¡Como si cualquier cosa pudiese impedir la eterna atracción del progreso! No se puede ni matar la idea a cañonazos ni destruirla.

El fin se apresura tanto más cuanto que el ideal efectivo aparece, poderoso y hermoso, sobrepasando todas las fricciones que le precedieron.

Cuanto más agobiante sea el presente, aplastando a las multitudes, también mayor será la prisa por salir de él.

Escribir este libro es revivir los días terribles en que la libertad, rozándonos con sus alas, levantó el vuelo desde el matadero; es abrir de nuevo la fosa ensangrentada donde, bajo la cúpula trágica del incendio, se durmió la Comuna, bella para sus bodas con la muerte, las bodas rojas del martirio.

En esta terrible grandeza, gracias a su valor en la hora suprema le serán perdonados los escrúpulos, las vacilaciones por su profunda honradez.

En las luchas venideras no se volverán a encontrar esos generosos escrúpulos, pues con cada derrota popular, se sangra a la multitud como a las reses en el matadero. Lo que se encontrará será el implacable deber.

Los muertos, del lado de Versalles, fueron un ínfimo puñado, y por cada uno de ellos hubo miles de víctimas inmoladas a sus manes; del lado de la Comuna, las víctimas fueron sin número y sin nombre, no se podían calcular en los montones de cadáveres; las listas oficiales confesaron treinta mil, pero cien mil y más, estarían menos lejos de la verdad.

Aunque se hicieron desaparecer los muertos por carretadas, se acumulaban de nuevo sin cesar; semejantes a montones de trigo dispuestos para la siembra, se les enterraba apresuradamente. Tan solo el vuelo de las moscas sobre los cadáveres que llenaban el matadero asustó a los verdugos.

Por un momento, esperamos, en la paz de la libertación, a la Marianne de nuestros padres, la bella, que decían aguardaba la tierra y sigue aguardándola. Nosotros la esperamos más bella aún, después de haber tardado tanto.

Duras son las etapas, mas no serán eternas; lo eterno es el progreso, que fija en el horizonte un nuevo ideal, cuando se ha alcanzado el que en la víspera se antojaba la utopía.

También nuestra horrible época hubiera parecido paradisíaca a los que disputaban a las bestias feroces la presa y la guarida.

Tal como pasó en tiempo de las cavernas, el nuestro se hundirá; ayer u hoy, tan muertos están el uno como el otro.

Nos gustaba, la víspera de los combates, hablar de las luchas por la libertad; también, en la hora actual, a la espera de un nuevo germinal, relataremos los días de la Comuna y los veinticinco años, que parecen más de un siglo, desde la hecatombe del 71 al alba que apunta.

Comienzan tiempos heroicos; las multitudes se unen, como en la primavera los enjambres de abejas; los bardos se levantan cantando la nueva epopeya: es la víspera del combate donde hablará el espectro de mayo.

Londres, 20 de mayo de 1898

L. Michel

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Fuente: http://es.theanarchistlibrary.org/library/louise-michel-la-comuna-de-paris

Acuerdos y resoluciones del congreso constituyente de la ACAT-AIT (1929)

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El siguiente documento histórico del anarquismo y el anarcosindicalismo latinoamericanos corresponde a los «Acuerdos y resoluciones del congreso constituyente de la Asociación Continental Americana de los Trabajadores (A.C.A.T.)», efectuado en Buenos Aires en mayo de 1929. Ha sido transcrito por el equipo de N&A desde «El Anarquismo en América Latina» (Biblioteca Ayacucho, 1990); libro compilatorio de escritos de diversos autores y documentos históricos seleccionados por Carlos M. Rama y Ángel Cappelletti y que incluye un interesante prefacio estructurado por Cappelletti.  Las notas al final del texto son las originales incluidas en el libro. Hemos cambiado las notas a pie de página señaladas con ‘asterisco’ por notas numeradas. El texto de Max Nettlau que se señala en la primera nota aún no lo hemos transcrito. Para acceder al documento en PDF pueden hacer clic aquí. (N&A)

ASOCIACIÓN CONTINENTAL DE TRABAJADORES1

ACUERDOS Y RESOLUCIONES

DEL CONGRESO CONSTITUYENTE

EFECTUADO EN BUENOS AIRES

LOS DÍAS 11 AL 16 DE MAYO DE 1929

CON TODA FELICIDAD, colmando los deseos de sus iniciadores, se realizó el congreso continental americano durante los días 11 al 16 de mayo de 1929, en la ciudad de Buenos Aires.

Este congreso venía a cumplir una vieja aspiración. La idea de reunir en un vasto organismo continental a todos los trabajadores revolucionarios de América, ligándolos entre sí solidariamente, es muy vieja, casi tan vieja como lo es el movimiento libertario del nuevo mundo. Es, por otra parte, natural que así fuera; el deseo más íntimo de los anarquistas de todos los tiempos, ha sido unirse entre sí internacionalmente, respetando las modalidades particulares que determina la naturaleza étnica de cada país. Este pensamiento está en la esencia de los ideales que defendemos.

Por desgracia, nunca hasta este instante se realizó un esfuerzo lo necesariamente tenaz y continuado para cumplir esta aspiración nuestra hacia el internacionalismo. En el congreso extraordinario de la F.O.R.A., realizado en 1920, se comprendió esta necesidad y se tomó una resolución categórica en ese sentido. Es a partir de esa fecha que se realiza un esfuerzo serio y persistente para llegar al resultado anhelado, especialmente durante los años 1927, 28 y 29, con la constitución por el Consejo Federal de la F.O.R.A. de la Secretaría de Relaciones Internacionales, que tuvo a su cargo la preparación  y organización del congreso continental.

La Confederación General de Trabajadores de México también perseguía el propósito de fundar un organismo libertario continental y a tal efecto se estableció entre F.O. Regional Argentina y C.G.T. la más estrecha relación para cumplir de común acuerdo este deseo colectivo.

Se intentó la realización de dos congresos americanos, uno de parte de la C.G.T. que convocó a los organismos libertarios del continente en Panamá, en 1925, y el segundo de parte de la F.O.R.A., en Buenos Aires, en mayo de 1927. Ambos intentos fracasaron. Las delegaciones asistentes a los mismos no eran lo suficientemente numerosas como para abocarse de hecho a la constitución de un organismo continental.

Diversas razones contribuyeron a este fracaso. A la conferencia de Panamá opuso el gobierno de aquel país toda clase de impedimentos. Pero no es esta la razón principal del fracaso. Los trabajos para la realización, tanto de una como de la otra conferencia, no alcanzaron la suficiente intensidad como para asegurar el éxito. Es preciso agregar a esto, que constituye de por sí un impedimento serio, la ausencia de organizaciones vigorosas en el continente que pudieran, abandonadas a su propios esfuerzo, contribuir a la común tarea de elevar la organización representativa del proletariado revolucionario americano.

Después del fracaso de la segunda conferencia, con la formación de la Secretaría de Relaciones Internacionales, se realiza el esfuerzo más intenso y metódico para dar vida a la actual Asociación Continental Americana de los trabajadores.

CONGRESO DE MAYO DE 1929

El sábado 11 de mayo de 1929, inicia sus sesiones el Congreso Continental. Los trabajos del mismo se prolongaron hasta el día 16, en que se realizó la sesión de clausura. 

Un ambiente de cálida fraternidad entre los delegados y la numerosa concurrencia de simpatizantes que llenaba el amplio salón de la F.O.R.A., fue la señal distintiva del congreso. El espíritu de amplitud y de cordura primó entre todos los delegado durante las sesiones y se refleja en cada una de las resoluciones tomadas sobre todos los puntos del orden del día. 

Las resoluciones son de por sí suficientemente elocuentes y señalan claramente cuáles fueron los pensamientos dominantes del congreso continental americano, con respecto a los problemas actuales que nos plantea la lucha contra la reacción del capitalismo y del Estado. El congreso afirmó ampliamente los ideales libertarios como norte de las actividades de la naciente institución, y proclamó su confianza en los mismos para destruir los cimientos del Estado y del capitalismo y edificar sobre sus ruinas la sociedad de los libres y de los iguales.

Damos a continuación el detalle de los países representados en la conferencia, organismos actualmente adheridos a la A.C.A.T. y resoluciones tomadas.

Que ninguna de las instituciones y compañeros que pusieron sus esperanzas en los bellos ideales que sirvieron de inspiración y de guía al congreso continental, defraude ahora los propósitos afirmados en la magna reunión que ligó entre sí solidariamente a los diversos movimientos libertarios del continente.

La Continental ha sido creada. Ella representa el centro natural de convergencia del anarquismo en América. Que cada uno y todos se agrupen entonces en torno a ese baluarte levantado frente a todas las instituciones autoritarias del capitalismo y del movimiento obrero de tendencias políticas.2

ORDEN DEL DÍA

El orden del día presentado por la F.O.R.A. fue ligeramente modificado por los delegados, tratándose de acuerdo con esta alteración en la siguiente forma:

  1. ─  Finalidad, doctrina y táctica.
  2. ─  Constitución de la Continental.
  3. ─  Relaciones con la A.I.T.
  4. ─  Relaciones con los organismos nacionales.
  5. ─  Lucha contra la reacción internacional.
  6. ─ El movimiento campesino.
  7. ─  Nombramiento de Bureau y sede del mismo.
  8. ─  Label en la prensa de las organizaciones adheridas.
  9. ─  Archivo del movimiento obrero anarquista continental.
  10. ─  Intercambio de delegados entre los diversos países.
  11. ─  Lucha por la jornada de seis horas.
  12. ─  Actitud frente a la I.W.W.
  13. ─  Clausura del congreso continental.

Las resoluciones adoptadas sobre cada uno de estos puntos y que señalan claramente cuáles han sido las ideas fundamentales del congreso, las trascribimos a continuación:

DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS

DECLARACIONES GENERALES

ORGANIZACIÓN SOCIAL.─ Dos son los caminos propuestos por los movimientos proletarios y socialistas para superar la situación presente: la conquista del Estado para operar la transformación política de la sociedad por medio de decretos, y la organización de la vida económica sobre la base del trabajo de todos y de cada uno. La primera resolución pretende realizar la nueva organización social de arriba abajo; la segunda aspira a hacerse de abajo a arriba: una tiene por norma de conducta la autoridad, la otra la libertad.

La Asociación Continental Americana de los Trabajadores, que recoge las experiencias del último siglo de luchas y que tiene en cuenta las enseñanzas de la realidad y de la vida, repudia la conquista del Estado político como medio de emancipación proletaria y concentra todas sus esperanzas en la organización del trabajo sobre las piedras angulares de su libertad, de su utilización y de su solidaridad.

En consecuencia, aspira a un régimen social en donde el trabajo será la base y la garantía de libertad y de justicia para todos.

ABOLICIÓN DEL ESTADO.─  Un régimen social basado en el trabajo común de las asociaciones libre de productores libres, excluye el Estado, que ha sido siempre instrumento de dominación de una casta o clase parasitaria en detrimento de la masa productora y que pierde su razón de ser cuando la nivelación económica, la expropiación de los expropiadores, ha establecido la igualdad de todos los seres humanos ante la vida, ante los instrumentos de trabajo y ante el disfrute de los productos.

La Asociación Continental Americana de los Trabajadores, como intérprete de los intereses de los que producen y no de los explotadores del trabajo beneficiarios de la producción ajena, quiere una sociedad de libres y de iguales, por lo tanto una sociedad anarquista.

SUPRESIÓN DE LOS MONOPOLIOS.─  El capitalismo, que la forma económica más injusta que se pueda imaginar, y no siempre la más renditiva  provechosa desde el punto de vista de la producción misma, tiene sus más profundas raíces en el reconocimiento y la defensa de la propiedad monopolista, exclusiva, hereditaria.

La A.C.A. de Trabajadores rechaza todo concepto de monopolio en el usufructo de las riquezas sociales y reivindica el derecho pleno de la humanidad presente y futura a beneficiarse por igual, según las necesidades, de los bienes de la naturaleza y del trabajo del hombre. Sin reconocer una forma especial de organización de las futuras relaciones económicas, recomienda el comunismo como aquella condición que promete una más amplia garantía de bienestar y de libertad individual.

EL HOMBRE LIBRE EN LA SOCIEDAD LIBRE.─  Para el capitalismo y el estatismo dominantes, el ideal consiste en la esclavización y la opresión crecientes de las grandes masas en beneficio de las minorías privilegiadas del monopolio. La A.C.A.T. tiene por ideal supremo el hombre libre en la sociedad libre, y propaga su realización mediante la supresión revolucionaria del aparato estatal y de la organización económica capitalista simultáneamente, en la convicción de que la abolición del uno y el mantenimiento del otro conducirá irremisiblemente, como lo ha enseñado ya la experiencia, a la restauración del orden de cosas que se había querido destruir.

El socialismo libertario no puede ser realizado más que por la revolución social. En consecuencia, los trabajadores revolucionarios deben prepararse intelectual y prácticamente en el sentido de tomar posesión de los medios de producción, distribución y transporte a su alcance para utilizarlos automáticamente al día siguiente de la revolución, así como elaborar los medios de relación entre los diversos grupos de producción, o de lugar, sin que esto marque una única forma de convivencia revolucionaria, y siempre que se salven los principios fundamentales enunciado en nuestra finalidad.

MEDIOS DE LUCHA

1º. El objetivo de la organización obrera consiste en asociar a todos lo asalariado para la lucha contra la clase explotadora, de acuerdo con el lema de la primera internacional: «La emancipación de los trabajadores debe ser obra de los trabajadores mismos».

2º. Para que sea posible llegar a este objetivo, los métodos de acción deben estar en concordancia con la doctrina revolucionaria. De ahí que sean las prácticas de la lucha de la A.C.A.T. y de las organizaciones que la integran, la huelga parcial y general, el sabotaje y el boicot en los casos en que sea necesario practicar la solidaridad más allá de los respectivos planos nacionales.

3º. Se rechaza el arbitraje oficial y las intervenciones oficiosas para el arreglo de las controversias entre el capital y el trabajo. En consecuencia, será combatida la política de la colaboración de clases, comprometiéndose incluso las organizaciones obreras firmantes de este pacto solidario a combatir los proyectos legislativos que, en los respectivos países, tiendan a convertir en obligatoria la intervención del Estado en las huelgas y otros conflictos sociales.

4º. La base de las organizaciones obreras libertarias es el federalismo. Los individuos se asocian voluntariamente en el sindicato, los sindicatos forman las federaciones y el conjunto constituye el organismo nacional. De abajo arriba se establece la unión del proletariado, conservando tanto el individuo como el grupo asociado su autonomía dentro de la Internacional de los trabajadores.

 ─Las organizaciones por oficio o por rama industrial u organizaciones por fábrica en las modernas empresas racionalizadas, debe quedar librada a la mejor utilidad reconocida por los interesados. El federalismo es una concepción organizatriz en la línea convergente que no se destruye siempre que se obtenga la relación de intereses en el plano de la inmediata concreción de una fábrica, de un pueblo, de una región, teniendo en cuenta que el hombre se debe primero al medio ambiente en que vive como ente social y después a su oficio como productor.

5º. La Asociación Continental Americana de los Trabajadores se declara adversaria de toda política y rechaza todo compromiso o alianza con los partidos que aceptan la colaboración de clases y con los sectores sindicales que actúan en la esfera del Estado, sean parlamentarios o dictatoriales.

6º. La A.C.A.T. manifiesta su simpatía a todo ensayo proletario revolucionario para la consecución de su emancipación política, económica y social completa por medio de la insurrección armada.

7º. Como aspiración de futuro, la A.C.A.T. recomienda el comunismo anárquico, entendiendo que la propaganda de las ideas filosóficas del anarquismo debe ser la preocupación constante de todos los revolucionarios que aspiran a suprimir, con la tiranía económica del capital, la tiranía política y jurídica del Estado.

FINES INMEDIATOS

Sin renunciar a sus objetivos generales, al contrario como un medio eficaz de acelerar su realización, la A.C.A.T. propaga los siguientes fines inmediatos:

1º. Obtención de más altos salarios, es decir, de una mayor participación de los trabajadores en los resultados de la producción.

2º. Reducción de la jornada de trabajo.

3º. Defensa de las conquistas sociales, económicas y morales con todos los medios de la acción directa revolucionaria que no contradicen los elevados fines perseguidos.

4º. Lucha incesante contra el militarismo y la guerra, por la propaganda del boicot a la industria de los armamentos, de la negativa individual y colectiva a servir en el ejército, del desprestigio moral del oficio militar y de la huelga general revolucionaria y el sabotaje en caso de guerra.

5º. Desconocimiento de las barreras artificiosas de las nacionalidades estatales y proclamación de la patria universal del trabajo y de la comunidad de intereses de los trabajadores del mundo entero.

6º. Divulgación y afirmación de una mentalidad hondamente libertaria y de producción consciente como condición previa de una transformación social promisora.

7º. Ejercicio constante de la solidaridad en favor de las víctimas de la lucha revolucionaria contra el capitalismo y el Estado.

8º. Estímulo y apoyo a todas las corrientes y movimientos sociales y de cultura que, aun sin coincidir con nosotros en los objetivos finales enteramente, con su acción y propaganda contribuyen a debilitar los puntales del autoritarismo político y del privilegio económico, sin abandonar nunca la propia cohesión interna ni perder de vista las finalidades que singularizan el movimiento libertador del trabajo.

NOMBRE

1º. Con el nombre de Asociación Continental Americana de los Trabajadores se constituye una confederación continental de organizaciones obreras y campesinas de América que aspiran a la reorganización social sobre las bases de la libertad y de la justicia para todo y reconocen como medio de lucha al acción directa.

2º. La A.C.A.T. constituye un miembro colectivo de la Asociación Internacional de los Trabajadores.

ADMINISTRACIÓN

1º. La A.C.A.T. se regirá por un secretariado de tres miembros nombrados en sus congresos, y por un consejo nombrado por las organizaciones adheridas a razón de un miembro por organización.

2º. La misión del secretariado consistirá en atender la propaganda internacional, es estrechamiento de relaciones entre el proletariado revolucionario continental, en la penetración en los países todavía no trabajados por el ideal revolucionario y en todo cuanto tenga atingencia con las necesidades de la lucha obrera en el terreno internacional.

3º. El consejo asesorará al secretariado y cooperará con él mediante sus informaciones y sus iniciativas.

CONGRESOS

Cada tres años se realizarán congresos continentales de delegados a fin de estudiar los problemas de teoría y táctica que se presenten y para atender a las necesidades nuevas de la propaganda y de la lucha.

SERVICIO DE INFORMACIONES

El secretariado editará una revista de informaciones y de propaganda, la que será distribuida proporcionalmente entre las organizaciones adheridas.

FINANZAS

Cada organismo adherente contribuirá a la propaganda internacional con la cantidad que le sea posible, pero se esforzará por establecer una cuota fija que sea aproximada, de ser posible, a la fiada por la F.O.R.A.: cinco centavos argentinos por asociado, que se distribuirán entre la A.I.T, la Continental y el Fondo de Socorro de la Internacional.

RESOLUCIONES

  1. ─  DECLARACIÓN SOLIDARIA CON LOS PRESOS SOCIALES.

El congreso continental del movimiento obrero libertario, al iniciar sus sesiones, envía a las víctimas de la reacción en todos los países sus saludos fraternales. Se declara solidario en su lucha contra la reacción estatal, contra la opresión y contra la explotación. Que los compañeros que se encuentran tras los tétricos y fríos muros de la presión en los desiertos helados de Siberia, en los presidios de Tierra del Fuego. Más afuera, Cuba, Colombia y otras partes o están forzados a llevar una vida de emigrantes políticos, estén seguros de que el movimiento obrero libertario del continente americano laborará con toda energía por su liberación. El grito de libertad en favor de los prisioneros por cuestiones sociales no enmudecerá hasta que se vea libre la última de las víctimas de la reacción y de la dictadura de no importa qué país. La acción para arrancar a las víctimas de la lucha social de las manos de los gobernantes fue siempre la tarea más sagrada del movimiento obrero libertario. Los compañeros perseguidos de todos los países pueden contar también para el futuro con la ayuda solidaria y la acción del proletariado de América.

  1. ─ CONTRA LA REACCIÓN INTERNACIONAL

I

Consideramos uno de los deberes revolucionarios de esta hora la lucha contra el retroceso medioeval de los espíritus y de las instituciones sociales y políticas.

En esa lucha es preciso combatir con igual intensidad el militarismo, la guerra y la reacción, que son tres manifestaciones diversas de un mismo principio y de una misma aspiración.

En la lucha especial contra el militarismo se recomienda:

a) La negativa individual a hacer el servicio militar; la negativa colectiva con el mismo fin.

b) La divulgación de conceptos de responsabilidad que lleven el descrédito a la función militar y hagan un deber para el proletariado de la negativa a trabajar para el ejército, en paz o en guerra.

c) La preparación y la divulgación de la idea de boicot completo, de víveres, municiones, transporte, etc., para el ejército y sus sostenedores.

d) La propulsión de una literatura infantil que contrarreste el envenenamiento militarista de las escuelas del Estado.

Contra la guerra se reconocen como armas eficaces las anteriores y además la huelga revolucionaria o insurrección popular, con la consiguiente intensificación de la lucha y de la propaganda.

La lucha contra la reacción que complementa la lucha contra la guerra y el militarismo, debe hacerse ante todo por la afirmación de la solidaridad de intereses morales y materiales de los oprimidos y explotados de todos los países, por el boicot consciente y progresivo al estatismo, por el desenmascaramiento de la reacción que entraña la legislación obrera o social, por la campaña contra las exigencias cada vez mayores del aparato de dominación y de opresión, por la reivindicación de la libertad y de la igualdad para todos los seres humanos y, en fin, por el perfeccionamiento y la intensificación de la obra de conspiración material y espiritual permanente contra las iniquidades del privilegio y del despotismo.

El proletariado revolucionario de América, ante la abdicación casi completa ─contra la cual pesan muy poco las honrosas excepciones─ de las clases intelectuales y de las juventudes estudiantiles, tiene la grave responsabilidad y la alta misión de encabezar con sus propias fuerzas, sin rechazar por ello la adhesión de las buenas voluntades, la obra de la liberación del trabajo contra todas las doctrina y tendencias de esclavización y de opresión del hombre por el hombre.

En ese esfuerzo, los trabajadores revolucionarios pondrán de su parte cuanto les sea posible para suscitar en todos los ambientes y movimientos, corrientes convergentes hacia el supremo ideal de todas las luchas del progreso: la instauración de un orden social de cosas en donde la vida del hombre tendrá las máximas posibilidades de desarrollo libre y armónico.

II

El congreso continental americano está firmemente compenetrado de que la preparación internacional para la guerra en todos los Estados tiene que ser contrarrestada igualmente por una agitación internacional antiguerrerista de los trabajadores.

El congreso constata por consiguiente con alegría la colaboración orgánica regular en la cuestión del antimilitarismo entre el Bureau Internacional Antimilitarista y la Asociación Internacional en el Comisión Internacional Antimilitarista.

El congreso exhorta a todos los antimilitaristas revolucionarios a sostener personal y colectivamente el trabajo internacional de la Comisión Internacional Antimilitarista.

a) Adhiriéndose a la A.I.T. si se trata de sindicatos.

b) Adhiriéndose al Bureau Internacional Antimilitarista si se trata de otras organizaciones.

c) Adhiriéndose a la B.I.A si se trata de personas.

d) Transmitiendo todos los acontecimientos importantes del país respectivo en relación al militarismo, al antimilitarismo, a la preparación de guerra, a la reacción, etc., a la Comisión Internacional Antimilitarista.

e) Favoreciendo la más amplia divulgación de los comunicado noticias y artículos del servicio de la prensa de la C.I. Antimilitarista.

f) Enviando a la C.I.A. periódicos y direcciones de organismos y personas que pudieran interesarse por el servicio de prensa.

g) Conquistando suscriptores al servicio de prensa.

3.─ EL PROBLEMA INMIGRATORIO.

I

El congreso obrero continental reunido en Buenos Aires del 11 al 16 de mayo de 1929, ha fijado su posición ante el problema de la emigración de trabajadores, del siguiente modo:

La emigración no sólo hay que atribuirla a la superpoblación en los viejos continentes, sino ante todo también a la política económica capitalista. Los gobiernos capitalistas de los países europeos tienen un interés en librarse de las partes descontentas del proletariado sin trabajo, para apaciguar un factor de intranquilidad.

Los gobiernos capitalistas de los países de inmigración están interesados por su parte en recibir el mayor número posible de fuerzas de trabajo a fin de colmar el mercado del trabajo y de reducir los salarios. Con ese propósito emprenden los gobiernos capitalistas en América del Sur una propaganda en favor de la inmigración.

En las grandes ciudades de América del Sur, como Buenos Aires, Río de Janeiro, etc., existe hoy ya una gran desocupación. El congreso previene por tanto al proletariado de Europa ante los agentes de los capitalistas y de los gobiernos. Los obreros emigrantes, antes de emprender su emigración, deberán ponerse en relación con las organizaciones obreras de los países a donde quieren llegar, si es posible por intermedio de sus propias organizaciones, a los fines de informarse antes de partir sobre las condiciones de trabajo, la altura de los salarios, la situación del mercado, etc. Así protegen su propio interés, pues no necesitan aceptar, a causa del desconocimiento de la situación, trabajo en malas condiciones ni se verán en la penosa situación de tener que oficiar de opresores de los salarios frente a sus compañeros de trabajo o de poner en peligro las conquistas obtenidas por las organizaciones obreras.

El congreso dirige a loa obreros emigrantes un llamado apremiante para que se organicen en los sindicatos revolucionarios a fin de defender los intereses de su clase. Al capitalismo internacionalmente organizado debe oponerle el proletariado mundial su organización internacional, revolucionaria y libertaria. Sólo por la abolición de la explotación económica y de la dominación política, sólo después de la supresión de todas las fronteras artificiales y de las diferencias de clase violetamente sostenidas pueden ser armónicas las relaciones de los obreros de todos los países y el tráfico entre pueblo y pueblo.

II

Como labores inmediatas se recomienda: Una intensa propaganda alrededor de las Casas de Inmigrantes a fin de que se conozca: 1º. Dónde están las sociedades obrera de resistencia en la capital y en el interior; 2º. Las condiciones de trabajo, lucha y propaganda; 3º. El significado y alcance de los arrendadores de tierras, particulares y del Estado. Y en fin, todas las cosas útiles con respecto al trabajo campesino, para orientación del inmigrante; 4º. Conocer la interesada propaganda de los consulados y delegados comerciales y divulgar la verdad al respecto, para que antes de cruzar el mar sepan lo que van a encontrar. Además, lo que son las empresas de inmigración y colocación. Crear a la par una estadística al respecto.

  1. ─  EL PROBLEMA CAMPESINO

El congreso continental declara que el campesino representa un elemento de primer orden dentro de las luchas hacia la emancipación humana. Declara también que el hecho de que en América exista enorme porcentaje de campesinos en el proletariado, fortalece la circnstancia anterior. En consecuencia, exhorta a los organismos y a las individualidades a reivindicar al campesino del segundo término a que generalmente se le ha relegado y a interesarlo en nuestras organizaciones. Manifiesta además que es eficaz considerar las distintas condiciones morales y materiales del campesino de cada país, para encajar la técnica orgánica dentro de estas condiciones. Asimismo declara que la heterogeneidad de circunstancias en que está circunscripto el campesino de cada país reclama un más grande conocimiento del asunto y en consecuencia un más grande estudio teórico y material en cada caso. Para el efecto acuerda emprender una encuesta internacional por medio de la prensa revolucionaria; encuesta internacional por medio de la prensa revolucionaria; encuesta que tratará de aportar informes y análisis de los diversos movimientos del campo.

El movimiento campesino se tratará amplia y preferentemente en el próximo congreso continental a fin de encontrarle una solución lo más completa posible.

  1. ─ INTERCAMBIO DE DELEGADOS

El congreso continental, reconociendo la importancia del intercambio de delegados entre los diversos países de América, recomienda al secretariado que estudie los medios de materializar esta iniciativa lo antes posible.

  1. ─ JORNADA DE SEIS HORAS.3

Después de un largo debate el congreso continental americano resuelve hacer suya la resolución sobre las seis horas adoptada en el tercer congreso de la A.I.T. celebrado en Lieja.

  1. ─ PUBLICACIÓN DE UN MANIFIESTO.

El congreso continental comisiona al secretariado de la A.C.A.T. para editar un manifiesto dirigido al proletariado de Bolivia y del Paraguay, poniéndole de relieve el peligro de guerra y sus intereses comunes frente al enemigo común: el Estado y el capitalismo.

  1. ─ EDICIÓN DE UN FOLLETO.

Se resuelve editar un folleto conteniendo los trabajos más importantes de carácter doctrinario que se han presentado a la consideración del congreso continental.

  1. ─ EL TRABAJO A DESTAJO.

El congreso constituyente de la A.C.A.T. llama la atención sobre los perjuicios que ocasiona el trabajo a destajo que lleva al campo gremial la lucha de obrero a obrero, con peligro para los fines emancipadores, y en consecuencia recomienda a las organizaciones adheridas que hagan todo lo posible por desterrar esta práctica del sistema de explotación capitalista.

  1. ─ RELACIONES CON LAS ORGANIZACIONES NACIONALES.

El congreso constituyente de la A.C.A.T., para el caso en que sea solicitada la adhesión de una organización sindical nacional en un país donde existe ya una organización adherida, resuelve ajustarse a lo resuelto por el primer congreso de la A.I.T. sobre las condiciones de la adhesión.

  1. ─ CONTRA LAS DIVERSAS FORMAS DE EXPLOTACIÓN.

La Conferencia continental de trabajadores revolucionarios, aun propiciando con plena fe y confianza en el porvenir, una transformación completa del orden político y del orden económico burgués, reconoce la urgencia de la lucha por el pan y por los mejoramientos cotidianos como exponente de la voluntad proletaria de operar esa transformación.

Además, constata la multiplicidad de formas de explotación del hombre por el hombre, ─en el terreno de la industria, donde el hombre aparece como productor; en el comercio, donde aparece como consumidor; en el campo de las especulaciones financieras, en el radio de acción del capitalismo agrario y latifundista, etc. ─ y opina que la obra revolucionaria definitiva, lo mismo que la defensa cotidiana, deben llevarse a cabo en todos los frentes posibles.

  1. ─ CREACIÓN DE ARCHIVOS

En cada país adherido se establecerá un archivo del movimiento obrero anarquista continental. Cada organización debe separar de cuantas publicaciones realice, manifiestos, volantes, periódicos, etc., tanto ejemplares como organizaciones cuente la A.C.A.T. y enviarlos a cada una de estas organizaciones a los efectos de ir desde ya formando estos archivos4  

NOTAS:

1-     Transcribimos íntegramente del folleto Congreso Constituyente de la ACAT, Buenos Aires, ACAT, 1930, el informe de Diego Abad de Santillán sobre los acuerdos y resoluciones, y asimismo el texto anexo de Max Nettlau, (que en la fuente citada corresponde a las páginas 38/46) y es una Carta abierta sobre la significación del Congreso Obrero libertario americano (C.M.R.)

2-    Omitimos la nómina de delegaciones y personalidades asistentes por obvias razones editoriales. (C.M.R.)

3-    La finalidad principal de la jornada de seis horas era la de encontrar un remedio parcial a la desocupación obrera provocada por la crisis (A.J.C)

4-    Suprimimos la versión del acta de la sesión de clausura del congreso constituyente de la ACAT, que aparece firmada por Diego Abad de Santillán, autor asimismo de la redacción de los demás texto que anteceden (C.M.R.)

Fuente: http://noticiasyanarquia.blogspot.com.es/2015/11/acuerdos-y-resoluciones-del-congreso.html

El anarquismo en el laberinto ideológico: Una aproximación histórica

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Si alguien estudia la historia del movimiento ácrata podrá darse cuenta, entre otras cosas, que el caso del anarquismo hispano es paradigmático en la historia, tanto por su posición vanguardista a principios del siglo XX, como por la dotación de unas organizaciones y unos procedimientos de lucha que fueron pioneros en lo que respecta a la consecución de derechos sociales y la dotación de una conciencia social y obrera. Y fue, precisamente, por su posición vanguardista, que provocó inevitablemente que el movimiento anarquista tuviera que enfrentarse a diversos debates internos sobre la colaboración con otras ideologías obreristas y de izquierdas, así como saber a quién considerar amigo o enemigo en los tiempos de la guerra social contra la burguesía.

Movimiento libertario y catalanismo progresista

Si hubo una zona del Estado español donde el anarquismo arraigó desde un principio y demostró su gran potencial, fue, sin duda, en Cataluña. Y si era en el ‘Comtat Gran’ donde mayor presencia anarquista hubo, fue de esperar que el movimiento ácrata tuviera que relacionarse con los elementos más progresistas del catalanismo. Dicha relación, alcanzaría su máximo apogeo entre los últimos años de la década de los años ’10 hasta 1923, concretamente hasta el 10 de marzo de este último año, en la que el dirigente cenetista Salvador Seguí murió asesinado por el Sindicato Libre. Y es que Salvador Seguí fue el máximo exponente del anarquismo de corte catalanista y, por extensión, de la relación entre la C.N.T con diversos partidos independentistas, como fue el caso del partido Estat Català, presidido por Francesc Macià. “El Noi del Sucre”  aseguraba que hablar catalán y desear la liberación nacional de Cataluña no implicaba la renuncia a las inquietudes internacionalistas. Por aquellos años, todo el mundo sabía de la gran amistad existente entre Francesc Macià y Salvador Seguí. El Seguí sindicalista y el Macià separatista estaban muy de acuerdo en diversos puntos, tanto referentes a la liberación nacional, como en las reivindicaciones proletarias. Salvador Seguí mostró su catalanismo en el ateneo de Madrid, el 4 de octubre de 1919, como Secretario regional de la C.N.T:

Nosotros, lo digo aquí en Madrid, y si conviene también en Barcelona, somos y seremos contrarios a estos señores que pretenden monopolizar la política catalana, no para conseguir la libertad de Cataluña, sino para poder defender mejor sus intereses de clase y siempre atentos a socavar las reivindicaciones del proletariado catalán. Y yo os puedo asegurar que estos reaccionarios que se autodenominan catalanistas lo que más temen es el enderezamiento nacional de Cataluña, en el caso de que Cataluña dejara de estar sometida. Y como que saben que Cataluña no es un pueblo servil, ni siquiera intentan desligar la política catalana de la española. En cambio, nosotros, los trabajadores, como con una Cataluña independiente no perderíamos nada, al contrario, ganaríamos mucho, la independencia de nuestra tierra no nos da miedo. Estad seguros, amigos madrileños que me escucháis, que si algún día se habla seriamente de independizar Cataluña del Estado español, los primeros y quizás los únicos que se opondrían a la libertad nacional de Cataluña, serían los capitalistas de la Liga Regionalista y del Fomento del Trabajo Nacional.

El cenetista Simón Piera, en sus memorias, explica que en el exilio francés durante la dictadura de Primo de Rivera, en 1924, era habitual ver a anarquistas viviendo –y conspirando- con miembros de Estat Català, y añade que “Los obreros afiliados a la C.N.T no se opondrían nunca a la liberación de una determinada región del poder central que, por su voluntad soberana, decidiese federarse y no ligarse al poder central. No podrían combatir un sistema orgánico que ellos mismos practican por la defensa de sus intereses de clase”.

Joan García Oliver, nos muestra en su autobiografía “El eco de los pasos”, unas palabras muy reveladoras en cuanto a relaciones entre el sindicato C.N.T y Estat Català durante los años ’20 y ’30; García Oliver cuenta que “En Esparraguera y en otras partes de Cataluña, en virtud del acuerdo de la regional catalana de la C.N.T de luchar conjuntamente con el “Comité d’Estat Català” que presidía Macià en París, existían estrechas relaciones entre los sindicalistas y separatistas catalanes”. García Oliver prosigue, esta vez sobre su amistad con Macià: “(…) Visité varias veces a Macià. El aislamiento en que lo tenían los demás políticos acrecentó mi simpatía por él. Perdió su carrera en el ejército español al pasar a ser político separatista, lo que a mí no dejaba de ser un antecedente a su favor”.

La dictadura de Primo de Rivera no hizo más que reforzar esta colaboración entre dos movimientos aparentemente con pocos elementos en común. Tal dictadura hizo que una razón de interés, el interés de la libertad, unificara –aun más- en el combate contra el Estado español a las dos fuerzas más atacadas por el régimen, que eran el independentismo catalán y el anarcosindicalismo. Sobre este tema, el anarcosindicalista Ricardo Sanz en “El sindicalismo y la política” explica que “la dictadura (de Primo de Rivera) había logrado limar asperezas y hasta antagonismos entre el catalanismo y sindicalismo. La mayoría de separatistas eran obreros, por tanto, como tales, conocían la vida de los explotados. Por otra parte, los anarcosindicalistas, cuanto más cultos y capacitados, mejor conocían, por haberlo estudiado, el llamado problema separatista. (…) Frente a la dictadura militarista, los elementos revolucionarios del separatismo catalán no se conformaron con vivir de rodillas, sino que pasaron a la acción subversiva, desde la propaganda escrita al atentado organizado.

Como se ha apuntado anteriormente, fue durante el régimen de Primo de Rivera (1929-1930) cuando el catalanismo de base popular alza su vuelo. En ese preciso momento el catalanismo dejó de ser un ideal romántico perteneciente a los sectores intelectuales y pequeñoburgueses para convertirse en un elemento político más de las masas explotadas, tanto de cariz socialista como anarcosindicalista. El centralismo del Estado español, una vez más, fue contraproducente a la hora de intentar frenar el nacionalismo. La dictadura de Primo de Rivera hizo mucho más por el crecimiento del sentimiento nacionalista e independentista catalán que los partidos nacionalistas catalanes de entonces.

El movimiento anarquista y el marxismo

En el II Congreso de la C.N.T celebrado en el Teatro de la Comedia de Madrid se aprobó la adhesión (provisional) del sindicato libertario a la III Internacional con el respectivo envío de una comisión de delegados a Moscú para dar información de primera mano y establecer relaciones “diplomáticas”. Desde el principio de la Revolución Rusa de 1917 el anarquismo hispano se mostró, mayoritariamente, entusiasta y favorable a dicha revolución, gracias a la propaganda anarquista que llegaba desde Rusia y que veían la revolución rusa como la oportunidad para establecer la ansiada sociedad sin clases. Aunque corría un mayor entusiasmo dentro del movimiento ácrata español sobre el proceso revolucionario ruso, sobre todo a raíz del establecimiento de ‘soviets’ (consejo o junta en ruso), el periódico anarquista Tierra y Libertad, hacía apología formal de la revolución proletaria acaecida en Rusia, mientras que Solidaridad Obrera, máximo órgano propagandístico de la C.N.T., se mostraba más reticente a la “dictadura del proletariado”. En verano de 1920, el dirigente anarcosindicalista Ángel Pestaña partió hacia Rusia para entrevistarse con Lenin. Pestaña no debió salir muy contento de dicha entrevista ya que a partir de ese verano todo el apoyo anarquista a la revolución rusa desapareció, a partir, también, de la propaganda “antibolchevique” del movimiento anarquista ruso, el anarquismo hispano empezó a criticar duramente la no existencia de ‘soviets’, la excesiva burocratización y el autoritarismo bolchevique que habían convertido la “dictadura del proletariado” en “dictadura del partido”. Se criticaba, a partir, también, de las noticias traídas por el socialista Fernando de los Ríos, el cual también se entrevistó con Lenin en 1921, la supeditación de los sindicatos rusos al Partido comunista y la gran represión hacia todo el movimiento ácrata.

Paralelamente a esto, hubo un sector, aunque minoritario, del anarcosindicalismo que cada vez se iba acercando más y más a las posturas soviéticas. Fueron el caso de personalidades como Maurín, Pere Bonet o Eusebio Rodríguez, que, aunque intentándolo con todas sus fuerzas, no consiguieron ‘controlar’ ningún sindicato. El 28 de abril de 1921 se decidió elegir a una delegación anarcosindicalista con el propósito de que viajaran a Moscú. Tal delegación estuvo formada por las personalidades anteriormente citadas más Andreu Nin y el francés Gaston Leval. A excepción de Leval, todos los demás abandonaron definitivamente la ideología anarquista y abrazaron el marxismo.

A partir de aquí, las diferencias entre el naciente movimiento comunista y el anarquista son cada vez mayores. Periódicos como Tierra y Libertad, Solidaridad Obrera o La Revista Blancacomenzaron a traducir todos los textos de críticas a la joven Unión Soviética escritos por personalidades de renombre internacional en aquel momento como Emma Goldman o Rudolf Rocker. Estas diferencias tendrían su punto álgido en la Guerra Civil española, concretamente en los sucesos de mayo de 1937, en los cuales se produjo una verdadera “intra-guerra” civil entre el sector anarquista y el sector republicano-comunista.

Anarquismo y republicanismo

El movimiento anarcosindicalista se vio obligado, desde la dictadura de Primo de Rivera, a tener que acercar posturas si querían acabar con la dictadura militar. Alfonso XII, al ver lo impopular que estaba siendo el gobierno de Miguel Primo de Rivera, decidió deshacerse de él, poniendo al mando al General Berenguer en enero de 1930, con la idea de que el nuevo gobierno retornara a una situación constitucional y pacífica. Fue imposible. Las conspiraciones, tanto civiles como militares, contra la monarquía de Alfonso XIII iban en aumento, y republicanos y anarquistas colaboraban cada vez más y más para derrocar al régimen. El marzo de 1930, las fuerzas conspiradoras contra el régimen firmaban el Manifiesto de Inteligencia Republicana, el cual estuvo firmado, también, por la C.N.T. Ángel Pestaña, por aquel entonces, optaba por las vías reformistas y colaboracionistas con el republicanismo, y supo esparcir bien esa idea dentro del seno del movimiento anarcosindicalista. Desde los plenos regionales se censuraba de forma sistemática la oposición de la FAI al reformismo y se abogaba por la vuelta a la legalidad del sindicato rojinegro. La C.N.T. mostró su apoyo a la opinión mayoritaria tendente a la convocación de unas Cortes Constituyentes. Además pedían “el respeto a la jornada legal de ocho horas, libertad sindical y la libertad de todos los presos políticosociales”. En un manifiesto de la CNT, publicado en 1930, se decía:

La CNT debe proclamar su solidaridad circunstancial con todas las fuerzas políticas y sociales que coincidan al exigir la convocatoria de Cortes constituyentes que liquiden el pasado y abran un nuevo cauce a la corriente de pensamiento moderno.

Vemos, pues, como desde la CNT, se consideró que no era incompatible la “solidaridad circunstancial” con el republicanismo, con el ideal anarquista y revolucionario. Asimismo, el Comité Nacional de la CNT, para no recibir críticas desde el sector más ortodoxo del anarquismo y de la FAI, concretó lo siguiente:

El Comité Nacional manifiesta clara y terminalmente que no se ha comprometido con nadie, absolutamente con nadie, para ninguna acción revolucionaria. Ni pactos ni compromisos.

De esta forma la CNT mandaba un aviso a las fuerzas republicanas para hacerles saber que solo apoyarían la voluntad del pueblo a acabar con el régimen monárquico pero que, una vez establecido el futuro régimen republicano, el movimiento anarcosindicalista volvería a ser un movimiento “al que se le deberían apretar los tornillos” desde el Estado.

Las firmas del Manifiesto de Inteligencia Republicana y las distintas acciones conspirativas contra Alfonso XII, hicieron que un sector importante del anarquismo estableciese cada vez más contactos amistosos con las fuerzas republicanas, sobre todo con el republicanismo catalanista. En octubre de 1930, se firmó el famoso Pacto de San Sebastián, en el cual todas las fuerzas republicanas del Estado español expondrían la necesidad de proclamar la República española y poner fin a la monarquía. A la firma de este pacto la CNT no se adhirió, pero sí que envió a dos delegados en calidad de observadores. La monarquía se tambaleaba, y las reuniones clandestinas con planes conspirativos iban en aumento. La CNT consiguió arrastrar a sus filas a algunos militares de la sublevación de Jaca, tales como Fermín Galán, Alejandro Sancho o el mismísimo Ramón Franco, hermano del ‘Caudillo’. Pero las primeras desavenencias con el republicanismo iban apareciendo, y la CNT, considerando como “política dilatoria” los procedimientos de las fuerzas firmantes del Pacto de San Sebastián, decidió ir por libre y comenzar a preparar acciones insurreccionales por toda la geografía española. Se formó un comité anarquista formado por Salvador Quemades y Rafael Vidiella que, con la ayuda de elementos del nacionalismo catalán, se encargaron de preparar las distintas acciones. Se produjeron distintas huelgas y sabotajes en Levante, Zaragoza y Logroño, pero de poca relevancia ya que el diez de octubre de 1930 el gobierno detuvo y encarceló a los militares republicanos implicados, a los republicano-nacionalistas Lluís Companys y Joan Lluhí y a los anarquistas Ángel Pestaña y Clara Sirvent.

El 29 de octubre, una delegación venida desde Madrid y formada por Miguel Maura y Ángel Galarza, se entrevistaron con los cenetistas Joan Peiró y Pere Massoni, con los que acordaron “establecer una inteligencia con los elementos políticos para crear un movimiento revolucionario”. En el mismo momento en que la conspiración antimonárquica alzaba el vuelo, la CNT se dividía en dos. Por una parte el sector más ortodoxo, representado por la FAI, criticaba que el sindicato tuviera relaciones con el movimiento republicano y hacia énfasis en ir por vía libre y dar comienzo a la revolución. Por otra parte, el sector más moderado y pragmático, que consideraba necesario establecer relaciones con el sector republicano y avanzar hacia la Segunda República española. La CNT, en su mayoría, después de las reuniones con los elementos republicanos, apoyó el movimiento pero no pactó nada, no quería hipotecar su libertad. En ese momento, la CNT jugaba un doble papel, por una parte la de no poner obstáculos a las conspiraciones republicanas contra la monarquía, y, por otra, la de mantener una imagen limpia de toda política institucional. Una última acción conjunta del republicanismo y el anarquismo fue la huelga general convocada el 15 de diciembre de 1930, que acabó en represión policial y con las prisiones del Estado repletas de conspiradores ácratas y republicanos. Pero la monarquía de Alfonso XIII ya estaba herida de muerte. El 12 de abril de 1931 se producen las elecciones municipales que, a modo de elecciones plebiscitarias, darían la victoria a las fuerzas republicanas. El voto obrero, y en parte anarquista, fue altamente decisivo para el triunfo de las fuerzas progresistas. Así lo explicaba Joan Peiró:

No voy yo a negar, que los sindicalistas revolucionarios, contribuimos indirectamente al triunfo electoral del 12 de abril. Las masas del pueblo, que sabían del dolor de los aguijonazos de la tirana Dictadura, sentían irresistibles ansias de cambiar el decorado político de España. Sus ansias trocaron en el anhelo republicano y nosotros –y todos los anarquistas también- impotentes por encauzar aquella formidable corriente antimonárquica por cauces superiores a la República, nos echamos a un lado y dejamos que el pueblo desbordado en santo entusiasmo hiciera su voluntad. No dijimos jamás a los trabajadores que acudieran a las urnas electorales; pero tampoco les dijimos que dejaran de ir a ellas.  

* Foto: Presos políticos en la Modelo de Barcelona (1930). Entre ellos, Lluís Companys, Ángel Pestaña (CNT) y Joan Lluhí (ERC).

http://kntrakultura.blogspot.com.es/ 

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